EIIINAS DE PALMIRA COX OCASION Una excursion arpoliica AMJJOS -MUNI) OS DR. MARIANO SOLER,-^BRO, MONTBVIDKO I ; Tll'OUIlAl i.\ UUUOUAYA. UUKNOa AlllKS. l.'ii u ^ ^ n .- ': '.;. . -.;. i-'i'-^i: M- .i.-.i. T - i 'i^." 1 '^ US RHINAS DE PALMIRA CON OCASION DE UNA EICDESION ARQUEOLOGICA PROFANO - SA6RADA FOR EL Dr. MARIANO SOKER, Pbro. MONTEVIDEO TIPOGRAFiA URUGUAYA, de Marcos Martinez I / Calle Buenos Aires, 155, esquina Misiones 1889 THE GETTY CENTER LIBRARY 2^ mi estimado amigo y companero de viaje Sr. 3). SDemetrio Tineyro del Campo. M. Soler. INTRODUCCION LAS RUIN AS ! La invencible inclination a la arqueologia, ciencia de la antigtiedad basada en los monumentos, me ha impulsado y guiado principalmente en mis excursio- nes por el Viejo y Nuevo Mundo. Yo no S6 que atractivo sublime tiene para el alma la memoria de las antiguas edades. Venero como sagrado el surco que la humanidad ha dejado a su paso al trave's de los siglos. j Que sublime emotion se experimenta cuando, al pisar ruinas inmortales, uno oye decir; j Aqui fue" Troya, Tebas, Palmira, Menfis, Atenas, Palemke 6 Mitla ! Ai contemplarlas me consideraba gigante de los siglos, porque pisaba el sepulcro de generaciones famosas que reinaron un dia sobre la tierra y que, como nosotros, viajaron por el mundo en pos de un ideal. Si no conoci esas generaciones, puedo al me- nos besar sus huellas, leer en su sepulcro la historia de su vida, y sorprender en sus monumentos la gran- deza de sus obras y el heroismo de sus esfuerzos. Cada vez que, conmovido y meditabundo, me sen- taba sob re una ruina dejada por los pueblos que ya no existen, sentia sublimado mi corazon ; mi pobre existencia se confundia con los siglos y me parecia contemplar levantandose de su tumba todas las ge- neraciones que habian precedido mi existencia mi- crosc6pica. En lo antiguo contemplo un cadaver, pero gigan- tesco, porque es el cadaver de la humanidad que paso, que es mas grande y mas meritoria que las generaciones presentes, porque ella Iuch6, sufri6 y triunf6, muchas veces para legarnos lecciones y prendas que la solidaridad humana ha convertido en precioso contingente de nuestra civilizaci6n y pro- greso. Nunca he pisado el polvo de una ruina 6 los des- pojos de un monumento de la antigiiedad sin respeto y emotion: es polvo de siglos, son restos inmortales ! Colocaudo los pis sobre esta tumba del pasado, me convertia en gigante de multiples centurias; pigmeo por mi mismo, me consideraba gigante por haber subido sobre los hombros de un coloso; y acrecida mi vista con su altura, podia ver mas lejos que 41 con mi vista limitada. No concibo la ingratitud para con nuestros antepa- sados, y mucho menos la indiferencia. La antigiiedad, las generaciones que fueron y sus monumentos, esto es, los rastros y huellas de su paso por el mundo, tie- nen sublimes atractivos para mi espiritu. Ella me da la 7 mas sublime de las lecciones; la filosofia de la histo- ria, que reputo ser la ciencia que mas agiganta el coraz6n y la inteligencia del hombre. Ciimpleme ahora declarar que quien me ha decidi- do d la publicaci6n de la presente memoria es uno de los companeros de mi segundo viaje a Oriente y el primero a Palmira, mi amigo y compatriota el senor don Demetrio Pineyro, d quien tengo la satisfacci6n de dedicar el presente trabajo, yd que tan hondas impre- siones trajo de esa celebre excursion. El viaje a Palmira es, en efecto, sumamente intere- sante para los amantes de la arqueologia, y es la pere- grinaci6n obligada de los verdaderos turistas, que no temen arrostrar la travesia del desierto, a trueque de contemplar tan famosas ruinas; viaje que ha consti- tuido una de las mas preciadas satisfactions, y el mas alto timbre de sabios arqueulogos ; merece, pues, consagrarle una memoria, aunque sin pretensiones de cientifica. Sin embargo dedicarle un trabajo exclusi- vamente, seria un gran sacrificio para mi pasi6n arqueo!6gica, ya que tantos monumentos he tenido el placer y satisfacci6n de visitar en el antiguo y nuevo mundo. He creido, pues, conveniente que al satisfacer los deseos de mi compafiero de viaje, podia y debia ampliar el plan de la presente memoria; no describir6 solamente las ruinas de Palmira, sino con ocasion de consagrar un i ecuerdo d mi excursion arqueoldgica profano-sagrada por ambcs mundos, debiendo decla- rar desde luego que la parte sagrada de lo que titulo excursi6n arqueo!6gica, la constituird el relate del 8 cumplimiento de las profecias, que constata la con- templation de las ruinas de las grandes ciudades e imperios, cuyo fin anunciaron los Profetas del Seilor. Asi, y de paso, pagare 1 un tribute de mi f6 cientifica a la verdadera religion, y a la legitima creencia histo- rico-religiosa de la intervention de la Providencia en los destines de la humanidad y de los imperios, verdad que nego tan temerariamente un viajero tan notable como Volney en sus celebres Ridnas de Palmira, y Viages a Siria y Egipto, cuyas huellas he tenido el honor de seguir y ampliar. Si al estudiar los monumentos de la antigiiedad, se agiganta la conviction acerca del valor y eficacia del contingente de la actividad y libertad humanas en el augusto drama de la historia de la civilization y pro- greso de la humanidad, tambien se aumenta la per- suacion acerca de la action y cumplimiento de los designios de la Providencia en los destines del g6nero humano; y si de ello no constituye toda la prueba el cumplimiento de las profecias, que solo representa la parte sobrenatural de esa intervention providencial, forma al me'nos una de las pruebas mas convincentes y cientificas de la divinidad. de la religion verdadera. Sucede con la arqueologia y la historia combinadas, lo que con las conquistas de todas las dernas ciencias: conspiran a demostrar la verdad y divinidad de nues- tra sublime religion. Las ciencias constituyen su mas bella apologia, y en el caso presente, el cumplimiento de las profecias sobre los imperios y ciudades antiguas, constituyen el argumento historico mas irrefuta- 9 ble para todo aquel que se deja convencer por la evidencia de los hechos, aunque no haya tenido tiem- po para estudiar la filosofia de la religion. Confio en que se convendra por mis lectores, que la parte que denomino arqueologia sagrada, es sumamente intere- sante. Por lo demas, debo confesar que muy principalmen- te me ha decidido a publicar esta excursion arqueolo- gica, no tanto las ruinas de Palmira, por mas augus- tos que sean, como el deseo de propagar entre los americanos el gusto por el estudio de la arqueologia americana 6 de los monumentos de la civilization de la America precolombiana; como quiera que conside- ro reprochable que nos iuteresemos tanto por el estu- dio de los monumentos del Antiguo Continente, des- preciando el de los que en el nuestro estan llaraando la atencion de los sabios europeos. Y debo afirmar que en America existen antigiieda- des y monumentos, cuya mayor parte he tenido la satisfaction de contemplar, que son dignos de rivali- zar con los del viejo mundo. En todo debemos proponernos este lema yanque'e : la America para los americanos.w Es una vergiienza que los europeos se preocupen de nuestros antepasados con mas interns que noso- tros. j La America arqueologica y prehist6rica tiene grandes monumentos! 2. DE DAMASCO A PALMIRA jLA EXCURSI6N MAGNA ! Nuestra peregrinacion a Oriente, en el segundo via- je, erapezd por Grecia. De Atenas pasamos a Egipto, en donde emprendimos una excursion al traves de la tierra de los Faraones por el Nilo hasta Asuan y Elefantina, visitando entre otros los monumentos de las antiguasMenfiSjTebas, Luxor, Carnack, D6nderah, Es- neh y las Piraoaides de Sakkara y Gizeh. Por el canal de Suez pasamos a Palestina hasta el Jordan y el Mar Muerto, despu^s de venerar los santuarios mas nota- bles de Tierra Santa, que he descrito en mis Memo- rias de un viaje por arabos mundos.* Nos trasladamos a Feniciapor Beyrut, atravesando el Libano y Antili- bano para emprender el viaje a Baalbeck y Palmira desde Damasco por Karietem, Los turistas e"rauio s - 12 cuatro ; pues me acompanaba con el doctor don Jacinto Casaravilla, don Demetrio Pineyro y don Alberto H. Jackson; como quiera que desde Jerusalen, nos sepa- ramos del sefior don Jos6 M. Cibils y farnilia, aunque por cierto, con mucho sentimiento de no poder seguir con tan grata compaiiia. Contratamos con un dragoman, guia, el gran viaje por el desierto, componiendo la caravana trece hom- bres deescoltay bagajes ; pues debian conducir para la ida y vuelta todo el ajuar y vituallas necesarias; cuatro tiendas de campana para dormitorio, comedor y cocina, y hasta una quinta para el necesaire, a fin de poder acampar en el desierto en las etapas obliga- das de nuestra peregrinacion; y en verdad que se nos dispense el servicio del mejor hotel de Oriente, pues los dragomanes estan acosturnbrados a realizar esa travesia proporcionando a los turistas toda clase de comodidades. Como ya empezaban los grandes calores, por ser el mes de mayo, recurrimos al traje arabe de los beduinos, nos cubrimos con el abaye bianco, ves- tido talar de largas y anchas mangas, cubriendonos la cabeza con el keffiej, especie de pafiuelo flo- tante, ajustado a la misma cabeza con un.adorno de cuerda llamado ajal, aunque nosotros lo colo- camos encima de un sombrero bianco, ideado por los ingleses para las regiones calidas. Caballos, ca- mellos y mulas eran nuestro medio de transporte. i Asi emprendimos nuestra peregrinacion por el de- sierto ! y en verdad que a pesar de las fatigas de nueve dias continuados, el viaje tiene su poesia y secretos 13 encantos, cuya description suprimo, por no defraudar le objeto principal de esta memoria, aunque jamas se me borraran del alma las emociones que experiment^. Una tarde en el desierto, al hacer alto la caravana, al rededor de las tiendas, y despu6s del cansancio del dia, poder contemplar descansados el cielo sere- no y estrellado en la inmensidad de un panorama sin limites, es indescriptible! La travesia del desierto de Siria para las caravanas de mercaderes,esmuy pe- nosa por las privaciones 6 incomodidades de todo ge"- nero que experimentan aquellos pobres arabes ; pero para nosotros, que ibamos a ver a Palmira, con todas las comodidades posibles, esa larga travesia se hizo facil, poe'tica y deleitable; hasta encantadora. Y i frames unos heroes del amor y gusto por la antigiie- dad y sus grandes monumentos ! Se nos habia dicho que ese sacriflcio merecia la pena. Y es verdad: dire 1 mas, el viajea las ruinasde Palmira es el honor y la satisfaction suprema del turista por Oriente. j No ir a Palmira! . . . La ansiedad de llegar a la meta deseada nos hacia mas largos los dias. En Karietei'n, a Jornada y media de Palmira, interrumpimos nuestra vida de n6madas y de campamento, pues fuimos afable y generosamen- te hospedados en casa del gefe 6 cheikh del pais, Roujh, quien nos alojo en la sala de su divan. A la manana siguiente, con el cortejo de todo el pueblo, al cual siempre llama la atencion el transito de las cara- vanas de turistas, continuamos el viaje, creyendo a cada momento divisar la cadena de montanas a cuyo pie 1 esta Palmira, y que los arabes llaman Djebel- - 14 Ruach. Pero tuvimos que pernoctar en nuestras tien- das siapoder divisar, aunque fuera de lejos, las avan- zadas de la gran ciudad. Al dia siguiente la partida fiie" apresurada, porque al fin en ese dia se nos dijo que llegariamos a Palmira. En efecto, pocas leguas habiamos caminado, cuando nos grita uno de los beduinos / Tadmor, Tadmor ! Dj ebel- Tadmor ! Estabamos a pocos kilometres de Palmira, que los beduinos llaman Tadmor. Despue's de haber almorzado en un Khan, en donde existe una guardia del eje>cito turco, apresuramos la marcha a todo galope, pues ya no temiamos separarnos de nuestra escolta. Al subir una pequena colina creimos que ibamos a descubrir las ruinas; una vuelta de una media legua de largo nos separaba aun de ellas. Pero jque 1 espectaculo! Sobre la izquierda se alzaba un soberbio monte aislado, de un centenar de metros de altura, y en su cumbre un castillo turco que domina a Palmira, se destacaba en el cielo como una negra silueta. Una emotion sublime se apodero de nuestro espiritu ; nos apresuramos para ver a Tadmor y sus ruinas inmorta- les. Una marcha precipitada nos llevo bien pronto al pi4 de la montana; y dada U vuelta de una pequena colina, que nos hacia desesperar, entramos en un valle arenoso y extrecho, que se elevaba progresiva- mente; en el punto culminante de la garganta, dos torres cuadradas, semej antes a dos inmensas atalayas, nos anunciaron que estabamos muy cerca de nuestra meta. Despues de un cuarto de hora, que nos parecio 15 un siglo, el ultimo obstdculo que nos separaba de Palmira, desaparecio derrepente, y vimos ante nues- tros ojos uno de esos espectaculos conmovedores, que la description atenua, pero del cual procurare" dar un d6bil rasgo. Eran las tres de la tarde, y el sol espar- cia sobre el paisage torrentes de luz. Desde el punto culminante en que nos encontrabamos, hastalallanu- ra, descendian dos lineas de magestuosas tumbas. Al frente, y a distancia de unos dos kilometres, se divisaba la cintura colosal del Gran Templo del Sol; de entre esta masa imponente de construcciones sur- gian columnas, cuyo entablamento y capitales se des- tacaban perfectamente bajo un cielo de fuego; a nuestra izquierda se extendia la famosa columnata del Sol, con su arco de triunfo y sus porticos, a los cuales iban terminar otros porticos mas pequenos. El suelo estaba, d perder de vista, sembrado de res- tos de toda especie, y del seno de una selva de colum- nas y de un oc6ano de ruinas surgian, aqui un templo, alii una basilica, mas alia algiin frontis aun de pie 1 , al lado de las ruinas del edificio que decoraban. Un tinte rojo y transparente inundaba casi todo este primer paisaje, algo en la sombra, con respecto a nosotros, contrastando su dulzura con los refle- jos dorados y la blancura brillante de la piedra en las partes mas iluminadas del cuadro. Al otro lado comenzaba el desierto con sus lineas grandiosas y simples, ligeramente dibujadas en un horizonte lumi- noso que semejaba confundirse con el cielo. El ojo recorria en vano la inmensa soledad ; ninguna vege- taci6n, ni mas colinas ; nada mas que una llanura 16 inmensa, llena de lagos fingidos por el espegisino; pero inculta y triste, como los lugares que rodea, y reflejando sus propios colores. Una hermosa cadena de montanas, continuation del Djebel-Ruack, se per- dia hacia el N. E. encuadrando armoniosamente los restos maravillosos de la mas bella ciudad de Orien- te, sentada magestuosamente en las puertas del desierto y recostada en las faldas de gigantescas mon- tanas. A nuestros pie's, sobre la derecha, como para salvar su nombre del olvido, algunas graciosas pal- meras sombreaban aun una bella fuente sulfurosa, cubierta quizas en otro tiempo con magniflcas termas. Paso largo tiempo antes que las emociones de que estaba llena nuestra alma estallasen en entusiasmo reverente y solemne; y el silencio de la muerte que nos rodeaba $no era su mas elocuente expresi6n? Mudos de admiration sublime, seguiamos conmovidos y silenciosos aquel camino de ruinas inmortales. j Qu6 contrast es y qu lecciones! Hubiera sido en vano buscar un ser animado para dar alguna vida a aquel paisaje; en medio de esos lujosos edificios y de esas orgullosas tumbas, todo era mudo e" inmovil, como las cenizas de los que dormian un sueno de siglos a nuestro alrededor. \ Como poder olvidar en toda mi vida la emoci6n sublime que me causo la inmortal Tadmor, orgullo del desierto y encanto del viajero! Descendimos, por fin la pendiente de arena, que conduce en linea recta al Kuala'at, como llaman los arabes al recinto del Gran Templo; pero la vista de la fuente, 6 manantial, nos tento irresistiblemente, por ser de una abundancia y limpidez notables. El =. 17 origen de donde nace esta cubierto por una especie de boveda, evidentemente antigua. La temperatura del agua es de 30. ceutigrados y tiene un gusto pronun- ciado de azufre. Como la hora avanzaba, nos dirigimos a las mura- llas del templo, cuyo recinto sirve de habitation a los modernos Palmirenses; fiie 1 precise atravesar el ce- menterio musulraan, completamente abierto, como es costumbre: alii pudimos observar una gran cantidad de pedestales y altares votivos, cubiertos de inscrip- ciones palmirenses, que sirven hoy de fustes funera- rias. Bajamos, pues, en frente de la Gran Puerta y nos sentamos sobre tambores de columnas a esperar la lle- gada del resto de nuestra caravana. Pero apenas llega- mos, toda la poblacion se situ6 a nuestro alrededor para ver a los Francos, como llaman a todos los europeos, que siempre son tan extraordinarios para ellos. En seguida vinieron a visitarnos el gobernador turco, el gran Derviche y el principe arabe, Mahomed- Adalajh-Rouhj, el cual servia de interprete, por saber algo de francos ; pues^habia estado en Paris. Se nos ofrecio alojamiento en casa de este ultimo; pero preferimos, como mas comodo y portico, levantar nuestras tiendas de campafia en medio de las ruinas, gozando asi de mas libertad y facilidad para visitar- las y contemplarlas. 18 RECUERDOS HISTORICOS DE PALMIRA SINTESIS PREVIA Antes de proceder a la description de las ruinas de Palmira en su estado actual, creo oportuno hacer mention de su pasado glorioso y tragico. En tiempos en que Babilonia y Ninive llenaban la tierra con el ruido de su gigantesco poderio, una ciu- dad crecia en la oscuridad en la extremidad occiden- tal del desierto, que las habia visto nacer. Su gloria jamas igualo a la de aquellas: el nombre de Palmira no habia de evocar recuerdos tan prodigiosos, y muy distinto era su destino. Sin embargo, un encanto mis- terioso, desconocido a sus rivales, es aun hoy dia la atraccion de la Reina del desierto, y concentra sobre sus ruinas la atencion del historiador y del viajero. Su grandiose panorama, sus restos pintorescos, su fortuna inaudita, como sus desgracias, su misma situation en rnedio de las arenas de la Palmirense, que constituia al mismo tiempo su limite, como el de las tierras habiladas, todo concurre a inspirar en su favor una curiosidacl llena de atractivos. Parece tam- bi6n que el nombre de una reina ilustre ha dejado para siempre sobre las lozas de sus palacios el surco y la huella de un grande y poeiico recuerdo. La glorio- sa figura de Zenobia, apareciendo al trave's de las edades, con la triple aureola de la belleza, de la ener- gia y de la desgracia, ha contribuido, en efecto, mas que ninguna otra cosa, a salvar a esta ciudad ce"lebre de la incornprensible oscuridad a que la historia la condeno, con pesar, por algun tiempo. Y en el perio- do de 2600 afios que separan su fundacion de su des- cubrimiento en 1678, este reinado es como el punto culminante para esclarecer los cuatro 6 cinco siglos que vinieron a interrumpir su pasado glorioso. Citada por la vez primera en el libro de los Reyes, en donde se dice que Salomon edifico a Tadmor en el desierto,* Palmira se eclipsa al nacer para no reapa- recer sino mil anos mas tarde, cuando habiendo llega- do a ese grado de opulencia, que nos es permitido constatar, inspiraba a Plinio estas lineas que son el exacto resumen de su posicion geografica y politica a la vez: Palmyra urbs nobilis situ, divitiis soli atque acquis amoenis, ambitu arenis includit agros de la llegada a Palmira, nada mas imponente que la vista de las torres que se elevan de todos lados, suspendidas en los flancos de la montana 6 coronando sus crestas rocosas. Un gran numero de estos ediflcios notables se redu- cen desgraciadamente a tumulos de escombros entre los que apenas se observa uno 6 dos pisos malamente conservados. Pero existen los suficientes para rehacer el plan, hasta en sus pormenores, y deducir su unifor- midad casi absoluta. Esta es, quizds la parte mas interesantQ de las rui- 40 nas, tanto por la novedad de las formas y de la deco- raci6n interior, como de las inscripciones bilingiies y de los datos que proporcionan. Me limitar^ a describir dos de estos monumentos, que han servido de tema a varies viajeros, y pueden ser considerados como los tipos mas ricos y mas completes del ge"nero. El primero se eleva sobre la pendiente setentrional de un pequeno promontorio rocoso al salir de la lla- nura. Su forma es la de un inmenso obelise o de cuatro caras, desprovisto del piramidi6n, y apoyado sobre un cimiento cuadrado algo mas ancho; su elevaci6n total, comprendidos los cinco pisos que lo componen es de unos veinte metres, y una corniza azas sencilla, pero bien conservada, corona esta construction gigantesca. La puerta, adornada con un frontis y construida de piedra calcarea, esta practicado en el lado norte. La fachada es uniforme, aunque presenta a la altura de diez metres una faja rectangular con inscripciones, y mas abajo otro adorno semejante flanqueado por dos consolas en forma de cabeza de leon, cfestinadas qui- zas a sostener algiin sarcofago fiinebre. Segiin la ins- cription grabada sobre el dintel de la puerta data del ano 83 de la era cristiana, siendo por tanto un monu- mento contemporaneo de la mas bella e'poca de la independencia de Palmira. En la cumbre del monumento son visibles aun los restos de un frontis que coronaria las molduras. La maguiflcencia del interior no desmiente la im- -presion grandiosa del exterior. La sala del primer piso de tres metres de ancho, de 41 seis de elevacitin, sobre ocho de profundidad, esta cu- bierta de osamentas 6 fragmentos inomificados, pues aquellas tumbas ban sido violadas por los Beduinos en busca de tesoros. Estos restos de momias esplican la curiosa disposicion de la sala. A derecha 6 izquierda, cuatro pilastras corintias acanaladas sostienen una elegante corniza; cada una se apoya en un tabique perpendicular al muro lateral y cuya profundidad es la de un cuerpo de gran dimen- sion, y distribuida en cinco comparticiones para colo- car las momias y ser muradas despue*s de colocadas estas, con placasquellevabansucorrespondiente ins- cription. Sobrp la puerta de entrada esta esculpido un sarcofago a cuyo pie existen bustos de hombres y mugeres vestidos a la romana, pero muy dete- riorados. Al fondo de esta sala interesante, esta practicada una puerta en la pared que conduce a una vasta esca- vacion, aunque irregular y hecha en la roca a que esta adozado el monumento, y que es un rastro del elemento greco-romano. Diez cavidades, aisladas 6 de dos en dos, estan ta- lladas al rededor de la gruta sepulcral, que recuerda los trabajos de la necropolis de Baalbeck. La forma de pilon egipcio dada a la puerta y las momias, prue- ban las tradicciones cosmopolitas de Palmira. El cielo-raso de la gran sala, por la viveza de los colores y la originalidad del dibujo es una de las pie- zas mascuriosasy ricas de estege"nero. Esta dividido en compartimentos de tamano diferente, cuyos ador- nos en bianco resaltan sobre fondos alternativamentQ 42 azul, verde, violeta y rojo; parecen pintados de ayer, y sin embargo las desventajas del clima de Palmira, hacen su conservaci6n mas notable que en los mo- rmmentos policromos mas antiguos de Egipto. En el centro del cielo-raso estan representados dos guerreros en lucha sobre fondo violeta y en forma de rombo, mientras en los otros compartimientos de for- ma triangular existen bustos y aguilas desplegadas. En el angulo S. E. de la sala, entre la pared meri- dional y la ultima pilastra, existe una escalera en es- piral. El segundo piso, casi tan alto como el primero, esta iluminado por una ventana abierta al sur ; la sala aunque intacta es mucho menos lujosa, y el ciele-raso no ofrece mas que algunos dibujos concavos en yeso. La corniza se reduce a molduras insignificantes, y en vez de pilastras, un sistema de ventanas falsas con las cavidades para las momias en el mismo 6rden de la inferior. El techo esta formado por bellas hojas de calcareo. El tercer piso, sensiblemente menos elevado, esta absolutamente desprovisto de ornamentation; la mis- ma simplicidad distingue las dos salas superiores esclarecidas al sud, aunque la depresion de los techos es mas considerable a niedida que se eleva. La escale- ra termina con el quinto piso. 43 III Nuestra interesante excursion al trave's de las tum- bas DOS habia llevado insensiblemente a la extremi- dad del valle y nos encontramos sin pesar al pi6 del mas grandiose de estos monumentos funerarios. No se distingue del de Jamblicus sino por su orientacion, por las proporciones mas imponentes y por la menor inclinacitin dada a las caras de la torre. La base rectangular, que forma el primer piso, es mucho mas amplia; termina en la parte superior en tres escalones, sobre los cuales reposa la torre cua- drada. Este mausoleo colosal que ocupa la parte seten- trional del gran valle, no esta adozado a la colina. La entrada mira al medio dia, y la puerta adornada con dos consolas carece de frontis, aunque no de inscrip- ci6n bilingiie, en griego y palmirense, como la de Jamblicus; datadel afio 103 de J. C. 6 414 de Seleuco. Cerca de la mitad de su altura, la fachada esta adornada con una escultura muy original : es un nicho azasgrande practicado en el espesor de la pa- red y des.tinado aparentemente a contener un sarco- fago en forma de lecho, que ocupa la parte inferior : este sarcofago es de piedra blanca como las pilastras y el contorno del nicho; cinco florones iguales for- man toda su decoracion. Pesde el umbral del edificio se goza de una vista 44 verdaderamente imponente del interior, cuyas dimen- siones estan triplicadas por la caida parcial del techo y la desaparicion casi completa del piso, de manera que la vista se extiende desde el segundo piso hasta el fondo de una vasta sala subterranea y abovedada puesta en descubierto. El primer piso esta construido bajo el plan ordina- rio, pero presenta una ornamentaci6n y proporciones muy notables. Esta sala tiene de ocho a nueve metres de largo por tres y medio de ancho, y mas de seis de altura. En lo alto de la puerta tambien se encuentra un lecho esculpido y a sus pie's una hilera de bustos con inscripciones palmirenses correspondientes a cada personage. Las pilastras en numero de cinco, sostienen una ancha corniza de un bello efecto. Una gran cantidad de bustos con sus nombres correspondientes de la familia del fundador de esta tumba, estan distribuidos entre los capiteles al rededor de la sala. Cinco perso- nages estan esculpidos encima de la puerta que con- duce a la escalera. La atencion, aunque distraida por esta multiplici- dad de objetos, se dirige sobre la pared del fondo, cu- ya decoracion es de las mas caracteristicas. Esta divi- dida en dos panos superpuestos ; dos columnitas in- crustadas y de orden corintio encuadran el pano infe- rior, absolutamente desprovisto de ornamentos y solo al nivel de los capiteles existe una banda en relieve de cincuenta centimetros de anchura y cubierta por cinco bustos. Sigue un entablamento destinado a soportar un nuevo sistema de dos columnitas jonicas 45 acanaladas, y mas pequenas que las primeras, sobre las cuales a su vez viene a apoyarse la gran corniza : su parte inferior tiene un falso sarcofago decorado con cuatro bustos mas pequenos que los superiores. El techo 6 cielo-raso esta lleno de molduras y de florones blancos sobre campo azul. A igual distancia de los dos costados de la sala se encuentra una especie de cuadrado, dividido en otras cuatro secciones rec- tangulares ocupadas por bustos, motive que debla repetirse varias veces en el techo segiin las aparien- cias permiten juzgarlo por sus restos. En el segundo piso, las pilastras ban sido reeiaplazadas por el siste- ma de ventanas de la tumba de Jamblicus, aunque las proporciones son mas importantes. Desde aqui descendimos a la necropolis que cubre el pie" de las colinas al S. 0. de los jardines; pero en verdad v4se que nada difiere de las otras queporcier- tas modificacioiies del plan y por trabajos mas impor- tantes ejecutadosen el sub-suelo en la roca viva. Los tiimulos son igualmente numerosos y Porter ha creido deber asignar a esta parte de la necropolis una epoca mas antigua en razon de ciertas particula- ridades en la construction y de la ausencia de toda inscripcion bilingiie 6 puramente griega, observation sumamente justa, como quiera que una sola inscrip- ci6n ha sido alii encontrada por la expedition arqueo- logica de M. Vogue", y esta inscripcion es esclusiva- mente palmirense, aunque solo data del ano 56 de J. C. y el Wady-el-Kuobur encierra rnonumentos mas antiguos anteriores al ano nueve de nuestra era, que es el extremo limite para las necropolis de Palmira. 46 .IV Este paseo tenia algo de grave y solemne. For eso apenas osabamos interrumpir con algunas raras pa- labras este magestuoso silencio que pesaba sobre nuestros corazones y nos llenaba de una religiosa 6 indefinible emotion. Experimentabamos quizas, sin darnos cuenta, la impresion singular que tantas veces nos sorprendia por el camino al atravesar esas soledades del de- sierto. El contraste de un cielo sin nubes y de una luz bri- llante en el seno del desierto y en medio de las ruinas, produce en el alma una tristeza raisteriosa mas con- movedora, y un sentimiento arrobador mas grande y sublime, que las tinieblas y la paz profunda de una iioche hermosa y estrellada, al contemplar en ella la magestad inmensa de las obras del Creador. Volviamos, pues, al Kuala' at por el lado de la fuen- te, y nos sentamos un instante sobre la colina de are- nas que se eleva hacia el Valle de las Tumbas. Pudi- mos constatar lo que dicen los viajeros sobre la vista de Palmira. Es a la caida de la tarde que debe contemplarse esta soberbia ciudad. Es encantadora la impresion que se experimenta, muy superior a la de Atenas y Menfis. El sol iba a desaparecer, y desde la colina, la vista 47 avarienta recorria el horizonte: el mundo de los seres que se agitan con el imperio de la luz ha hecho silen- cio, ha enmudecido, y las voces innumerables de la noche no ban sucedido aun a la suya; en pos de un calor fatigante viene una dulce frescura que alivia de las fatigas del dia. Las grandes sombras de la montafia descienden a la llanura, y las altas columnas parecen agigantar sus miembros sobre las arenas del desierto, y los sepulcros semejan siluetas funerarias. Un tinte vivo y dulce a la vez, ha reeinplazado esa brillantez atmosfe>ica que lastinaaba la vista, y la piedra bronceada por los siglos, roba al sol moribun- do un reflejo de sus rayos purpureos. El pie" del Djebel-Ruack esta ya sumergido en la oscuridad de la noche, mientras su cresta estd esple"ndida como coronada de rubies ; bien pronto el desierto se con- fundira con un horizonte gris-rojo que se oscurece gradualmente; la fuente murmura a algunos pasos y la hermosa brisa, que comienza, hace encrespar las palmeras. Entonces la imagination agiganta las inmonsas ruinas que son la gloria postunia de Tadmor, recons- truye los templos abatidos, levanta las columnas que yacen en el polvo, y da vida a los porticos y basilicas dela ciudad reina del desierto>.'. Parece que las estatuas de los viejos palmirenses vuelven a colocarse sobre sus pedestales; los porticos se llenan de paseautes, los carros van y vienen y un sordo murmullo sale de la opulenta ciudad. Y se agolpan los recuerdos de los grandes tiempos y de 48 - las tragicas escenas de Odenath y de Zenobia y revive la historia de todo un pasado glorioso ! . . . Pero el ultimo rayo del dia va a iluminar la colum- nata del Sol y el Gran Temple, para huir sin retorno ; todo desaparece como por encanto, hasta las tumbas esple'ndidas. Partimos de aquel lugar y creiamos despertar de un sueiio ! Es en vano buscar al pueblo que llenaba esas rui- nas: no esta alii. Es en los orgullosos mausoleos que debemos ir a contemplarlo, lo encontrar^mos conver- tido en polvo y funebre despojo de los siglos ! . . . Despu^s fuimos a descansar a nuestras tiendas de campana. Mahomed nos honro con un te a la turca en su propia casa y nos acompano para la despedida con todo su cortejo. Al otro dia de madrugada, levantamos nuestro campamento y dimos el ultimo adios a Palmira y a sus encantadoras ruinas. No olvidare'mos jamas tan clasica y hermosa excursion, cuyo grato recuerdo ha contribuido a grabar mas hondamente en nuestra alma las peripecias de la travesia del desierto. He te- nido tentaciones de redactarlas, pero como no ofre- cen ningun interns general ni cientifico, las suprimo, conservandolas en el repertorio de mis recuerdos personales, que me acompanaran hasta la tumba. Atravesamos de nuevo el desierto, aunque con algun fastidio, porque ya habiamos satisfecho el objeto de nuestra peregrination: jContemplar las ruinas de Tadmor! Volvimos a Damasco, en donde nos detuvimos dos 49 dias solamente, y emprendimos el viaje a Celesiria, para visitar las ruinas de Baalbeck, cuya descripcion omito por haberla relatado en el primer tomo de mis Memcrias de un viaje por ambos mundos. Solo me permitire' hacer algunas reflexiones comparativas entre Baalbeck y Palmira, que en el viaje anterior no pude hacer porque no habia llegado hasta Tadmor. 50 PARALELO ENTRE PALMIRA Y BAALBECK Despus de las ruinas de Tadmor visitamos, pues, las de Heliopolis 6 Baalbeck, ambas en el camino a Bagdad, Babilonia, y emulas de esta por la gloria de su pasado y de sus monumentos; que me sea permi- tido, por tanto, tocar, aunque may someramente, una cuestion que se presenta expontaneamente en esta raemoria. Al tratarse de las ruinas de Palmira es imposible observar sin sorpresa de cuan diverse modo ban sido juzgadas por los que las han visitado sucesivamente . Semejante divergencia de opiniones parece no ser, a primera vista, mas que el resultado ordinario de la diferencia de caract^res ; pero en el caso presente me ha parecido azas acentuada para que no tenga otra causa, mas capaz de explicar estas transiciones brus- cas de una severidad inconcebible a los arranques mas justos, aunque a veces ciegos, del entusiasmo. Esta causa creo encontrarla en el paralelo que mu- chos viajeros han querido establecer entre Palmira y Baalbeck. Este modo de proceder, del cual es necesario usar con sobriedad, es sumamente peligroso cuando recae sobre dos te" rminos azas diferentes entre si. He" aqui lo quesucede; separte de las colosales ruinas de Baal- beck para ir a Palmira, y se lleva consigo el recuerdo y la impresion de lo colosal con la expectacidn de algo 51 mas grande aiin ; de donde resulta una primera de- ception, que sirve, por mas que se quiera prescind! r de ella, de introduction para lo restante de la excursion. No existe quizas un solo punto esencial sobre el cual sepueda con justicia basar este paralelo. ^Que" es lo que vemos, en efecto, en Baalbeck? Su acropo- lis, sus inmensos hipogeos, sus murallas prodigiosas y los dos templos que encierra. En Palmira, una ciu- dad entera olvidada durante siglos, vuelta a la luz con sus palacios, sus p6rticos, sus basilicas, sus ne- cropolis y su Gran Templo. Heliopolis esta al lado de una pintoresca poblacion de la Celesiria, en un valle risueiio y fertil. Palmira sola y abandonada, en medio de la mas afligente esterilidad, perdida en medio de ardientes arenas, os- tenta en el umbral del gran desierto sus largas co- lumnatas, y su horizonte solo tiene por limites la in- mensidad. Ahora bien; que despues de haber juzgado aislada- mente estos dos maravillosos restos de la civilization antigua, se prefiera uno a otro, nada mas legitimo y racional, y todo depende del punto de vista en que nos coloquemos. Sin incurrir en el reproche de parcialidad, y sin te- mor de la acusacion de inconsecuencia, yd que en otra parte, juzgando solo por referencias, pues aun no habiavisto a Palmira, indique" mis preferencias por Baalbeck, que habia visitado en mi primer viaje a Oriente, declare ahora mis preferencias por Palmira, dandole una superioridad de interns sobre su rival de - 52 Siria, que he visitado, antes y despue's de haber contemplado d Tadmor. Desconfiaria de mi opinion si no se tratase mds que de lo pintoresco del conjunto y de la belleza del pano- rama, porque bajo este aspecto yo creo invulnerable el de Baalbeck; por eso no me detendr6 en discutirlo. Pero en cuanto a exigencias de la arquitectura y de la arqueologia el paralelo es mas discutible. Es verdad, y lo he hecho observar, que existen tra- zas de mal gusto en varios edificios de Palmira, y he deplorado varias veces el sacriflcio de las ideas a las formas; pero $es acaso necesario rememorar aqui el gran patio de Baalbeck y los nichos que la decoran? No se encuentra en Palmira nada que sea tan pesa- do y exagerado, aunque menos colosal. Esto seria al menos un contrapeso muy valedero. Pero si encaramos la cuestion bajo el aspecto ar- queologico, la preeminencia meparece menos discuti- ble en este terreno. He visto dos veces a Baalbeck, y por ser mas reducida su acropolis, la he considerado mejor. Si eliminamos la interesante cuestion del origen de las f am os as murallas Giblitas 6 ciclopeas, ^qu6 resta a las investigaciones cientiflcas 6 historicas? Muy poca cosa. Se puede afirmar que aquel es el uni- co enigma de Baalbeck. En Palmira, despus de tantos documentos recogi- dos, hay mucho que esperar de las investigaciones de una nueva y seria expedicion arqueologica. ^Cuantas revelaciones importantes no deben esperarse de las inscripciones descubiertas y de las mas numerosas 53 aiin, sepultadas desde siglos, y que solo esperan nue- vas exploraciones y un gobierno mas ilustrado? El mismo olvido en que yacian estas ruinas ha sido su salvation, y la situation apartada, los peligros que es necesario afrontar para visitarlas, las ban coloca- do al abrigo de esas depredaciones y profanacioues que ban deshonrado tantos monumentos de Grecia y Egipto. Vamos d tocar el punto principal de los que mas ban deprimido a Palmira, la ausencia de lo colosal. Es verdad, lo colosal es mucho en arquitectura, y ante esta arma terrible, la critica severa y el buen gusto, se ven obligados con frecuencia a bajar la cabeza para dar lugar a la sorpresa y a la admiration. Pero gbasta esto para resolver la cuestion artistica y cientiflca ? Los senores Irby y Mangles, para no citar otros, se quejan de no encontrar en vez de lasinmensascolum- nas de Baalbeck, mas que fustes de cincuenta pie's de alto por un metro y medio apenas de diametro. Pero yo les preguntaria en qu6 arte ban encontrado que la belleza se mida por metros. El Partenon de Atenas, segun ese criterio, deberia quedar quizas en el ultimo rango de los monumentos mas notables del mundo, a pesar de una admiration de veinte si- glos y mas, porque sus debiles columnas parecerian y son pigmeas a la sombra de las gigantescas de Siria. Confieso que he sufrido algunas decepciones; pero como sucede en todas las cosas de este mundo, lag exageraciones de lo desconocido son comunes, 54 Tomemos por ejemplo los esplendidos trabajos de MM. Wood y Da^x r kins; podria afirmar que danan la reputation de Palmira, despu^s de haberlos podido cornparar con la realidad de la contemplation de sus ruinas de visu, con mis propios ojos. Es, por cierto, muy dificil no exagerar algo en el dibujo, dando a ciertas cosas el relieve que no tienen. La invention es un grave dano al cual ban rendido tributo sin quererlo, puesto que podria citar ciertos dibujos en los cuales filas enteras de columnas deben al genio inventive su existencia. Termino este paralelo observando que como colosal nada existe semejante en el mundo a Baalbeck, ni siquiera en las ruinas gigantescas de Carnack 6 de America precolombiana en Mitla y Palemke; pero tampoco nada hay mas artistico en el mundo como el Partenon y demas monumentos de la acropolis de Atenas, que son quizas los menoscolosales del mundo. - 55 - PARALELO MONUMENTAL El paralelo que acabamos de establecer entre Pal- mira y Baalbeck, nos lleva a extenderlo entre los principales monumentos del nuevo y antiguo mundo, aunque suprimimos la description particular, por haberla hecho en dos obras anteriores: Memorias de un viaje por ambos mundos y America pre- colombiana. Como en la naturaleza nada posee una grandeza absoluta, y el entendiraiento del hombre no juzga sino por medio de relaciones, solo comparando ob- jetos analogos podemos formarnos idea exacta de su extencion e" importancia; por consiguiente va- mos ensayar una comparacion 6 paralelo entre los mas notables del mundo. Los monumentos griegos, propiamente dichos, cons- truidos bajo el gobierno de Pericles, cuando Atenas era libre y prosperaba, no pueden compararse en ex- tension con los de Egipto. El antiguo templo de Teseo, los edificios mas estimados por los antiguos, como las Propileas y el Partenon, son poco extensos ; el ultimo esta construido con corta diferencia segun las mismas dimeniones que el gran templo de Carnack en Tebas de Egipto, teniendo ambos casi doble alto que ancho. El templo de Minerva, entre los monumentos griegos propiamente dichos, tiene 214 pies de largo y 95 pie's _ ftfl _i_ de ancho ; y las columnas del peristilo cuentan 5 pies y ocho pulgadas de didmetro, por 32 pies de elevaci6n. Los monumentos de la Magna Grecia, que parecen construidos en aquellos buenos tiempos de la arqui- tectura, en que el gusto severe de los griegos no admitia ningun adorno super fluo, no son mas compa- rables que los de Atenas, por lo que respecta a la extension, con las grandes construcciones de Egipto. El mayor templo de Pestum tiene 192 pies de largo y 86 de ancho. En el buen siglo de la Grecia, los Atenienses cons- truyeron templos de cortas dimensiones, que releva- ban exquisite gusto; pero durante la dominaci6n ro- niana, Atenas vio elevarse con esplendoredificios que, al merito de lapureza de la ejecucion y de la armonia en odas 1 as panes, unieron ademas colosales dimen- siones, como se deduce de los restos del templo de Ju- piter Olimpico, que seria uuo delos monumentos que pudieran cotejarse mejorcon los de los Egipcios, aun- que quedaria muy atras en cuanto a lo colosal y gran- dioso. Los palacios de los Faraones son imitaciones de los templos, como sus estatuas de las de los dioses. Solo que las salas hipostlias son mas vastas, y los aposentos interferes, destinados a la habitation, mas variados y anchos. En el palacio colosal de Carnack se suceden cuatro propileas, un hipostilo de 318 pies de largo y 159 de ancho con 134 columnas de las cuales las mayores tienen cerca de 23 metros ; y alii hay estatuas mono- litas que miden 29 pies desde la cabaza hasta el extreme del asiento, 57 Las magniflcas ruinas del templo de Carnack, vis- tas delejos, semejan una salva de propileas, peristilos y obeliscos que elevan su ciispide sobre los c^spedes de las palmeras. El camino de las esfinges dispone el animo del via- jero para contemplar el imponente aspecto del templo a donde guia. Al fm del sendero se extienden anchas propileas que conducen a crujias interiores, donde se ven inmensos colosos sentados a los lados de la puer- ta, a manera de gigantes encargados de custodiar la santa mansion. Y ^qui6n es capaz de describir la impresion que se experimenta a la vista de aquella selva de columnas cubiertas de figuras y otros ador- nos desde la cima a la base, con los capiteles de for- ma graciosa, cual es la del loto, y que agradan a pesar de su gigantesca mole? $a la vista de aquellos pilones, paredes, pedestales, arquitrabes, en fin, de todo el edificio, lleno de figuras simbolicas, grabadas 6 esculpidas en bajo relieve y que representan proce- siones, batallas, triunfos, ofrendas, fiestas y sacrifi" cios, todas relativas a las costumbres, a los usos y a la nistoria del antiguo Egipto? Si de Atenas y Carnack volvemos a Palmira y a Baalbeck, se encuentran ruinas de monumentos tan magnificos, que ban podido considerarse como el ul- timo esfuerzo del poder humano antes de que la an- tigua capital del Egipto fuese mejor conocida. 2Quie"n no se admira ante las maravillas que encie- rran aiin estas ciudades, en tiempo tan florecientes y hoy tan desoladas? ^Qui6n no se asombra al ver que en Palmira, situada en un lugar rodeado por todas, 58 paries del desierto existen ruinas de tal magniflcen- cia, que la imaginaci6n puede apenas concebirlas, si no las ven los ojos ? Ya dijimos que el gran templo del sol de Palmira esta comprendido en un recinto de 235 metros de an- cho, cuyasgrandes galerias y vastos porticos soste- nian390 columnas de 4 pie's de diametro y 48 de altu- ra. El templo presenta su esqueleto en una estensi6n de 60 metros de largo por 31,50 de ancho. El portico y el peristilo estan formados de 41 columnas con mas de 16 metros de altura. Las dimensiones colosales de estos monumentos no es lo que exita mas admiracion, sino las excelentes esculturas que cubren los frisos, las cornizas y los ar- tesonados y los ricos adornos que decoran las guarni- ciones de las vantanas y de las puertas. En cuanto al gusto, a la pureza del dibujo y a la elegancia de las proporciones, Tebas no tiene esculturas que oponer a las de Palmira y de Atenas; pero es muy superior, por la extension de las superficies esculpidas en sus monumentos. El palacio de Carnack, sin contar los accesorios Que de e"l dependen inmediatamente, cuenta358 metros de largo por 110 de ancho. excediendo por tanto con mu- eho al del templo del Sol. Y ademas jque" diferencia en el modo de llenar los espacios! El templo del Sol esta solo y como aislado en medio desu vasto recinto, y las paredes del palacio de Car- nack enclerran una serie de edificios contiguos, que no dejan, por decirlo asi, ningua desahogo en una in- mensa superficie, 59 Palmira se hace admirar sobre todo por sus largas calles de columnas colocadas en cuatro ordenes, y las calles corresponden a las tres aberturas de un hermo- so arco triunfal: estas ocupan en longitud 1.135 metros y van d parar a un magnifico sepulcro, for- mando vastos porticos, adornados de gran cantidad de estatuas y de inscripciones monumentales ademas de que el menor numero calculable de columnas es de 1.500 en la sola columnata del sol. Carnack puede oponer a tan gran magnificencia sus muchas avenidas de esfinges, que ocuparian colocadas en fila 2.925 metros, y una sola tiene 2.000 metres de longitud; no comprendian menos de 1.000 espinges. Estos colosos contienen mucho mas mate- rial, y requirieron un trabajo mucho mayor. Es verdad que Palmira muestra aun otras ruin as imponentes y gran numero de columnas, entre ellas algunos monolitos de granito; pero tambien Carnack, aunque no sea mas que una parte de Tebas, compren- de otros restos de templos, de magnificas puertas 6 pilones y mas de cuarenta estatuas monolitas y colo- sales. Palmira tiene dos columnas triunfales de 10 metros de altura, y las grandes columnas de Carnack cuentan 22 metros, y forman calles. jCuanta mas razon habria para conceder la supe- rioridad a Tebas, si en lugar de no considerar sino una parte de aquella celebre ciudad, se hiciese la enumeracion de los monumentos que encierra en toda su extension ! No se cuentan alii menos de ocho obeliscos monoli- tos, cuatro d<3 los cuales subsisten aun integros, y son 60 de prodigiosa altura ; diez y siete atrios de colosal dimension con 750 columnas, casi todas intactas; 77 estatuas monolitas, superiores al natural y muchas hasta de 18 metres de elevation. El circuito de las ruinas de Palmira cuenta 1.572 metres, esto es, casi lo mismo que el de las de Carnack, aunque el circuito total de Tebas puede haber contado de 14 a 15.000 metros. En este paralelo no es posible olvidar a Baalbeck, rival, como hemos visto, de Palmira en grandeza y en magnificencia. Baste recordar que encierra los restos de dos mag- nificos templos, los cuales reunen a colosales dimen- siones tanta 6 mas riqueza de esculturas que Pal- mira. El menor y mejor conservado tiene 83 metros de largo y 37 de ancho, dimensiones que permiten com- pararlo a los grandes templos de la antigiiedad; las columnas miden de altura, comprendiendo la base y los capiteles, mas de 16 metros con el fuste. El gran templo, que es el mas arruinado, ocupa una longitud de 96 metros, aunque su altura no llega a la mitad. Estas dimensiones aunque considerables, distan mucho de las que tienen los grandes edificios de Tebas. Sin embargo el recinto que circunda el tem- plo es notable por su extension, contando 299 metros de largo y 136 de ancho; y merecen especial mention el vasto portico, el gran patio octogono y el segundo patio de forma rectangular, con galeria. El conjunto de todos estos edificios comprende una superficie igual a la del palacio de Luxor en Tebas, 61 - Pero vense en sus murallas lo que en ninguna otra parte del mundo, piedras de colosal tamano entre ellas algunas de 20 metros de largo con un volumen de 600 metros ciibicos. Y es asombroso ver piedras tan enormes colocadas a tan grande altura; pero ^puede compararse la difl- cultad de ponerlas en el sitio que ocupan con el esfuerzo y el arte que se habra necesitado para tras- ladar y elevar sobre sus bases los enormes obeliscos de Carnack, que presentan dimensiones mucho mas considerables? Ninguna .ciudad del mundo ha sido hermoseada quiza con mas edificios ni mas vastos que los que se admiraban en Roma; y todavia encierra los restos de muchos templos, entre los cuales pueden citarse el de Jupiter Estator, de Antonino y Faustina y el de la Paz mandado construir por Vespasiano ; pero ninguno es comparable en extension con el del sur de Carnack. Ademas Roma comprende ediflcios de otro ge'nero, de dimensiones colosales, como el Panteon, el Coliseo, los Teatros ; habiendo hecho resaltar particularmen- te en las Termas una magniflcencia extraordinaria. Una sola sala delas Termas de Dioclesiano tiene 58,50 metros y 24 de ancho; y sin embargo esta muy lejos de igualar las dimensiones de la sala del peristilo de Carnack x que cuenta 102 metros de longitud y 57 de anchura. Si se cousidera la moderna Roma, entre los muchos edificios que contiene, los sobrejuga a todos en gran- deza y magnificencia la Basilica de S. Pedro, cuya cupula mide 137 metros de altura, elevacion que casi 62 iguala la de la gran piramide de Menfis, adeinas del terraplen sobre el cual esta fabricada. Tiene esta Ba- silica en su mayor extension 218 metros y 155 de an- chura. Una gran herradura y dosgalerias,cuya direc- tion es algo oblicua con respecto a la fachada, sirven de entrada a aquel magestuoso ediflcio, el mas gi- gantesco del mundo moderno, y aumentan conside- rablemente su extension, que de este modo sube a 496 metros ; sin embargo cuenta 36 menos que la distancia comprendida entre las esfinges que proceden a la en- trada del Oeste del palacio de Carnack y a la puerta Oriental. En Italia el palacio de Caserta mide 301 metros de largo y casi otro tanto de ancho, diferenciandose poco, segiin se ve^ del palacio de Carnack. El Escorial de Espaiia tiene de largo 287 metros y de ancho 261 hallandose todo lieno de paredes y edi- ficios. El palacio de Versalles es en Francia el linico edificio comparable a los de Carnack ; pues desde la sala de la Opera hasta el invernaculo de los naran- jos, cuenta 414 metros. En altura nada hay superior a la Torre Eiffel en Paris de 300 metros, pero esa armazon de barras de hierro, ni siquiera vale lo que el mas inferior de los obeliscos de Carnack. 63 II Al entrar en el campo, para mi predilecto, de la arqueologia monumental americana, debo empezar por advertir que el paralelo no puede ser tan exacto porque aun no ban sido debida y acabadamente estu- diados los monumentos prehistoricos de las tres grandes civilizaciones de Mejico, Centro-Ame'rica y Peru. El americanismo es muy moderno y el empuje dado a la arqueologia y etnologia americanas por los Congresos de Americanistas recien empieza a produ- cir sus efectos. Las exploraciones cientificas son muy raras y gene- ralmente emprendidas por la iniciativa individual, sin el apoyo oficial de los Gobiernos europeos 6 ame- ricanos. Sin embargo de las excursiones arqueologi- cas verificadas se deduce que exisie un gran porvenir para el americanismo. Los monumentos del Yucatan y de la America Cen- tral especial naente, excitan la sorpresa del viajero. Las fortalezas, los templos 6 teocalis y los palacios demuestran una civilizacion adelantada. Los monumentos mas antiguos revelan una civiliza- cion primitiva, que puede remontarse d unos miles de afios. Pero puede constatarse un progreso sensible en las ciudades de una edad media, como Chichen-Itza; y en las ciudades mas modernas como Kabah 6 Uxmal el 64 gusto exajerado de la ornamentation, se separa de las tradicciones mas severas de Copan, Palemke y Tiahuanaco. For otra parte la construction maciza de los monu- mentos, la amplitud de las bases, la ornamentation exterior, demuestran un arte adelantado de importa- ci6n extrangera, muy probablemente. Palemke con sus templos, Cuzco con sus palacios y fortalezas y muchas otras ruinas de Mitla y Tiahua- naco pueden compararse con los edificios del antiguo continente. Los bajo-relieves de Chichen-ltza se ase- mejan a los de Babilonia y Ninive; la gran riqueza de la ornamentation recuerda la de los monumentos asirios. Los meandros y grecas que adornan los frisos de Mitla y de Uxmal se refieren a la arquitectura euro- pea, y se ha calculado del palacio de Uxmal, denomi- nado la Casa de lasMonjas, que las esculturas cubrian una superficie de 24.000 pie's cuadrados. El portico de Kabah, el acueducto construido en el Rodadero en Cuzco, pueden ser dignos de Roma, asi como los edifi- cios de Chichen-ltza semejan las dagobas de Ceylan. La estatuaria que adorna estos edificios es tambien notable. Las espavaciones de Palemke ban dado estatuas que revelan la escultura egipcia. La estatua de Chaac-Mol y la Quetzacoatl en la position hierati- ca atribuida a Budha emulan las del Asia clasica. La estatua encontrada en las ruinas de Copan es admi- rable por lo atrevido de la conception, la riqueza de los detalles y la finura de la ejecucion, y en fin, para no citar mas ejemplos, los monolitos colosales de 65 Tiahuanaco y estatuas de Texcoco y Tula, recuerdan monumentos transportados de las riberas del Tiber 6 del Nilo; mientras el palacio de Papantla rivaliza por la sobriedad y gracia de su arquitectura, con la mejor 3poca de Grecia. Y el numero de las ruinas es mas prodigioso qui- zas, en America que en el Antiguo mundo; nose eucuentra alguna que otra ciudad, sino centenares de ciudades arruinadas, con monumentos soberbios ; asi es que Mitla, por ejemplo, entre otras ruinas, contie- ne las de seis palacios, y en el reducido territorio del Yucatan, solamente, se encuentran mas ruinas de ciudades que en todo el antiguo continente: Uxmal, Acanceh, Tispeual, Tiscoceh, Ekmul, Ake, Izamal, Chichen-Itza, con esplendidas ruinas; Kabah, el Usu- macinta, Lorillard, Tayasal, el Peten, Tikal, Coban, Copan y Mitla; tambien con monumentos colosales. No nos queremos comprometer con dimensiones comparativas porque la exploracion completa de las grandes ruinas y monumentos de America aun no ban sido exactamente determinadas, por ser actual mente un trabajo imposible para los exploradores, en vir- tud del cumulo de los escombros 6 de la vegetacion tropical que cubre esas ruinas. Seria necesario que los gobiernos interviniesen oflcialmente en auxilio de los arqueologos. Mas, d fuer de arnericano, y con el proposito de escitar el interns que merece el estudio de las anti- giiedades americanas, me voy d permitir algunas explicaciones inds extensas sobre la America indige- na, como quiera que constituye ese estudio una rama 5 66 especial de las investigaciones arqueologicas y pre- historicas de la ciencia moderna. No se tomara a mal que, escribiendo esta memoria para americanos, me preocupe especialmente de la America prehistorica. K^^^^^H?-^^ MONUMENTOS AMERICANOS fas arqueologicas de la precolombiana CO3ST EL ja-IsTTIO-XJO MTJKTIDO Declare que para mi pasion arqueologica el haber recorrido ambos mundos, por contemplar ios monu- mentos de la antigtiedad, ha constituido la mas gran- de satisfaccion de mi alma, pues de esta manera me parecia ver evocadas de su turaba las generaciones antiguas, la humanidad entera. Pero sobre todo, co- mo americano encontr^ especial satisfaccion en visitar un gran niimero de las antigiiedades prehistdricas del Continente que llamamos relativamente Nuevo, por ignorar lasgrandezas arqueologicas de las civili- zaciones que nos precedieron. Voy a ocuparme de ellas, aunque de una manera somera, no solo para demostrar el interns preferente con que debieramos considerarlas Ios americanos, sino 68 para escitarpositivamente el gusto por estos estudios, que debieran tener una catedra obligatoria en todas las Universidades de America; como quiera que las antigiiedades americanas rivalizan en importancia y grander con los mas celebres monumentos de Egipto, de Asiria, y aun de Grecia y Roma. Las Piramides de Egipto, las ciudades arruinadas, lostemplos, los palacios y las cisternas del Indostan, la gran muralla de la China, no testiflcan un estado de civilization mas adelantado que las antigiiedades descubiertas sobre los distintos puntos de America. Pero mientras que los monumentos antiguos del viejo mundo ban formado desde siglos uno de los te- mas favorites de los viajeros, de los historiadores y de los anticuarios, los del nuevo mundo ban sido descui- dados aun por los am antes de la prebistoria y de la arqueologia. Como dice M. E. Stephens descubridor de las gigantescas ruiuas de la America Central, las ins- cripciones geroglificas del Nuevo Mundo no ban esci- tado la curiosidad de los sabios, y la sagacidad de los eruditos no se ha dedicado a descifrar esos ves- tigios con el ardor proporcionado a su importan- cia. Aunque afortunadamenie en estos ultimos tiempos comienzan a multiplicarse las obras que tratan de las antigiiedades y de la etnologia ame- ricanas y se debe esperar mucho de los eruditos trabajos de americanistas como M. Bancroft, Hyde Clarke, el abate Brasseur de Bourbourg, Le-Plon- geon, Wienner y otros varies. Desde luego los monumentos que cubren la Ame"- rica indigena, desde los lagos del Canada hasta - 69 - las fronteras meridionales de Bolivia en una super- flcie de un millon de leguas cuadradas, se encuen- tran en gran abundancia, sobre todo en la parte occidental del continente, los restos de obras que atestiguan la existencia en America, en la mas remo- ta antigiiedad, de razas que habian llegado a un alto grado de civilization. Estas obras monumentales y estas ruinas llegan a tal numero que su simple description exigiria un volumen, como lo atesta Baldwin. Son ciudades arruinadas, palacios, templos, caminos publicos, for- talezas, estatuas, piramides, monolitos, rocas cubier- tas de esculturas, inscripciones geroglificas, idolos, armas, utensilios, ornamentos y manuscritos. Si Humboldt fue el primero en llamar la atencion de los sabios sobre las antigiiedades del nuevo Mundo tambien ha tenido el honor de ser imitado por hom- bres tales como Del Rio, Galindo, Dupaix, de Waldeck, Stephens, Catherwood, Norman, Squier, Davis, Pres- cott, Baily, Tylor, Bell, Baldwin, Le-Plongeon y otros. Semej antes trabaj os son una grande esperanza para el americanismo. No es, por tanto, de cxtraiiar quo ya puedan esta- blecerse 'varias analogias arqueologicas entre las ruinas de ambos mundos. Dos divinidades en ba- salto y el busto de una. sacc-rdotiza, de la misma materia, procedentes de la civilizaci6n azteca del Anahuac en Mejico, tienen una gran analogia de estilo y de trabajo con las liguras egipcias de Tentyris. Los vasos de granito encontrados en las 70 - costas de Honduras revelan tambie'n el arte egip- cio en su adorno de cabezas y meandros. Los ladrillos crudos unidos con arcilla de la pira- mide de Cholula, las piedras duras, talladas y puli- das, colocadas en hileras regulares sin cimento, los bloques gigantescos de varias ciudades, especialmen- te del Cuzco, Chichen-Itza, Izatnal y de Tiahuanaco, que miden 12 m. 38 de longitud, sobre 3 m. 80 de ancho y 1 m. 90 de alto, 3 no recuerda semejante estilo de construction el de los edificios de la India y del Egipto ? Prue"banlo tambie'n las ruinas del palacio de Mitla en Oaxaca, con sus columnas de granito, sus gre- cas, sus puertas y^los adornos que se notan en los muros exteriores de los edificios americanos. El bajo relieve azteco, conocido con el nombre de piedra de los sacrificios, encontrado en la plaza de Mexico, reveia el estilo asirio, y el calendario mejicano recuerda el de Egipto. Esos bloques enormes de piedras pulidas, esas bovedas y arcos, afectando la forma ogival, como existen en Kabah de Yucatan, las grandes cons- trucciones del Cuzco, de Pachacamac, de Palemke, Mayapan, de Copan y Tiahuanaco, trabajos que evidentemente no han podido ejecutarse sin nocio- nes cientificas ^no revelan un alto grado de civi- lization, no solamente por el corte y colocacion de enormes monolitos graniticos, sino tambien por la fundicion y empleo de metales, revelando al mismo tiempo el aspecto de varies edificios Ja^ 71 - pagodas del Asia, como sucede en varies monu- mentos de Uxmal? Soy un decidido americanista, no por lo eru- dito, sino por la aflci6n d las antigiiedades ame- ricanas, y desearia bajo un aspecto general segun puede deducirse de los monumentos y tradiciones de las razas aniericanas civilizadas, establecer las razones que autorizan a pensar que la civilizacion primitiva americana es de origen asiatico y arian. Procurare" ensayar con esta ocasion la determi- nation del orijen de la civilizacion, cuya expresion representan los monumentos y antigiiedades de Ame"- rica. A fin de proceder con claridad, establecere desde luego la identidad de los monumentos mas antiguos, y por consiguiente la de los pueblos prehist6rico c ; a los cuales debemos esos monu- mentos. En seguida establecer^ el punto de partida de esta raza primitiva civilizada, y la via por la cual ha entrado en America con la probabilidad que es posible aflrmarlo hoy dia. ^No es verdad que son estos los dos puntos mas interesantes de la arqueologia americana en sus relaciones con la etnologia y la prehistoria. 72 IDENTIDAD DE LOS MONUMENTOS Y DE LOS PUEBLOS PREHISTORICOS QUE LOS ERIGIERON Es evidente para la arqueologia comparada con la historia, que las razas semi-civilizadas encon- tradas en posesion del suelo por los espanoles, a saber; los Aztecas en Mejico, los Quiches en la America Central, los Quichuas en el Peru los Mayas en el Yucatan, y los Muyscas en Cundina- marca de Colombia, no eran los constructores de los monumentos ciclopeos mas notables, sino sola- mente los sucesores de esos constructores, de quie- nes se habian convertido en seiiores por la con- quista; debiendo, por consiguiente, remontarse a una antigiiedad superior para explicar esos monu- mentos, que es lo que procuramos demostrar al aflrmar que existe una raza prehistorica construc- tora de los monumentos mas antiguos de America. En los valles y cuencas del Mississipi y del Ohio, en donde se ban descubierto sorprendentes cons- trucciones de monticulos, fortalezas y recintos, obra de pueblos civilizados, los constructores habian des- aparecido ya en el momento de la conquista por los espanoles, todos, con excepcion quizas de los Natchez y los Mandanos. No debemos, pues, juzgar 6 emitir opinion sobre 73 los autores de los monumentos aun existentes en esas dos grandes cuencas, sin6 consultando esos monumentos en si mismos, asi como ciertas tra- diciones que se ban conservado entre los Indios actuales; y sera de los resultados de este doble examen que se deducira el parentesco de estos constructores con las razas mas antiguas de Me'jico y del Peru. En Me'jico, a su vez, los Aztecas no se conside- ran como la raza aborigena, pues como confesaba Moctezuma d Cortes. Segun nuestras tradicio- nes, habitamos un pais que no es el nuestro; somos estrangeros venidos de lejos. Antes de los Aztecas, en efecto, los habitantes de Me'jico eran los Toltecas; y como dice Prescott, todo lo que en Me'jico ha merecido el nombre de ciencia, proviene de ese origen; las ruinas de numerosos edificios de la Nueva Espana, que se les atribuye, demuestran que en arquitectura eran muy superiores d los pueblos que los reemplazaron en el pais del Anahuac. Existen tambien dos categorias muy distintas de antigiiedades en la America central, en donde inrnensas ciudades inhabitadas y olvidadas ya en la epoca de la conquista, ban sido descubiertas en este siglo por Waldeck, Stephens, Cathervood y otros arquedlogos. En el Peru, las antigiiedades se dividen tam- bien en dos clases perfectarnente distintas; pre-in- casicas 6 incasicas. Los monumentos de estilo mas antiguo, son los mas solidos en su construccion, 74 los mas artisticos en su ejecuci6n y los mas asia- ticos en sus caracteres generales. El solo hecho de que las antigiiedades mas remo- tas son las mas considerables y perfectas, parece demostrar que la civilizaci6n primitiva de Ame- rica, en lugar de ser indigena, es al contrario exo- tica, como tan cientificamente lo ha sostenido Tylor. Las maravillosas analogias que existen entre las antigiiedades de la America del Norte, las de la America Central y las de la America del Sud bas- tan para establecer el origen comun de las razas civilizadas de estas diversas regiones. De manera que las investigaciones de los anticuarios, de los lingiiistas, de los etnografos tieuden a demostrar que Una grande raza homogenea y civilizada ha introducido las artes y las ciencias en la America precolombiana. He aqui los testimonies que demuestran que en Mejico, en la America Central y en el Peru exis- ten al menos dos clases de monumentos. Asi, empezando por el Peru, la obra de M. Hut- chinson, que abunda en descripciones de las antigiie- dades peruanas, indica el caracter pre-incasico de muchas entre esas antigiiedades, desmintiendo asi a Garcilaso de la Vega, que siendo de sangre incasica, atribuyo a los Incas la introduction de los primeros elementos de la civilization en el Peru ; a cuyo autor nan seguido, sin embargo, mu- chos historiadores y arqueologos. Prescott, aunque influenciado por Garcilaso, nota esa diferencia entre los morwmentos peruaaos, - 75 Sobre los bordes del lago Titicaca, dice, se en- cuentran ruinas que los Peruanos reconocen ser anteriores a la pretendida llegada de los Incas y haber proporcionado a estos los modelos de sus construcciones. Nosotros podenios razonablemente deducir que ha existido en esta region una raza adelantada en civilizacion, rauy anterior ,a los Incas, y que esta raza, conforme a una tradicion casi constante, habitaba los alrededores del lago Titicaca. En efecto. mientras que los monumentos Ayma- ras , que son los mas antiguos , estan construidos con piedras regulares y pulidas, cubiertas de ins- cripciones gerogliflcas y ban sido erigidas a una gran distancia de las canteras, lo que ha hecho necesario para el transporte de los materiales una suma de trabajo incalculable, Jos monumentos Qui- chuas, monumentos menos antiguos Inca peruanos, son en la generalidad de los casos construidos con adobes 6 ladrillos crudos. M. Bollaert, que a los Aymaras considera ser esa raza primUiva, describe de este modo los monu- mentos Aymaras : La region que se estiende al Sud de Cuzco hasta la gran cuenca del lago Titi- caca, esta habitada por los Indios Quichuas; alre- dedor del lago, en sus islas y en las proximidades vive el pueblo Aymara: al Sud y sobre una planicie cuya altura es de 13.000 pie's, se encuentran las rui- nas d-3 una grande ciudad y de palacios. Un solo templo contiene 8.678 toneladas de material.... Sabe- mos que Mayta-Capac Jleg6 al Sur partiendo del 76 - Cuzco y que someti6 a los Collas de las alturas, 6 Aymaras; no fue, pues, el ([uien erigi6 estas vastas construcciones, sin6 que las encontr6 de pie. No se puede dudar que Manco-Capac, reputado el primero de los Incas fuese do origen Aymaroi. Puede ser que las guerras hay an puesto fin a un antiguo imperio Aymara bajo el cual haya sido construida Tiahuanaco, y que Manco-Capac, obli- gado d huir de las orillas del Titicaca, se haya dirijido al Norte y civilizado a las Quichuas, quie- nes despues sometieron a sus comarcanos meri- dionales. M. Markam dice que los antepasados de los Aymaras actuales han creado una civilizacion de la cual no tenemos conocimiento sino por el tes- timonio silencioso de las ruinas ciclopeas de Tiahuanaco y de otros lugares, y concluye afir- mando que la arquitectura, la escultura, la religion y el lenguaje de los Aymaras se han diferenciado siempre de los Incas. En cuanto a la identidad de todas las ruinas peruanas mas antiguas, que atestiguan la existencia de un antiguo imperio absolutamente homogeneo, M. Hutchinson se espresa asi : Los tumulos fune- rarios, las fortalezas y los palacios son del mismo estilo a lo largo de la costa que se estiende desde Arica a San Jos& de Guatemala, cualesquiera que hayan sido sus constructors Chinchas, Juncas 6 Chimuses. Sucede lo mismo en el dominio del arte, porque no existe diferencia alguna entre la alfareria desde - 77 Arica hasta San Jose, aunque estos puntos este"n d mas de un millar de millas de distancia. En fin, el cilindro de plata de lea es completamente seme- jante al de Chan-Chan y sin embargo ambas loca- lidades estan tau distantes entre si como las ante- riores. Es probable que los conquistadores Quichuas eran una raza del Noi'te, semi-barbara y aliada a los Quiches de la America Central y a los Aztecas de Mejico. En efecto, en su historia de Quito, Velazco refiere que al llegar a este pais, se sorprendieron los Incas de oir hablar un dialecto Quichua, cuando este idioma era absolutamente desconocido en la comarca que acababan de recorrer. Es posi- ble que estos conquistadores llegasen al Peru por el mar, porque sus balsas a vela, eran las mejores embarcaciones de que se ban servido los Indige- nas americanos. Los groseros quippos de que se servia este pue- blo para conservar la memoria de los aconteci- mientos, se semejan en algo d los Wampuns em- pleados por los Indies de Norte America para redactar sus tratados, el computo del tiempo y de otros objetos. Las razas peruanas mas antiguas estaban alia- das probablemente a los Toltecas de Mexico, por- que existia una grande analogia entre las cons- trucciones, los geroglificos, las fornias de culto y de gobierno entre ambos pueblos. Ademas el tem- plo de Pacha-Camac de Lima, como el templo de Cholula en las llanuras de Mejico, es una especie de 78 montafia artificial 6 vasta piramide de ladrillos cru- dos con su respective terrazo. La presencia de inscripciones gerogliflcas en las ruinas mas antiguas, prueba la gran superioridad de la raza primitiva sobre la de los Quichuas, porque esta ultima ignoraba absolutamente el arte de escribir. Existe entre las antiguas civilizaciones del Peru y de la America Central otra analogia muy notable, la existencia de las Casas cerradas en ambas regiones. De ellas dice Hutchinson : Todas estas hermosas rui- nas ban sido rellenadas de meteriales s61idos; cuando se las vacia, se encuentran hermosos aposentos , generalmeiite cubiertos de geroglificos y de arabescos habiendo sido muradas todas las puertas. Es evidente que la obstrucci6n de estas casas ha sido artificial 6 intencional. Mas con qu6 fin y por quien ha sido hecho esto ? Se puede responder, 6 que por este medio los abo- rigenes nan querido impedir que los Incas-perua- nos profanasen sus palacios y ternplos, 6 que los mismos Incas-peruanos nan querido impedir asi d los aborigenes rendir culto a sus divinidades. Como en la America central, las construcciones mas antiguas abundan en representaciones de idolos ; ahora bien, los dioses asi representados, no eran ado- rados por la raza inca-peruana. Por consiguiente podemos deducir razonablemente por estos caracte>es ide"nticos que las razas primitivas y civilizadas de la America central y del Peru eran tambie"n ide"nticas ; pero que fueron subyugadas por salvajes venidos del 79 Norte y que probablemente hubo identidad entre los Quichuas y los Quiches y quizas con los Aymaras. Como quiera que sea las dos razas fueron disgrega- das sin duda por la presion de las tribus del Norte, como sucedio en el antiguo mundo, porque encon- tramos en Nueva Granada otra raza civilizada, la de los Muyscas, cuyo calendario, al decir de Hum- boldt es mas'asiatico y cientiflcamente mas exacto que el de los Aztecas. Este pueblo hacia uso de calendarios sobre piedra pulida; sus sacerdotes hacian observaciones lunares y dividian el ano en veinte meses, como algunos pueblos asiaticos. Los Muyscas son restos quizas del imperio Ay- mara, separados del tronco comun por una irrup- cion de barbaros setentrionales, porque las concep- ciones astronomicas de los Quichuas, eran sobera- namente pueriles. En Venezuela, en las proximidades de La Guayra y en distritos en donde no han habitado sino tribus semi-civilizadas, se encuentran vastas ciudades desiertas, llenas de figuras colosales de jaguares y cocodrilos, asi como imagenes del sol y de la luna grabados en sienita y granito, habiendo sido descubierto en el Peru un calendario lunar com- pletamente semejante. 80 II El descubrimiento hecho por Stephens, Gather- wood, Waldeck y Le-Plongeon en la America Central y en el Yucatan, de mas de cincuenta ciudades en ruina, cuya existencia hasta ahora era casi completamente ignorada, ha constituido el gran acontecimiento arqueologico en America. En ambas regiones se encuentran ciudades de una grande extension con palacios, temples y pira- mides de dimensiones enormes y de un trabajo perfecto, rocas cortadas en forma de hombres, rnuje- res y animales, colinas artificiales revestidas de construcciones de piedra, canales para aguas sepa- radas de su curso y cantidad de inscripciones geroglificas en todas partes. Prescott advierte con razon que estos restos prueban la existencia de una civilization mas adelantada que la indicada por cuanto se ha encontrado en el continente americano. Pero, por mas magnificas que sean estas ruinas no escitan la admiration de los indigenas actuales del pals, y en la historia da la conquista, nada se encuentra relativo a la grandeza y extension de estas ciudades. Los Indios de Mejico, que ornaron con flores la estatua del horrible dios de la guerra, exhumado en 1790, despues de dos siglos de sepelio, ni siquie- 81 ra tienen un nombre para designar las ruinas gigantescas de Palemke y de Copan. En cuanto a las Casas de piedra las refleren vagamente a los An- tiguos. Segiin observa Stephens, el conquistador Hernan Cortes debio haber pasado a unas siete 6 diez leguas del lugar de Palemke. $No es cierto que si esa gran ciudad hubiera vivido entonces, el Conquistador hubiese oido hablar de ella y que hubiese ido a tomarla?^ Es por tanto justo suponer que en la e'poca de la conquista, Palemke estaba ya en ruinas y que habia caido en olvido. Y esto sucedio respecto de Copan, de Uxmal, de Mayapan y otras grandes ciuda- des arruinadas. Aunque su perimetro sea inmenso, y generaciones de obreros y de millares de vidas hayan sido emplea- das para levantar tan grandes monumentos del traba- jo y de la perseverancia humanas, estas ciudades permanecen sin historia, como permanecieron Menfis, Tebas, Baalbeck y Pompeya, sin ser quizas mas anti- guas. Y sin embargo $ cuantas generaciones no se ban sucedido antes que estas ciudades y palacios cayesen arruinados y quedasen sepultados en la espesa flores- ta y desde que su recuerdo ha desaparecido? Asi yacen Ninive y Babilonia, asi yacian ignoradas Baalbeck y Palmira para las hordas salvajes 6 nomadas que cruzaban por aquellas colosales rui- nas ! Es extrano, pues, que Stephens ponga en duda la gran antigiledad de las ruinas americanas . 6 82 Semejante opinion se basa en tres consideraciones que no resisten un serio examen. 1. Sobre el aspecto y estado de esas ruinas. Los materiales clelesnables no resisten a la fecundidad del suelo y del clima. Ahora bien, con una exposici6n durante seis meses del ano a un diluvio de lluvias tropicales, con el crecimiento de robustos arboles al traves de las puertas de los edificios y sobre sus techos, parece imposible que despues de dos 6 tres mil aiios un solo edificio pueda permanecer en pie ; y sin embargo, se encuentran tirantes y vigas de madera en perfecto estado de conservation ! Respondese a esta objection que no es necesario atribuir a estas ruinas una antigtiedad de algunos millares de anos. Clavigero ha calculado que los Toltecas no abandonaron el Anahuac para refugiar- se en la America Central antes del ano 1051 de J. C. esto es, quinientos anos antes de la conquista. Stephens cree que los edificios estan en vias de una degradation absoluta y que dentro de pocos anos no seran mas que rnontones de ruinas; sin embargo no puede aflrmarse que el clima haya sido siempre tan pernicioso para los edificios como lo es hoy dia, como quiera que en epocas ante- riores, la comarca no estaba tan llena de bosques y por consiguiente era menos humeda. Ademas se ha encontrado en Egipto madera perfectamen- te sana despue's de 3.000 anos de tallada y he visto en el Museo de Bulack una estatua de madera de la 4poca de las primeras dinastias perfectamente conservada a pesar de haber permanecido entre es- 83 combros quien sabe cuantos siglos. Porqu6 el mismo hecho no podria verificarse en el Yucatan, que es un pais seco? En Ocosingo en donde Stephens ha encontrado un dintel tan duro que tenia el sonido del metal, carecia de todo sintoma de putrefaction y las ruinas son evi- dentemente muy antiguas. Hay maderas que resisten mucho a la humedad y al tiempo y que se endurecen y petriflcan con la humedad. Es por tanto temerario generalizar sobre unabase tan reducida, como de un dmtel deteriorado de Palemke. 2. Stephens aduce el testimonio de los cronistas espanoles para demostrar que en el momento de la conquista los indigenas civilizados construian con piedra. Es verdad, pero sus construcciones son incommen- surablemente inferiores a las de las razas anteriores. Ademas si las ciudades en ruina hubiesen sido construidas por los Indies de la epoca de la conquista % como se explica que ignorasen la existencia de las mismas? Y 3 la diferencia de costumbres? Los anti- guos Toltecas no tenian sacrificios humanos como los Aztecas. 3. Stephens se apoya en la semejanza que existe entre los caract^res empleados en ciertos manuscritos mejicanos, como los de las bibliotecas de Dresde y del Vaticano, (1) y los caract6res grabados sobre los (I) Debo advertir una vez por tpdas que no solo he visto estos docuraentos de la civilizacion ainericana existentes en los museos de Europa, sino tambien la mayor parte de las ruinas de Ame- rica. 84 monumentos y las incripciones de Palemke y de Copan, con el fin de establecer que la escritura de los Mejicanos de la conquista era igual a la de los pueblos de Palemke y de Copan. Pero esta aseveraci6n es insostenible desde que consta por estudios ulteriores que el c6digo de Dresde difiere esencialmente de los manuscritos Aztecas que poseemos y parece pertenecer a la e"poca de los Toltecas. Stephens anade que la faz esculpida en el centro del celebre calendario de piedra de los Aztecas esta reproducida en un altar de Palemke. Pero es sabido que los Aztecas deben todos sus conocimientos cien- tificos y astronomicos a los Toltecas que les proce- dieron: el argumento por consiguiente es de ningun valor. Hay mas aiin : Stephens sin quererlo ha corro- borado la opinion de los que identiflcan los cons- tructores de las ciudades de la America central, no con los Aztecas y los Quiches, sino con los Tolte- cas. Hablando de Utatlan, 6 Santa Cruz del Quiche", que estaba habitado en la e"poca de la conquista, se expresa en estos te"rminos: Hemos procurado descubrir alguna semejanza entre las ruinas de Copan y de Quirigua; pero no hemos encontrado en Utatlan ni estatuas, ni figuras esculpidas, ni gerogliflcos, y nos hemos apercibido de que nada de esto habia existido alii. Si hubi6semos encontrado pruebas de esta especie, hubie"semos podido conside- rar estas ruinas como la obra de pueblos de la misma raza; pero nada hemos encontrado y por 85 tanto debemos creer que Copan y Quirigua ban sido ciudades de pueblos pertenecientes a razas diferen- tes y que ban sido construidas en e"poca muy an- terior. M. Boyle dice: Un escritor contemporaneo de la conquista afirma, al hablar de Centro America, que la raza tolteca ha sido alii la raza aborigena, que en un tiempo poseyo el pais y toda su riqueza y que entonces las mugeres eran tratadas con un respeto extraordinario. Y afiade en otra parte: La conformidad general delas formas religiosas que, segun todos los bistoria- dores, ha prevalecido desde Mejico hasta Panama constituye un hecho etnograflco muy curioso. Si se admite que una raza mas civilizada que sus conquis- tadores, ha poseido toda la comarca en otra e'poca, esta conformidad llegaria a ser incomprensible, y las diferencias particulares en las ceremonias que se notan entre las diversas tribus, tenderia mds bien a 1 simpliflcar el problema ; porque no es verosimil que varias hordas de salvajes arrojandose sobre una poblaci6n relativamente civilizada, hayan recogido todas las tradiciones de esta ultima, sin alterarlas. Stephens nota que los gerogliflcos de Palemke son semejantes a los de Copan y de Utatlan, que los de Uxmal son identicos a los de Copan y Palemke, y en fin que el caracter de los dibujos y bajos-relieves de Ocosingo difieren muy poco de las esculturas de Palemke. M. Squier dice : Los primeros habitantes de Nica- ragua, y en general de la America central parecen haber sido de pura raza tolteca. Los paciflcos, indus- triosos, inteligentes y d6ciles Indies de los alrededo- res de Le6n son de la mas pura sangre tolteca; y por sus formas pequenas y redondas, por sus facciones regulares, sus ojos claros y expresion graciosa, con- trastan de una manera singular con los turbulentos y crueles Indios de los alrededores de la antigua Nica- ragua. Estos son mas grandes y corpulentos, sus ras- gos son mas agudos 6 irregulares, y su expresi6n es siempre la de reserva 6 del mal humor. Sir Arturo Help en su interesante historia de la conquista de la America espanola, expresa la opinion de que los Toltecas estaban en posesi6n de Guatema- la en la e'poca de la invasion y que quizas el pueblo propiamente dicho y sus gobernadores pertenecian, como en el Peru, a razas diferentes, mientras que los Toltecas conservaban la posici6n de gefes y sacerdo- tes, merced a su ciencia superior. El reino de Gua- temala, dice, estaba entonces gobernado por una raza dominante llamada Tolteca. Estos Toltecas habian venido de Mejico, cuyo centre fu6 Tula, situado a doce leguas de Mejico . Se cree que su nombre signi- fica; arte de construir. Su comarca originaria fu6 desolada por la peste, el hambre y la guerra. > Torquemada narra bajo la fe de los autores contem- poraneos que los Toltecas fueron atacados por los Ulmies, sus antiguos enemigos, y que estos salvajes pudieron subyugarles, y que los oprimieron cruel- mente, sacrificando un gran numero a sus dioses. Desesperados, se determinaron por consejo de sus gacerclotes a abandonar la comarca, lo cual realizaron 87 el ano beteclpat , 959 de nuestra era , segun el histo- riador azteca Ixtlixochitl . La causa de la destrucci6n y de la emigraci6n de esta raza civilizada, como la de la destrucci6n de las colonias en el valle del Mississipi y de los Aymaras en el Peru, ha sido la presi6n no interrumpida que ha ejercido sobre la region del Sud la llegada de nuevos inmigrantes por el estrecho de Behring 6 por los ar- ch ipiellagos de la Polinesia. Los Quiches y los Quichuas vinieron del Norte, y su civilizacion ha sido igualraente alterada por las costumbres barbaras de las tribus setentrionales. Es posible, segun cree Brasseur de Bourbourg que los Mayas del Yucatan sean los descendientes directos, aunque degenerados de los monumentos toltecas, como quiera que en Yucatan el Maya es la unica lengua hablada . El Yucatan ha sido evi- dentemente el ultimo refugio de la raza civili- zada al ser perseguida por las tribus barbaras: por lo demas el cardcter de sus mismas ruinas parece demostrarlo; en efecto, si el plan general de los monumentos es el mismo que el de Palemke, los materiales son de cualidad inferior. La ausencia de inscripciones geroglificas, acusa igualmente la de- cadencia de los constructores e indica que estas construcciones han sido el ultimo esfuerzo de una raza decadente. Algunos afios antes de la conquista de los espa- iioles, los monarcas mejicanos habian llevado sus conquistas hasta la America Central; pero M. Help cree que si los Ouatemaltecos baa sido some,- - 88 tidos a los Aztecas, no lo ban sido sino en los ulti- mos veinte anos del imperio mejicano. Son la vanguardia del movimiento hacia el Sud, que parece haber arrojado de sus moradas a los habitantes de estas ciudades, con tal precipitaci6n que estas per- manecieron intactas hasta el punto de que los bloques de piedra fueron abandonados en el camino de las canteras de donde habian sido extraidos. Los Quiche's, que nos interesan principalmente porque forman un anillo de union entre Mexico y el Peru, era un pueblo poderoso en la 6poca de la conquista. Tecum-Unam, su rey, contemporaneo de Moctezuma, combatio contra Alvarado a la cabeza de 230,000 guerreros, aunque en vano. La ciudad de Utatlan, su capital, con la ciudadela de Atalary de cuatro pisos, el castillo del Resguardo, de cinco pisos; y el Alcazar 6 palacio real, rivalizaban con las ciudades mas famosas de Mejico y del Peru. Francisco Vazquez, historiador de la orden de S. Francisco, da el relato siguiente: Los Toltecas bajo la direction de Tanub pasaron del uno al otro Continente y fundaron la ciudad de Tula. Tanub fu4 el padre de los reyes de Tula, de los reyes de Quiche" ,y del primer monarca Tol- teca Los reyes de Mejico y de los Quiche's conocian las relaciones que los ligaban: asi Moctezuma des- pues de haber sido hecho prisionero, envio secre- tamente un mensagero a Hicah-Tanub, para infor- marle que los hombres blancos habian llegado a sus Estados, y que se preparase para resistir la 89 invasi6n del reino de los Quiches. Hicah-Tanub muri6 de colera y de ansiedad, pero su hijo Tecum- Unam, vige'simo descendiente de Tanub, que habia conducido los Toltecas a America, cay6 bajo la espada de Alvarado. Max Mliller dice que por el estudio de obras como las de Ixtlixochitl es por donde debe comen- zar la filologia americana. Estas obras son para el estudio de la antigiledad americana lo que ban sidoManethon para el estudio de los geroglificos egip- cios y Beroso para las inscripciones cuneiformes. Estan escritas en dialectos de tres siglos de anti- giiedad solamente, y hablados aun hoy dia por los naturales, con las modificaciones que sufre toda lengua en el curso del tiempo. El eminente americanista abate Brasseur de Bour- bourg ha visitado seis veces la America central para estudiar sus lenguas y descifrar sus inscripciones, y cree haber podido descubrir con el auxilio del Maya, del Quiche^ del Katchiquel, del Azteca y otros idio- mas, al menos los nombres de la lengua perdida que ban sido conservados en los muros de las ciudades de la America Central. Parece que tales inscripciones no son inferiores a las inscripciones romanas 6 infinitamente menos complicadas que las inscripciones egipcias y aryanas. Hay, pues, grandes esperanzas para poder restablecer la antigua lengua y con ella la historia de esos pue- blos desaparecidos. Asimismo M. Hyde Clarke ha declarado que en sus investigaciones ha encontrado grandes analogias - 90 - entre el Asia y America en lo relative al estilo de la arquitectura y a los geroglificos. Pero de este punto tratarase mas completamente en la segunda parte. Ill En el centre y norte de Mexico, esto es, en las comarcas en donde los Toltecas moraron despue"s de su llegada a America t se encuentran restos gigantes- cos deobras elevadaspor esta raza, a la que Humboldt ha dado el norabre de Pelasgos del Nuevo Mundo. Los templos-piramides de Teotihuacan, de Papantla y de Cholula, la colina-ciudadela de Xochicalco y muchos otros restos cic!6peos testifican la maravillosa habi- lidad de esta antigua raza, cuya historia no puede ser restablecida sino con el auxilio de las tradiciones de sus sucesores, los Aztecas. Un historiador del pais , contemporaneo de la conquista, narra que estos Tol- tecas vinieron de regiones apartadas situadas al otro lado de los mares y de las tierras; que entraron a Mexico por el N. 0. ysefljaron en el Nuevo Mejico hacia el ano 300 antes de J. C. ; que conquistaron el pais de la raza de los Chichimecos y establecieron una monarquia absoluta y paternal como la de los Incas del Peru. Despues de haber gobernado a Mejico durante cuatro siglos, los Toltecas desaparecieron de la historia, Seguu Prescott eran muy versados. en la _ 91 agricultura y en la mayor parte de las artes meca- nicas, trabajaban los metales con habilidad, inventa- ron el calendario tan complicado, adoptado despues por los Aztecas, y fueron los verdaderos fundadores de la civilizaci6n que distingui6 esta parte del continente, en los liltimos tiempos. Segun la tradition los Aztecas abandonaron su pais de Aztlan (pais del agua) hacia el ano 1280 de J. C. y llegaron al Anahuac a principios del siguiente siglo. Encontraron en las comarcas de Mexico vastos monumentos ciclopeos que se limitaron a imitar. Hicieron progresos en las artes mecanicas, mas que en las ciencias, y su religion degenero en una creencia sanguinaria con sacrificios humanos, mientras que los Toltecas habian practicado el sabeismo. Cuando el imperio Tolteca fu4 destruido, es pro- bable que las tribus civilizadas conservaron su independencia, al Norte en los desiertos del Nue- vo-Me"jico, y al Sud en las florestas de la Ame"ri Central. Segun lo indica M. Bell es muy probable que las tribus civilizadas vinieron del Sud en el Nuevo Mexico y el Arizona. La tradition indica que los Toltecas y los Aztecas entraron a Mexico por el N. 0.; pero siguiendo a M. Bell se produjo posteriormente un movimiento parcial y retrograde del cual existen pruebas incontestables. Vamos a dar una breve notion de otra de las ramas de la raza civilizada que ha ocupado en una poca prehist6rica los valles del Mississipi y del Ohio, asi como los Estados del Oeste, para apreciar el grantor y Ja import ancia de sus antjgiiedades, - 92 Desde los hordes del Lago Superior hasta el Golfo de Me'xico, una raza numerosa y civilizada ha dejado rastros innumerables. En el extreme Norte existen minas de cobre que han sido explo- tadas, sin duda los meses de verano, por la raza civilizada del Sud, y que parecen haber sido aban- donadas de repente. porque se han encontrado alii utiles y masas de minerales preparadas para la estraccion: encue"ntranse grandes extensiones que fueron cultivadas artificialmente, sobre las cuales hoy existen florestas inmensas, terromonteros figu- rando animales curiosos y representaciones de hombres y animales ejecutados en concave 6 en relieve. Estos monumentos se encuentran principalmente en Yowa, Wisconsin y Michigan. Ellos indican que las razas civilizadas estaban rodeadas de tribus semi-civilizadas, que cultivaban los cereales para venderlos a sus vecinos, & inhumaban sus muertos en los otcros 6 terromonteros. Sus vecinos civili- zados en mayor grado, eran los Indios-Pueblos, autores de las casas grandes. Mas al Sud, los monumentos se asemejan mas a los de Mexico y Peru. Las piramides truncadas de Cahokia (Illinois) que contienen 20 millones de pie's cubicos de tierra; las de Miamisburg (Ohio), Selserstown (Mississipi) y muchas otras se asemejan particularmente al tipo meridional. M. Morgan ha explicado el origen de la mayor parte de estos terromonteros rectangulares 6 cir- culares del valle del Ohio como construidos para 93 jibrarse de las inundaciones, formando esas alturas artificiales el primer piso, sobre el cual edificaban sus cabanas los indigenas. En los estados del Sud las construcciones pira- midales abundan y los habitantes parecen haber vivido en ciudades abiertas por no temer las invasiones de las tribus salvajes del Norte. A unas 18 millas al 0. de Menfis (Tennessee) entre el Yazoo y el Mississipi, se ban encontrado restos de grandes trabajos hidrograficos y de irrigation. Existen alii Aguadas, canales, diques, fosos, terraplenes, nilometros y restos de puentes. Desde Cairo a Baton-Rouge se notan rastros de trabajos que reproducen en las inmediaciones del Missi- ssipi la industria y el arte de los antiguos Egip- cios, pues parece practicaban los mismos modos de agricultura. Los Natchez que se encuentran en esas inme- diaciones parecen ser un resto de ese antiguo pueblo civilizado y agricola. La pequefia tribu de los Natchez, dice Squier, tenia mas que ningu- na otra nation del continente nociones civiles, politicas y religiosas y costumbres analogas a las de los Peruanos > Innumerables obras ban sido emprendidas por el pueblo de que nos ocupamos, con un proposito defensivo, y cuya ejecuci6n revela una grande habilidad. Todo el espacio que separa los Alle- ghanes de las Montanas Rocosas esta cubierto de una sucesi6n de vastos campos atrincherados y de colosales fortificaciones construidas con tierra y - 94 piedra . Cada eminencia estd defendida , y lo mismo sucede con cada delta formado por la conjuncion de dos corrientes de agua. Reductos, parapetos, reparos, circunvalaciones, atalayas y casamatas, son otras tantas pruebas de la inteligencia y ade- lanto de este pueblo. Parece que la guerra ha desolado el Ohio, por- que las ruinas de las plazas fuertes son gigantes- cas; alii se encuentran sistemas de fortalezas, pro- fundos pozos, pasajes secretos por debajo de los rios, garitas sobre las alturas, depositos de agua para las guarniciones y el ganado, muros conc6n- tricos para defender las puertas y otras obras. Todas las plazas fuertes estan proximas a corrien- tes *de agua, construidas en los lugares mas estra- t^gicos, fabricadas generalmente con piedras 6 con materiales traidos de lejos. El arte de construir era conocido por este pue- blo, porque los campos estan siempre exactamente orientados, y las circunferencias asi como los cua- drados, son siempre regulares por mas que estos trabajos sean de muchas millas. En ninguna parte del mundo existen trabajos militares tan numerosos y complicados; y son mu- cho mas raros hacia el Sud. ^Qu6 causa fatal ha podido destruir esta civili- zation, exclama Lubbock, gporque" estas ciudades estan convertidas en ruinas y han sido abandona- das sus fortalezas? $C6mo las populosas naciones que habitaban antiguamente los ricos valles de 95 - America ban quedado reducidas a las miserables tribus salvajes, encontradas por los Europeos? Una comparacion diligente del testimonio pre- sentado por las ruinas y las tradiciones de las tribus indigenas nos permitira responder con al- guna probabilidad a estas cuestiones. El estado actual de las ruinas y los arboles colosales que bajo la influencia de un clima tem- plado ban nacido, crecido y perecido sobre esas ruinas despues de abandonadas , nos revelan que una raza civilizada ba poblado los fertiles valles del Mississipi y del Ohio cerca de mil afios antes de la llegada de los Europeos. Los caracte>es dominantes de estas ruinas nos hecen pensar que esa raza estaba aliada con los Indios-Pueblos de las casas grandes del Nuevo Mejico, asi como con los constructors de monu- mentos de Mejico, de la America central, del Peru y Cundinamarca en Colombia . Se puede juzgar de la extension de las comu- nicaciones interiores en America por estos hecbos : se encuentran en los tumulos del Mississipi , cobre nativo proveniente del Lago Superior, mica de los Alleghanes, concbas del Golfo, obsidiana y porfido de Mejico y utensilios propios del Peru. La multiplicaci6n en la region del Norte de fortificaciones y de ciudades fortificadas indican azas claramente que la raza civilizada fuS paula- tinamente vencida y exterminada por las tribus salvajes. Cuando los Europeos llegaron a America, dice 96 M. Squier, constataron la existencia de una corriente de emigration dirigida del N. 0. hdcia Nueva Inglaterra y los Estados del centre. Al Este del Mississipi, una segunda corriente partia desde Texas y Nuevo Mejico hacia los Estados del Sud. En fin las tendencias constantes de las tribus del Oregon hacia el Sud era notable, segun lo atestiguaron los misioneros . Veamos ahora las tradiciones de los indios pie- les-rojas. Desde luego su tradicion unanime era que los monumentos en cuestion no habian sido construi- dos por sus antepasados; sino que los habian encontrado erigidos ya al venir del Oeste a con- quistar el pais. Los Alleghanes-Lennapes contaban que sus ante- pasados venidos del Oeste se habian apoderado de la comarca que se extiende desde el Missuri hasta el Atlantico, despues de haber expulsado los indigenas. Durante esta lucha que se prolon- go por varios aiios, los Mingos 6 Iroqueses, si- guieron una linea paralela y acabaron por esta- blecerse sobre las orillas del San Lorenzo y de los grandes lagos que le dan origen. Los Lenni-Lennapes conservan la tradicion de que al haber emigrado al Este se encontraron con un pueblo civilizado. Los Iroqueses tienen leyendas semej antes; puede, por tanto, suponerse que los Indios pieles-rojas, autorizados para esta- blecerse en las inmediaciones de esas comarcas titulo de aliados, fueron empujados hacia ade- 97 lante por tribus venidas del Asia y conquistaron las ricas llanuras del Mississipi y del Ohio. Pero a pesar de estas y otras invasiones de tribus barbaras que subyugaron a ese pueblo antiguo civilizado, es cierto que este di6 una prueba de grande habilidad militar escogiendo el Kentucky, el Tennessee y los Alleghanes para su linea de defensa contra los enemigos del Norte. Esta linea es la unica en que podia apoyarse, y es solo rompie'ndola que Scherman triunfo de la Confede- ration del Sur. Existe cerca de S. Luis en el Ohio, un enorme terrazo en el ' cual alternan hileras de ladrillos con las capas de arcilla y esta construction de tiempos prehistoricos sirve hoy dia de cantera. Los Indios cuentan que antiguamente una raza industriosa habit6 el valle del Mississipi, en donde erigio grandes ciudades. Segun otra tradicion, los honobres de esta raza habian ofendido al Grande Espiritu con el objeto de escalar el cielo y por cuya razon fueron exter- minados. La inisma tradici6n corre con respecto a Cholula; cuyo recuerdo pudo ser traido de Meso- potamia. De todo lo que precede, aunque muy somera- mente expuesto, aparece que la tragedia, cuyo desenlace fu^ la caida del imperio romano en el antiguo raundo, se repiti6 en el nuevo; que los Hu- nos, los Vandalos y los Godos de la America lo- graron destruir una civilizaci6n que podria riva- lizar con la de Roma, de Ninive, del Egipto y de la India. 7 98 CON LAS DEL SUD-ESTE DE ASIA Hemos resumido las informaciones que conoce- mos respecto de las razas prehistoricas civilizadas a cuya indastria esas antigiiedades son debidas. Ahora procedemos a determinar el origen de la ci- vilacion americana primitiva provenience, al parecer, de las naciones del Asia sud-oriental. No tengo necesidad de advertir que. aim cuando como turista he visitado las ruinas principales de America desde el Norte hasta Bolivia, en esta me- moria he tornado los datos principales de las ulti- mas publicaciones de los Congresos de America- nistas y de varios arqueologos y filologos que han estudiado las antigiiedades americanas, aun- que en muchas ocasiones he tenido razones de vista y presencia para rectificarlas 6 ratificarlas . Sin embargo advierto que las conclusiones que establezco en esta memoria me parecen constituir la unica solution probable del problema del origen y desarrollo de la civilization americana. ( 1 ) (I) Cumpleme declarar de nuevo que si me he determinado a hacer este breve resumen sobre la America indigena 6 precolom- biana , no he tenido las pretensiones de aparecer como tin profunJo americanista, sino despertar entre los americanos el gusto por los estudios sobre los antepasados de nuestra America. 99 Un autor distinguido criticando la obra de M. Ban- croft , se ha expresado asi: Pienso como M. Ban- croft que seria temerario pretender detfrminar con precision la raanera con que el hombre ha hecho su aparicion en America; pero creo firmemente con rela- ci6n a los antepasados de las tribus que sus tradi- ciones tienen toda la claridad que puede desearse en semejantes materias. La unidad de la especie humana y la descendencia de todos los hombres de una pareja, son para mi hechos indiscutibles. Asi, pues, cuando veo que los rasgos principales co- munes a las razas americanas, con excepcion de los Esquimales, son precisamente los observados entre los Polynesios, los Japoneses y los Samoyedos, admito sin diflcultad la conclusion deducida por Hum- boldt, Prescott, Tschudi y Wilson, a saber que los Americanos son de extraccion asiatica. Desde 1872, segun los cdlculos de M. Brookes, 41 barcas japonesas vinieron a parar a la costa americana, y 28 de estos naufragios han tenido lugar posteriormente al ano 1850. Ocho de estas barcas han llegado vacias, y los hombres que se encontraron en las otras permanecieron en la co- marca en donde habian tornado tierra. Conviene afiadir que estos 41 naufragios son simplemente aquellos de que se ha tornado nota. Estas barcas habian atravesado el Paciflco bajo la acci6n de la gran corriente que se dirige desde los mares del Japon hacia la costa americana, con una velocidad de doce millas por hora. Es legitimo suponer que los hechos que se verifican 100 en nuestros dias, se ban producido tambien en el pasado, y que por con^guiente, en epocas muy lejanas, naciones enteras cediendo a una grande impulsi6n, ban podido emigrar del antiguo al nue- vo Mundo, por la ruta que siguen aim hoy dia los arrastradores. (1) M. Hyde Clarke considera las lenguas Egipcia, China, Tibetana, Accadiana y Peguan como extre- chamente unidas a las lenguas de Mejico y del Peru, y asigna a todas estas lenguas un centro comun en la Alta Asia, cuna de la humanidad priimtiva. A esta lengua original y al pueblo que la ha hablado le da el nombre de Sumeriano, como que es el usado por los Accadianos, del pais de Accad (Babilonia) an sus monumentos Sumer 6 Su- miri. M. Hyde Clarke divide los Sumerianos en dos grupos, que ban emigrado de un centro comun; el primero comprende los Accades, los Mons, los Cambodgianos, los Aymaras, los Mayas (y los Tol- tecas?); y el segundo los Georgianos, los Etruscos, los Siameses, los Quichuas y los Aztecas. Aparte de estas especulaciones filologicas, el caracter propio de las antiguedades americanas demuestra suficientemente su verdadero origen y afinidades. Desde luego un gran numero de construcciones del Nuevo Mundo eran tumbas 6 monumentos funerariosjy por tanto puede enumerarse el pue- (1) Esto no obstante sostengo las apreciaciones que sobre la existencia de la antigua Atlantida he indicado en la Ame- rica Precolombiancu 101 bio primitive americano entre las razas de constructores de tumbas, la de los Sumerianos de America, como quiera que las analogias entre la arquitectura de los Mejicanos y Peruanos por una parte y la de los Egipcios y Pelasgos por otra, son innumerables. Es de notarse ademas que todos los construc- tores de edificios ciclopeos ban sido Turanianos. Puede tambien constatarse la existencia de ras- gos esencialmente turanianos en las razas civili- zadas de America, por el gobierno paternal y despotico de los antiguos americanos; por su fe" profunda en la magia; en el respeto a la mu- ger y en la influencia considerable que esta ejer- cia, y en la habilidad en extraer y trabajar los metales. Existen ademas otras analogias, en el despotis- mo completamente chino de los Incas del Peru; en la pluralidad de los reyes Quiches que recuer- da la de los Siameses; en el uso en el Peru como en la China y Babilonia del parasol, como signo de dignidad; en la costumbre peruana de mascar la coca con cenizas, semejante a la cos- tumbre asiatica de mascar una mezcla de cal y nuez de betel; en el hecho de que el calendario estaba dispuesto en forma de rueda en el Yuca- tan y en forma de cruz en Siam; en la identi- dad substancial del calendario do los Aztecas y los Mongeles ; en el empleo de los quippos 6 cuerdas anudadas en el Peru, Hawai y la China; en la construction de piramides truncadas y de edifl- 102 cios sobre terromonteros y de los mounds, como en Babilonia y en Egipto; y otras varias analo- gias que seria prolijo enumerar. Consideradas aisladamente estas semejanzas son poca cosa; pero reunidas dan un gran valor a la opinion de los que creen que la civilization ame- ricana ha tenido origen en el S. E. de Asia. Siendo, pues probable que los antiguos ameri- canos constructores de monumentos, pertenecian a la familia turaniana, falta deterininar si pertene- cian a la rama setentrional 6 a la meridional. Ademas de las razones filologicas aducidas por Max Mliller, existen varias consideraciones en favor de la rama meridional. 1. Parece dificil admitir que inmigrantes toda- via barbaros, pudiesen abrirse camino por la regi6n artica, mientras teniaa por delante tribus feroces y salvajes. 2. El exodo hacia America por la via de los archi- pielagos polinesios, parece mas facil y natural para las densas poblaciones del Asia, que por la larga vuelta por las regiones inhospitalarias del Norte. 3. Los Peruanos y los Toltecas parecen haber conservado tradicionalmente el recuerdo de una llegadapor mar; en todo caso no habian conservado memoria de los hielos del Norte. Sin embargo los Quiches, inmigrantes venidos probablemente del Norte en compania de los Aztecas , conservaban el recuerdo de los fenomenos polares, y los Aztecas poseian mapas en los cuales senalaban su llegada a 103 America por la via del estrecho de Behring, Puede admitirse, pues, esta excepci6n. La introduction del algodon y del maiz, atribuido a los Toltecas, se aduce tambie'n como una prueba de que los primeros inmigrantes vinieron por la via del Tropico, desde las comarcas situadas al Sud. En general, no se sabe cuan facil es la travesia del Oceano que separa el S E. del Asia de la costa ame ricana, aun en embarcaciones pobres. El capitan Blyth, despue's de una revuelta a bordo del Bounty, hizo con felicidad, con diez y seis marineros, en una embarcacion sin puente la travesia, desde la isla de Pitcairn en la Polinesia oriental (a algunos centena- res de millas solamente de la America del Sud ) a la isla de Timor. Y eso que la distancia era de 1300 millas ! Sir Carlos Dilke ha constatado que los vientos y corrientes que dominan en esta parte del Oceano Pacifico en la Polinesia, llevariaa la costa sud-ame- ricana una canoa que saliera de la isla de Pascua, c6!ebre por las antigiiedades ciclopeas que contie- ne semejantes a las de America. Ha constatado igualrnente la existencia de una corriente que se dirije desde California a la America central. Ahora bien, es de notar que la tradici6n hace proceder a los Toltecas de la California, y que ellos mismos habian conservado el recuerdo de un des- embarque de sus antepasados sobre la costa occi- dental de Mejico, al internarse por mar en el con- tinente americano. Ademas cuando se reflexiona que las grandes 104 ruinas de estructura prehist6rica, cuyo car&cter se asemeja ms que a" ningun otro, al tipo ame- ricano, estdn diseminadas d travel de las tupidas florestas del Indostan, de Ceylan y de la Indo- Ghina, que se prolongan al traves de la Isla de Java, y que se unen visiblemente a una cadena no inte- rrumpida de gigantescas construcciones en piedra: altares, piramides, murallas, fortalezas, templos, palacios y estatuas, descubiertas al traves de la Polinesia en las Islas de los Ladrones, en Taiti, en las Islas Sandwich y en la Isla de Pascua, tan cer- ca de la costa americana frente a Mejico y Cuzco, no puede uno dejar de deducirque se ha seguido el rastrodejadodurante el periodo prehistorico, por el paso de una gran raza de constructores, la turania- na, emigrando del Antiguo al Nuevo Mundo ; emigra- ci6n cuya memoria parecen conservar las tradiciones del Asia sud-oriental. Ademas, ninguna duda es yd posible despu6s que M. Hyde Clarke, americanista tan laborioso y dis- tinguido, comparadas las lenguas ameiicanas con las del antiguo continente, ha descubierto que las aflnidades mas estrechas unen los idioraas de la Indo-China, particularmente del Mon del Pegu, al Aymara y al Maya; por cuya raz6n no titubeo en afirmar el origen turaniano de las razas america- nas civilizadas. 105 - II En cuanto a la epoca en que tuvo lugar la inmi- gracion turaniana, parece haberse realizado un concierto entre todas las autoridades de americanis- tas. Segiin la notable Revista de Edimburgo es necesario adraitir para explicar las divergencias lingiiisticas constatadas, que la America ha sido habitada desde rauy antiguo El contacto de la America con el Asia debio tener lugar durante el periodo caracterizado en el progreso humano por el empleo del bronce, al mismo tiempo que por la ignorancia del uso del hierro. Los emigrantes no ban debido abandonar el Asia posteriorraente a la edad del bronce. De la evidente identidad de las hachas de pie- dra pulida encontradas en ambos mundos se pue- de deducir que la inmigracion principal se verifi- c6 en el moniento en que el Asia no habia aun pasado el periodo neolitico. (1) El escritor araericanista de la Revista citada, resu- me asi su opinion: La impresion general que me ha dejado el estudio del problema etnoldgico americano me lleva a las siguientes conclusiones: 1. Los Americanos son, exceptuando los Esquima (I) En la America Precolombiana he cxaminado el valor cronologico que puocle atribuirse a estas edadcs cle pietlra, bronce y hierro, - 106 les, de raza mong61ica, y han habitado la America durante un largo tiempo, para poder desarrollar las diversas lenguas, asi como una civilizacion particular. 2. For intervalos ma's 6 menos largos, nuevas ban- das de inmigrantes han venido del Asia probablemente por mar, trayendo consigo el conocimiento de las artes y de las cieucias que constituian la civilizaci6n de los pueblos de esa parte del mundo. 3. La corriente de las emigraciones se ha dirigido generalmente del Asia a America; y en esta parte del mundo, la marcha de las tribus se ha efectuado fre- cuentemente del Norte hacia el Sud. 4. No existen pruebas para demostrar que las tres civilizaciones de Mejico, de la America central y del Peru hayan estado en contacto con la civilizacion del antiguo continente posteriormente a la edad del bronce. En cuanto a las diferencias que existen entre las civilizaciones de Mejico, Peru y Centro-Ame'rica, el escritor de la Revista de Edimburgo se inclina a encontrar la causa en la llegada sucesiva y en dife- rentes e"pocas de varias inrnigraciones. En resumen, dice, he llegado a creer que estas tres grandes civili- zaciones se han formado independientemente 6 si su punto de partida ha sido comiin, se encuentra a tal distancia en el pasado, que practicamente pueden con- siderarse como de distinto origen. En cuanto a la linea de emigration M. Hyde Clarke piensa que las razas civilizadas de America han segui- do dos vias : M. Park Harrison, dice, sostiene ene'rgi- 107 camente que la civilizaci6n ha debido pasar del antiguo continente al Peru, por la isla de Pascua. El fen6meno de la distribucidn de las poblacio- nes en la America del Sud favorece esta manera de pensar. Sin embargo teniendo en cuenta las condiciones geograficas, es probable que los inmi- grantes hayan tornado dos rutas, pasando, una por las corrientes e* islas del Norte, y la otra por las corrientes e" islas del Sud. Asi se explicaria la position tomada por las diversas poblaciones del continente Sud-Americano. A su partida de la India, se dirigieron proba- blemente hacia la Indo-China, desde donde pasaron a America por Australasia. Se puede inferir que los primeros inmigrantes, los de la raza caraibe pasaron por el estrecho de Behring y que los ultimos los Sumerianos, pasaron por el Pacifico y la isla de Pascua. El mismo autor ha intentado establecer, por aproximacion, la cronologia de las inmigraciones en America. Al terminar este pobre, pero interesante ensayo ? sobre la America indigena debo anadir una pala- bra. Creo que nos encontramos en vias de descu- brimientos importantes en el campo de la arqueo- logia araericana, que haran efectiva la reconstitu- cion de la historia de las antiguas y grandes civilizaciones que, segun los rastros monumentales, ban existido en America. La arqueologia prehis- torica es una ciencia muy moderna, sobre todo en sus relaciones con el Nuevo Mundo; pero sus comienzos ban sido espl^ndidos, y hoy cuenta con el ardor y ciencia de muchos arqueologos distingui- dos. Los trabajos de sabios y de viajeros como Hum- boldt, Waldeck, Brasseur de Bourbourg, Stephens, Wilson, Schoolcraft, Becamps, Allen y Le-Plongeon con otros varios, no ban sido esteriles: las investiga- ciones de filologos como Letham, Gallatin, Max-Mil- ller y Clarke tampoco han sido sin resultado. Y sobre todo los Congresos de Americanistas, que se suceden con loable frecuencia, han dado un impulse y un interes especial al estudio 6 investigaciones cientifi- cas sobre la America precolombiana. 110 Todo anuncia un gran porvenir para la arqueolo- gia americana, que al realizar hermosas conquistas, nos revelara grandes e" importantes secretes acerca de las grandes civilizaciones prehistoricas de Ame- rica. Lo linico que desconsuela a nuostro americanismo es la especie de fria indiferencia que los araericanos, con raras excepciones, muestran respecto a estos importantes estudios e 1 investigaciones sobre la Ame"- rica indigena. La mayoria de las personas ilustradas de nuestras ciudades, hasta ignoran la existencia de las interesantes cuestiones que se ban suscitado entre los sabios europeos acerca de nuestros antepa- sados ; y es vergonzoso contemplar que en los Con- gresos de Americanistas, son muy raros los ameri- canos, especialmente de raza latina. Sin embargo, es muy probable que el proble- ma de los origenes de la civilizacion americana quedara resuelto en breves afios, aunque el meri- to corresponded a los sabios del otro lado del Atlantico, no solo porque demuestran mas interns respecto de esos estudios; sino tambien, porque la exhumation e" interpretation de las inscripcio- nes accadianas, el estudio de las lenguas Indo- chinas y de la peninsula dravidiana, la explora- tion metodica de las antigiiedades de la Indo- China y de las de la isla de Pascua, son otros tantos preliminares, sin los cuales no se puede llegar a formarse una opinion consistente sobre el origen de las razas americanas primitivas y sobre su misteriosa civilizacion. El pals de Aonio Ill ( Norte-Ame'rica ), el Anahuac, el Yucatan, el Peten, Centro-America , el Peru y Cundinamarca contienen monumentos que la arqueologia y etno- logia americanas llegaran a demostrar ser tan importantes para la filosofia historica cle la hu- manidad, como los mas celebrados de Egipto, Nivive, Babilonia, Etruria, Grecia y Roma. Mas de dos cientas ciudades, cuyas ruinas son gigan- tescas, cubren el suelo americano ! Los pueblos que los habitaron eran grandes y civilizados, y llegara el dia en que evocados de su tumba, roclamen un lugar distinguido entre las naciones de la tierra. Palemke, Mitla, Copan, Papantla, Mayapan, Cuzco, Pac.hacamac, Tiahuanaco, Tenot- kilan, Uxmal, Chichen-Itza y otras ciudades pre- historicas de America indigena emularan las glorias de Nivive, Babilonia, Susa, Perse'pelis, Baalbeck, Palmira, Tebas, Menfis, Atenas y Roma. Tiempo al tiempo! He terminado la excursion arqueologica profana, que me propuse escribir al consagrar un recuer- do a las ruinas de Palmira, por indicaciones de mi compatriota D. Demetrio Pineyro del Campo. Pue- do aflrmar que he recorrido el mundo entero en algo mas de tres anos, con excepcion del extremo- Oriente; y la satisfaccion que ha experimentado mi alma al realizar esa excursion, podra ser adivinada, pero es indescriptible. Estoy satisfecho por haber co- nocido a la humanidad en sus ruinas, en sus monu- mentos y en sus progresos actuates; pero - L porqu6 no he de confesar tambien que despu^s de haber con- 112 templado tantas grandezas, mi coraz6n~ siente aun un vacio, el de la inmortalidad de ultratumba, en cuyo parangon son efimeras y vanas las gran- dezas de este mundo ? Tenia la ambition de ver y he visto; y quizas como pocos;puesen varias partes se me indico que era yo el unico y primer uruguayo que los habia visitado, especialmente al tratarse de America. Quizds conservo con exagerada satisfaction el recuerdo de mis viajes por ambos mundos; pero la satisfaction moral y cientiflca que se experi- menta al contemplar las ruinas colosales que ban dejado a su paso las sociedades bumanas, es muy grande, es iTiborrable, en tan alto grado como es indescriptible. Aqui vivi6 un gran pueblo. y de- cirlo ante sus ruinas, es conmovedor; es mas aun, es sublime! Enverdad que pisar lastumbas de las gene- raciones que fueron, agiganta el alma y el corazon, aunque sean de un pigmeo como yo. La humanidad es grande, porque al trave's de los siglos marcha hacia la inmortalidad. jHasta el* castigo providencial de los grandes imperios y de las grandes razas en su caida, son la glorification de la Providencia y una lection augusta para las generaciones que se suceden ! Dios y el hom- bre : h6 aqui los facto res del progreso y de la civiliza- tion de los pueblos. He visto d Dios en todas partes y al hombre en ambos mundos. Estoy satisfecbo. Esa era mi aspiration ! LAS RUIXAS PROFfiTICAS Ademas de las demostraciones de la filosofia de la historia, existe una prueba extraordinaria de la intervenci6n de la Providencia en los destines de la humanidad, constatada en lo que denomino Ruinas Proftticas, designando bajo este titulo las que ban sido predicbas por los Profetas de Israel. Y esto constituira la parte que llamo excursidn arqueoldgico-sagrada comparada con la profana, y que espero llamara la atencion de los lectores; pues vamos a describir esas ruinas comparandolas con las profecias respectivas, vaticinadas muchos siglos antes, y se contemplara 6 evidenciara una conformi- dad admirable en el cuinplimiento de los ordculos, al decir de Volney, despues de confrontar el texto de las profecias con el relate de la historia. Todo el mundo conoce la profecia de Daniel acerca de la suerte de los cuatro grandes imperios que se ban sucedido en el mundo al travel de las edades, empezando por el de Babilonia y concluyendo por el de Roma. 114 Pero como esta profecia tiene un caracter ge- neral, para hacer mas interesante esta relaci6n, escoger^raos en especial las profecias que tratan de la suerte de las grandes ciudades y de las grandes familias de la tierra. Tratare'mos en primer lugar lo concerniente a los Arabes, despuSs al Egipto, la Filistea, Moab y el Hauran, Idumea, Tiro, Babilonia, Ninive, Caldea, y compararmos el relate de los profetas con la suerte hist6rica y la descripci6n de las ruinas consumadas. Seremos mas escrupulosos en las citas de los autores y lugares, porque asi lo exige la naturaleza de un paralelo profano-sagrado; y si har6 citas de autores y viajeros, especialmente de entre los in- cr^dulos, no es siempre porque haya dejado de con- templar de vista y presencia lo que narro, sino para dar mas eflcacia al relate y evitar toda sospecha de parcialidad. Sin embargo debo advertir que no todo lo he visto, como por ejemplo, las ruinas de Babilonia, pues solo he llegado en el desierto hasta las ruinas de Baalbeck y Palmira. Creemos que nuestros lectores experimentaran unaimpresion sublime y reverente al contemplar la mano del Dios justo sobre las ruinas de los casti- gos profetizados. i Oid, pueblos, y aprended, naciones! 115 PROFECIA SOBRE LOS ARABES Vamos d empezar por el mas antiguo de los historiadores sagrados, por Moists. El anuncia d la esclava Agar que tendra un hijo, d quien llamard Ismael, de donde provienen los Ara- bes 6 Agarenos. Este, dice, sera un hombre libre y salvaje, su ma- no se levantard contra todos y todos se levantaran contra 61, y armard sus tiendas a la vista de todos sus hermanos. (1) Tales son los hijos de Ismael, hombres feroces 6 indomitos. Ellos levantaron las manos contra todos, y todos levantaron las suyas contra ellos, y nadie pu do some- tersu independencia. Si he empezado d hablar de ellos en este paralelo, es porque los bemoscontem- plado en hordas errantes al travel de la Siria en nuestro viaje por el desierto d Baalbec k y d Palmira En efecto; elsenorde los reyes, Ses6stris, nada pudo contra ellos. (2) Zara, el etiope, no los hizo esclavos. (3) (U Genesis, cap. xvi. v. 12. (2) Diodoro Siculo, hist. L. i. p. 35 (3) Paralipomenos, cap. xiv. v. 12 116 Sches-chonk no los cont6 entre los pueblos que formaban sus ejercitos. Bajo los persas, ni aiin bajo el mismo Giro, el ven- cedor de las naciones, ellos no reconocieron senor alguno. Su patrimonio no fu6 la herencia de algun satrapa. E1 liijo de Histaspes se declar6 rey, dice Herodoto, y todos los pueblos del Asia se sometieron a su mando, excepto los drabes La primera satrapia corapren- dia todos los paises situados entre la ciudad de Posi- deo, ediflcada en las montafias de Cilicia y Siria, y el Egipto, exceptuando los territories de los dra- bes, exentos de todo tribute. Alejandro el Grande, despue's que destruyo la mo- narquia persa, y llevo mas alia del Ganges sus con- quistas, resolvio domara los arabes. La muerte le detuvo. (1) Sus sucesores no pudieron llevar adelante este presuntuoso designio. Sin fruto intentaron los romanos subyugarlos. En tiempo de Saladino, de Gengis-Khan, de Ta- merlan, como en el de Godofredo, conservaron sus rudos y desairados modal es. Despues de cuatro mil anos esta indispucsta la raza de Ismael con la familia de Isaac . El arabe se quedo lo que era, hombre libre y salvaje; acampado en el limite de las tres gran- des antiguas regiones del viejo mundo. El arma &us tiendas d vista de todos sus her ma- (1) STRAB., lib.xvi; ARRIAN., 161. 117 nos, legando d sus hijos por patrimonio el desierto, y por mieses las caravanas. Compar6rnos esta predicci6n de independencia eterna con la profecia de perp^tua esclavitud, segiin las palabras pronuciadas contra el Egipto. II PROFECIAS SOBRE EGIPTO Pie aqui lo que dice Ezequiel en nombre del Senor. El Seiior, Dios de Israel, ha dicho : Faraon, la espada del rey de Babilonia viene sobre ti. Cuando yo hubiere desolado el Egipto, cuando sus riquezas se hubieren desvanecido, y cuan- do sus habitantes hubieren sido heridos, entonces sabran que yo soy el Senor. Este es el cantico lugubre que har&s resonar : las hijas de las naciones le repetiran; tal es el luto del Egipto y de todo su pueblo, dice el Senor tu Dios. En el dia quince del ano quince me hab!6 el Senor aiin, y me dijo : Hijo del hombre , comienza el canto del luto sobre el pueblo del Egipto : le precipitar a lo profundo de la tierra con los hijos de las naciones poderosas, con los que bajaron al abismo. 3 En qu6 , pueblo egip- cio, excedes tu a los pueblos? Baja, ve a dormir con 118 - los incircuncisos. Moriran todos pasados a cuchillo, confundidos entre los muertos. La espada paso a sus enemigos. El Egipto y su pueblo innumerable caeran en el abismo. Oirase la voz de los incircuncisos, que fueron arrojados al fondo con sus aliados, y durmie- ron degollados por la espada. Alii esta Asur, Ninive, cercada de los sepulcros de su pueblo ; ellos perecieron al golpe de la cortadora espada, rodaron al fondo del abismo, ellos, y los que habian difundido el espanto por la tierra de los vivos. Alii esta Elarn y su pueblo, con sus sepulcros. Alii esta la Idumea. Alii estan los principes del aqui!6n, y sus conquistadores que duermen confundidos con los mismos aquienes ellos mataron : su vergiienza bajo con ellos al abismo. Fara6n los ha visto con todo su ejrcito. Yo esparci mi terror entre los vivos , y Fara6n durmi6 entre los incircuncisos con aquellos a quienes sego la espada, el, y la multitud de su pueblo, ha dicho el Eterno, el Senor. ( 1 ) Quiero dar a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el pais del Egipto; 41 tomara todo el pueblo; le hard su botin, y partira sus despojos. De este modo recibira su eje'rcito la recompensa. H6 aqui lo que dice el Senor : Aniquilare 1 esta multitud de hombres que hay en el Egipto, por mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia. Hare que venga el y su pueblo, ellos los mas poderosos entre las naciones, a dar fin del Egipto; vendran, le atacaran con espada en mano, y cubriran la tierra de muertos, (1) EZECH. , cap. xxxu, v, 11, 32, 119 Secare 1 hasta el fondo sus canales, y entregar6 sus campos a los peores de entre todos los hombres. Esto es lo que dice el Senor Dios: No habra ya en adelante principes del pais del Egipto. ( 1 ) Cada una de estas amenazas se cumpli6 rigurosa- mente. II g Quien hubiera creido que este soberbio valle del Egipto, alimento de los pueblos, apenas bastaria hoy para la subsistencia de sus infelices habitantes? $Qui6n habia de creer que el Egipto, depositario de las ciencias, maestro de las naciones, privado para siempre de un rey de raza nativa, inclinaria eterna- mente la cabeza bajo un cetro extranjero? Subyugado el Egipto por Nabucodonosor, jefe babi- lonio, segun la palabra del Altisimo, y acometido despuSs en tiempo de Cambises, vino tambien a ser presa de Alejandro de Macedonia. Los griegos le dominaron. Los romanos le impusieron yugo. Los sarracenos le despojaron. Los turcos le apalearon. Los mamelucos, sin compadecerse de su vejez, acabaron de estrujarle, si algun zumo le quedaba. (1) EZECH, cap. xxjx, v, 9 1 xxx, v. 12, 13, 120 - Si; se cumpli6 cruelmente la profecia. Secare 1 hasta el fondo sus canales, y entregar6 sus campos a los peores de entre todos los hombres. Cinco de las siete embocaduras del Nilo no son ya conocidas 6 estan obstruidas, y las dos que restan, atascadas por las arenas, forman una barra, el Boghaz muy peligrosa para la navegacion. ^En que vinieron a parar los canales tan famosos? El lago de Meris, destinado a ser receptaculo que supliera la olas del Nilo en los afios de sequedad, apara que sirve hoy? Lease el testimonio mismo de los incre'dulos del Instituto de Egipto, ciegos voluntaries que desechan con desden las profecias, al paso mismo que nos traen las pruebas de su cumplimiento. La negligencia que hay acerca de la conserva- tion de los canales ha quitado a la agricultura la mitad de las tierras de labor. Las tierras abandona- das se ban cubierto poco a poco de arena, y la parte occidental de Fayoum. (el nomo Arsinoita,) esta hoy trasformado enteramente en un desierto.... El lago no puede servir ya para el riego, porque se halla elevado el suelo de Fayoum como el de todo el Egipto (1). Este es el aspecto que presenta hoy el pais de que hablaba Estrabon y decia: Esta prefectura excede a toclas las otras por su vida, fer- tilidad y cultura; es la linica que produce la vid, la rosa, la oliva, etc. (2). (1) Description de I'Egypte (sur le lac Mceris). Vease la sabia disertacion de M. Jomard. (2) STRAB., Geogr., lib. xvu, p. 809. - 121 No habra ya en adelante principes del pais del Egipto, dice el profeta. En efecto, comenzo el cumplimieDto de la profecia cuando murio Nectane- bo, ultimo rey de la raza egipcia, acontecimiento sucedido tres siglos y medio antes de nuestra era, y desde una e'poca de mas de dos mil afios se perpetua en presencia de la historia. No es posible imaginar, dice Gibbon, una cons- titution mas absurda, y mas injusta, no siendo la que condena y reduce a los naturales de un pais a una esclavitud eterna, bajo la domination arbitra- ria de los extranjeros y esclavos; los sultanes mas ilustres de las dinastias Baharita y Borguita fueron extraidos de las hordas de tartaros y circasianos, y los veinte y cuatro beys, 6 jefes militares, ban teni- do por sucesores, no a sus hijos, sino a sus cria- dos. (1) El impio Volney dice: Este es el estado del Egip- to. Arrebatado hace ya veinte y tres siglos a sus pro- pietarios naturales, ha visto establecerse sucesiva- mente en su seno persas , macedonios , romanos , griegos, arabes, georgianos, en fin esa raza de tarta- ros, conocidos con el nombre de turcos otomanos.w (2) Desde entonces ban humillado al Egipto dos dominadores mas; fue uno de ellos un general frances, cuya gloria se deja ver donde quiera quo van los hombres. Mora su memoria en lo alto de las piramides , los caballeros del Nilo (1) GIBBON'S Hist, of the decline and fall of the Roman Empire, torn. I. (2) Voyage en Syrie et en Egypte, torn. I, cap. vi. 122 - releen sus maravillas en las noches estrelladas, y sus caballos corredores relinchan cuando Je oyen norabrar (1). Es el otro, Mehemet-Ali, flero satrapa por cuyas venas circulaba sangre asidtica, y cuya alma llena de un ardor europeo, que debilit6 su pecho a fuerza de soplar, con el intento de encen- der el hacha de la civilization egipcia, para siempre apagada. Ha muerto tambien ! Ill PROFECiA SOBRE LA FILISTEA El profeta Amos, arrebatado de repente por el espiritu del Senor, exclama: En vista de los crimenes de Gaza, tres y cuatro veces reiterados, no mudare 1 mi decreto contra sus habitantes; ei viar^ fuego sobre los muros de Gaza que devore sus edificios; exterminare" al habitante do Asdod y al principe de Ascalon, y despues car- gare" mi brazo sobre Hekron, y los restos de los filisteos pareceran, dice el Senor (2) > Jeremias tambien levanta la voz. (1) El baron Taylor ha observado este mismo hecho en Egip- to. Los beduinos han habitualo sus yeguas a relinchar al nom- bre de Bounaberdi, el sultan del fuego, (2) AMOS i, 6. 8, 123 Va el Eterno a destruir & los fllisteos; Gaza se rebeln, Ascalon y el resto del valle guardan profundo silencio. jO espada del Senor! ^no descansaras tii jamas? Entra en la vaiaa, refre"scate y calla! ^C6mo descansara, si el Senor le manda embes - tir a Ascalon, y a todo el pais de la costa del mar, y cuando le ha ordenado lo que debe hacer (1) ? Ezequiel anade tambien estas advertencias. He" aqui lo que dice el Senor Dios: Extender^ mi mano sobre los filisteos,y distruire" lo que resta de sus puertos de mar (2) > $En qu4 vinieron a parar estas ciudades tan en va- necidas con su poder? Pregiintese a los viajeros. Los escombros, los fragmentos de marmol que halla- ron junto & Gaza, pueden dar una idea del antiguolujo de sus ediflcios; pero esta ciudad, en otro tiempo capital de la Palestina, y que sostuvo un sitio de dos mesjs, no es ya mas que una miserable aldea, siem- pre a la merced del primero que llega . Se trocaron sus palacios en establos! PuSdese creer A Volney sin sospechar tenga ideas demasiado religiosas. Hay de trecho en trecho, en la llanura que se halla entre Rambe' y Gaza , algunas aldeas de tierra, mal construidas, y que todas tienen la mar- ca de pobreza y miseria que tambien llevan con- sigo sus habitantes . (\) JEREM., cap. XJ.YII, v. 5, 6, 7, (2) EzEjCH., cap. xxv, v. 1Q 124 Las casas miradas de cerca son chozas, aisladas las unas, y enfiladas las otras, d modo de celdas, y cercadas de unas paredes de tierra que forman un patio 6 corral . En el invierno habitan en una pieza los hombres y las bestias. Desde Yabne" se hallan sucesivamente varias ruinas, y es la mds considerable la de Ezdoud, Asdod , ahora celebre por los escorpiones que cria A tres leguas de Ezdoud, existe una aldea lla- mada Elmagdal; a la derecha esta Ascualan, Asca- lon , cuyas ruinas desiertas se alejan dia por dia del mar, que antiguamente las banaba. Toda esta costa se llena diariamente de arena, en terminos que la mayor parte de los parajes antes puertos de mar, se hallan ahora retirados cuatrocientos a quinientos pasos en tierra. Gaza es un ejemplo que se puede citar. (1) a No se deja ver alii el dedo de Dios ? g No hay alii senales visibles de la espada del Senor ? ^No parece oirse la suplica del profeta y la voz misteriosa que recuerda el decreto fatal ? \ espada del Senor! $ no descansaras tii jamas? j Entra en la vaina, refrescate y calla ! $ Como descansara, si el Senor le manda embestir a Ascalon y a todo el pais de la costa del mar, y cuando le ha orde- nado lo que debe hacer? > (1) VOLNEY, Voyage en Syrie el en Egypte, torn. n,. 198, 199. 125 VI PALABRAS CONTRA MOAB La muralla de Moab di6 por tierra durante la noche; no se habla mas de ella. Hesebon y Eleale daran grandes gritos, y sus voces se oiran hasta Josa. Oiranse los gritos de Moab hasta sus confines. Llegaran sus quejas hasta Galim, y sus alaridos reso- nardn aun en los pozos de Elim. Las aguas de Dibon se llenaran de sangre, por- que aumentara el dolor en Dibon. Si hay algunos en Moab que piensen salvarse huyendo, yo enviare 1 un leon, Nabucodonosor, contra ellos y el resto de la tierra. Y entonces las hijas de Moah estaran en el paso de Arnon como pajaro espantado, y como los pajarillos que se vuelan del nido. Hemos visto la soberbia de Moab, es demasia- do soberbio : su altivez, insolencia y furor son mayor que su poder. Por lo tanto Moab chocara contra Moab ; su gemido sera unanime. Anunciadles a esos que se ensoberbecen con sus murallas de ladrillo, las lla- gas de que se veran cubiertos. Porque el campo de Hesebon esta desierto, los 126 principes de las naciones ban arruinadola vina, la provincia, de Sabama. Sus ramas llegaron has- ta Jazer; ban recorrido el desierto; lo que res- taba de su retono paso mas alld del mar. Mezcla- r6 sus llantos con los lamentos de Jazer por la vina de Sabama. Hesebon y Eleale 1 , yo os rociare 1 con vuestras lagrimas, porque desde el medio de vues- tras viiias y de vuestras mieses se Ievant6 la voz del enemigo que las destruye. Por esto desapareceran el gozo y alegria de las mas frtiles campinas, los cantares de regocijo y fiesta no resonaran ya entre los pampanos ; no se estrujaran mas los racimos en la prensa. Har6 que enmudezcan las voces de los vendimiadores. Aroer esta del todo abandonado ; haran en 61 los animales sus cavernas sin que nadie se lo impida. Caeran , jo Moab , tus murallas soberbias! el Senor las demolera, y 41 las hara polvos. Estas son las palabras que mucho tiemj-o ha dirigio el Senor a Moab, por boca de Amos. Mas he aqui lo que dice el Senor : En tres aiios que se contaran como los dias de un jornalero, se des- truira la gloria de Moab, asi como su numerosa poblacion ; le quedaran muy pocos hombres, y este resto sera muy d6bil. (1) Pasemos la vista por el relato de los que ban explo- rado este pais. El pais de Moab, situado al este del Jordan y del lago Asfaltite, presenta el aspecto mas triste. (1) ISAIAS, cap. xv, xvi. - 127 El suelo esta muchas veces descubierto, casi siem- pre arido. Unicamente algunos matorrales de higue- ras espinosas ofrecen alguna sombra. La tierra arida, pero fuerte y vigorosa, justiflca todavia lo que decia el profeta en cuanto a la feracidad de Hesebon. Los capitanes Irby y Mangles dicen que un grano de trigo de Hesebon pesa mas que dos de Europa, que la espiga contiene mas del doble de granos. jY por un destino singular esta tierra tan f6rtil des- fallece despreciada, se halla sin cultural Es notoria la riqueza antigua de tal pais, segun lo maniflestan las ruinas esparcidas. En ninguna parte se hallan vestigios detantas moradas. Un solo viajero, Burckardt ha contado hasta cin- cuenta sitios de ciudades destruidas. Seetzen y los mas sabios geografos estan de acuerdo sobre el cal- culo aproximado que se forma de su poblacion. La degradacion violenta 6 casual de estas ciudades toma en razon de su multitud un caracter especial, y Volney, por esto mismo, conflri6 a esta region el titulo de ciudades arruinadas. No debemos olvidar sobre todo que conservando estas ciudades sus antiguos nombres, permanecen como pruebas evidentes de la verdad de las pro- fecias hechas sobre cada una de ellas. Los vestigios de Medaba cubren un circuito de casi dos millas. Se conservan en Hesban Hesebon fragmentos de los templos, columnas mutiladas, los abrevaderos, y las piedras de muchos pozos, abiertos en la roca. Rabba, en otro tiempo residencia de los reyes 128 de Moab, oculta bajo sus escombros una area cuya extensi6n indica lo que fu su pasada gloria. \ Las ruinas de Eleale* , de Hesebon , Metron , Medaba , Dibon y Aroer, dice Burckardt, estan alii aun, para hacer resaltar la verdad de la historia de los hijos de Israel ! Algunas familias arabes habitan las alturas inme- diatas; temerosas de las hordas enemigas, se ban huido y viven en lo alto de las rocas, segun aquellas palabras del Senor: Y entonces las hijas de Moab estaran en el paso de Arnon como pajaro espantado, y como los pajarillos que se vuelan del nido. Son poco numerosas y miserables, porque se dijo: Se destruira la gloria de Moab, asi como su numerosa poblacion; le quedaran muy pocos hom- bres, y este resto sera muy debil. PROFECiA SOBRE IDTJMEA Toda empapada en sangre, esta mi espada en lo alto del cielo. Descendera sobre Idumea y el pueblo que ha de trasformarse en monumento de mi jus- ticia. Subsistira su desolacion de raza en raza, y nadie pasara por ella en la serie de los venideros siglos. 129 Abandonarla ban al pelicano y al erizo; sera la mo- rada de los cuervos y mochuelos. Extendera Dios el cordel sobre ella para destruirla; sus ruinas queda- ran niveladas. Jamas habra en Idumea principes, nunca se restablecera un reino; todos sus jefes acabaran. Los espinos y ortigas creceran en sus palacios hasta cubrirlos, creceran en sus ciudadelas los zar- zalesjse veran alii rastrear serpientes, oirase cantar a la zumaya. Los buitres y las hienas se reclamaran unos a otros; se retiraran alii, y descansaran en paz las aves nocturnas. Alii hard su cueva el erizo y alimentara sus hi- juelos; creceran a la sombra de su caverna; los rai- lanos se reuniran a bandadas (1) i Infeliz region ! Jeremias se levanta estremecido. A la Idumea. Esto es lo que dice el Seiior de los eje>citos : Huid; salvaos del furor de vues- tros enemigos> decended a las grutas mas profundas de la tierra, moradores de Dedan, porque yo hice viniera sobre Esau el dia de su destruction, el tiempo de su juicio . . . Porque jure" por mi mismo, dice el Senor, que Bosra quedara desierta, y vendra a ser el bianco de los insultos y maldiciones de los hombres, y que se veran reducidas todas sus ciudades a sole- dad eterna . . . Vuestra insolencia y soberbia os ha seducido, (1) ISAIAS, cap. XXXIT, v. 5.-15 130 a vosotros los que habitais en los huecos de las penas, y que procurais subir d las cimas de las montanas : aunque levantarais vuestro nido mas alto que el de las aguilas, no por eso dejare 1 yo de tiraros abajo. Y quedara desierta la Idumea, y el que atra- v'ese sus tierras se llenara de admiration, y sil- bara viendo el estado de sus llagas. Sera destruida como lo ban sido Socloma y Go- morra con las ciudades vecinas, dice el Sefior ; y no habra nadie que se quede en ella; ni hombres para morarla. ( 1 ) La floreciente Idumea esta sin remedio conde- nada; llego su hora fatal; el ultimo de los pro- fetas suscitados en Israel, Malaquias, vuelve tam- bien la mano contra Edon. Yo reduje a una soledad las montanas de Esau, y yo abandon^ su herencia a las serpientes del desierto. En el caso de que diga Edom : Habemos nosotros sido destruidos, pero a nuestra vuelta nos- otros volver6mos a edificar lo destruido; he aqui lo que dice el Sefior de los eje"rcitos: Ellos ediflcaran y yo demolere 1 , y se llamara su pais, tierra de im- piedad (2). Nunca tal vez se vio tan cumplida una profecia, como claramente lo demuestra este pais singular. Se ha verificado cada circunstancia de por si en 1 I ) JEREM., cap.xux, v. 7, 8, 13, 16, 17, 18. (2) MAXACH., 1, 3, 4. 131 - el acontecimiento, se confirmo por la historia, y la certificaron los mismos incredulos. La corta porcion de idumeos que habian escapado de la matanza que hizo Nabucodonosor, se extendio insensiblemente por el mediodia de la Judea; de modo que los judios, a la vuelta de su cautiverio, los hallaron hechos duenos de casi toda la region meridional de Juda, desde el Hebron hacia la Arabia. Escito su prosperidad floreciente la envidia de los israelitas, que se acordaron de las amenazas hechas a 4sta nacion. Entonces fu6 cuando respondi6 el Sefior por boca de Malaquias : Yo reduje a soledad las raontanas de Esau, y yo abandon^ su herencia a las serpientes del desierto. Aunque les preserv6 la vida Antioco Epifanes, cuando maltrato a los judios, nunca, en efecto, pudieron llegar a ser libres ni proclamar un rey de su nacion. Siempre se vieron dominados por los reyes de Egipto y Siria; en fin, para que mejor se curaplieran las antiguas profecias, cayeron bajo la domination judia. Judas Macabeo los ataco y batio en mas de un encuentro. Juan Hircano acab6 de subyugarlos, for- zandolos a circuncidarse despues de haberlos obli- gado a someterse, y quedaron bajo su dependencia nada menos que hasta la ruina y la dispersion judia. Josefo refiere que corrieron a las armas en el ultimo sitio de Jerusalen para defender esta 132 ciudad, considerada por ellos como la metr6poli de toda la descendencia de Abrahan (1). Oigamos por ahora lo que dice Volney, viajero de quien ya hemos hablado . Ningun viajero, dice, visito este pais, aunque inerece serlo. Segiin lo que oi decir a los arabes de Bahir y a las gentes de Gaza, hay al sudeste del lago Asfdltite, en un espacio como de tres jornadas mas de TREINTA CIUDADES arruinadas, absolutamente desiertas, y de las que los arabes se sirven para encerrar sus ganados, aunque muchas veces se guar- dan de hacerlo por los enormes escorpiones de que abundan estos parajes. La venganza del Seiior ha marcado este pais con un castigo eterno. Reinan alii la despoblacion, la ruina, el peligro y el espanto. El demonio meridia- no se burla sobre ruinas ignoradas, se complace al ver los escombros a trechos tenidos de sangre del extranjero, del peregrino, y donde ios feroces hijos de Esau entierran su botin, se dividen los despojos. Desgraciado del que se meta en la region maldita ; el suelo que pisa le hace traicion ; la pisada del camello estampada en la arena hace venir por el rastro leopardos con rostro huraano. Ningun rescate puede ofrecerse por 61, ni misericordia que implorar, porque se halla en una tierra que se llamara tierra de impiedad. Por esto mismo los de a pie" y a caballo, los pobres (1) JOSEPH., Antiquit.^ lib. xin, cap. 17. De Bell. Jitd., cap. vi, p. 877. 133 y ricos se apartan de sus te>minos como de los bor- des de un volcan. For esto sin duda decia el profe- la: Los arroyos de Edom se convierten en lava, el polvo en azufre, y la tierra en betun ardiente. For esto, segun observa Volney, ningun viajero visit6 este pais, aunque merece serlo. > Ali Aga y los guerreros belemitas que escoltaban a M. de Chateaubriand en su viaje al mar Muerto rehusaron acornpanarle hacia la parte limitrofe con los te'rminos de Arabia Idumea; se incomodaban por lo que se retardaba, le daban prisa para partir, temiendo sin cesar ser vistos y atacados. Las tenta- tivas para penetrar en estas soledades siempre fue- ron desgraciadas 6 iniitiles. Los capitanes Irby y Mangles, aunque protegidos por un jefe de tribu de las mas temibles, y acompa- nados de una comitiva numerosa, luego que con mucha dificultad llegaron a Petra, se vieron obliga- dos a desandar lo andado. Los mas animosos exploradores pagaron su noble curiosidad con la vida. Burckhardt, tan intr^pido como instruido, emprendi6 visitar la Idumea, disfra- zado de arabe; los foragidos del desierto se precipi- taron sobre 61, y habiendole tratado del modo mas barbaro, se lo robaron todo, le dejaron en cueros, quitandole hasta lo? trapos que tenia en los pies por que se le habian lastimado. Si; su pais se llamara tierra de impiedad. Todos y cada uno de los sucesos se ban verificado al pi6 de la letra. M. Leon de la Borde reconocio en su viaje, los restos de estos edificios, construidos en - 134 los flancos 6 en la cima de las montafias, cortados en las rocas, y que iuspiraban un orgullo tan grande a los principes de Edom. Son pisos de marmol 6 de granito sobrepuestos con intrepidez en fi'.as de columnas; su apariencia gigan- tesca pasma por su caracter de audacia y fiereza; las magnificas ruinas de Palmira, los pilonos y propileos del Egipto, a pesar de su fama, nada son en compa- raci6n del golpe de vista que prosentan estos sitios. Entonces es cuando se sabe el origen que tiene la energia del estilo profe'tico al pintar esta imagen. Ella proviene de la realidad. Estos magniflcos vestigios presentan todavia el aire arrogante de los hombres que se creian mas que hombres, porque habitaban palacios inexpugnables, y dominaban los valles: se pensaban demasiado ele- vados para que pudiese alcanzarles la mano del Senor. Su mudo testimonio explica estas amenazas : Vues- tra insolencia y soberbia os ban seducido, a vosotros los que habitais en los huecos de las penas, y que procurais subir alas cimas de las montanas; aunque levantarais vuestro nido mas alto que el de las agui- las, no por eso dejare yo de tiraros abajo, dice el Senor. Con efecto el fuerte donde la soberbia raza de Esau se habia establecido en lo escarpado de las montanas, esta ya vacio, desierto y desolado; sus habitantes fueron arrancados de tales parajes; alii moran el quebrantahuesos y el buitre, sin que nadie venga para incomodarlos, 135 Los n6raadas de aquel pais, ademas de sus instru- mentos de muerte y asesinato, llevan uno singular, que ha venido a formar en algiin modo entre ellos parte desutraje; y son unas espinzas para sacar las espinas de las yerbas pinosas tan comunes en aque- llos parajes: fCreceran en sus ediflcios espinas y ortigas; los cardos brotaran ea sus fortalezas. ( 1 ) Jiintase al inconveniente de las plantas espinosas el peligro de las sabandijas ponzonosas. El doctor Shaw dice que hay alii una prodigiosa cantidad de viboras. Ella sera la guarida de las serpientes y el pasto de los avestruces. (2) Rugieron los leones y sus cachorros por la Idu- mea; reunieronse con los demas animates. La misma voluntad del Sanor es la que los ha reurii- do (3). El emperador Decio hizo traer del Africa, a las fronteras de la tierra de impiedad, con el intento de inquietar a los sarracenos, bestias fero- ces para que se multiplicasen e infestasen el pais. De este modo vino a servirse el Altisimo de la mano del hombre para ejecutar el castigo pronun- ciado contra el hombre . Esto es admirable; pero, si a pesar de pruebas tan incontestables como las ya dadas, todavia se atre- viese a dudar del caracter divino de esta prediccion una obstinacion incredula, oigase la sObrehumana advertencia que hace al acabar el profeta, y que (1) ISAIAS, cap. xxxi v, v. 13. (2) Id., ibid. (3) Id., cap. xxxiv, v. 10, 130 dirige & los siglos, y cuidese de meditarla como se debe. ; Registrad con cuidado en el libro del Senor y leed ! Vosotros vereis que nada de lo que yo he anunciado faltara; ninguna de mis palabras sera vana, porque cuanto ha salido de mis labios, fue EL quien me lo inspire (1) ! VI PALABRAS CONTRA TIRO Dejemos que hable el autor de las Ruinas : Bastante conocido es el poder de Tiro en el Mediterraneo y en el Occidente; son sus pruebas Cartago, Utica, Cadiz, monumentos celebres. Sabese que esta ciudad extendia su navegacion hasta el oceano, y la llevaba por el norte mas alia de Ingla- terra, y al sur mas alia de las Canarias. Sus relaciones en Oriente, aunque menos conoci- das, no eran menos considerables; las islas de Tiro y Arado (hoy Bahrrin) en el golfo Persico, las ciu- dades de Faran y Phcenicum oppidum sobre el mar Bermejo, arruinadas ya en tiempo de los griegos, prueban que los tirios frecuentaban largo tiempo habia los parajes de la Arabia y del mar de la (1) ISAIA.S, cap, xxxiv, v, 16. 137 ~ India; pero existe un fragmanto historic que con- tiene sobre esto fragmentos tanto mas preciosos, cuanto que presentan, en los siglos remotos, un cuadro de movimientos analogos a lo que pasa en nuestros dias (1). He aqui el fragmento histdrico\ la profesia. La palabra del Senor se me ha revelado : Hijo del hombre, llora amargamente por la ruina de Tiro. Y diras a Tiro, que habita a la orilla de los mares, y cuyas armadas llegan a las islas leja nas : Tiro, el Senor hablo ;. tu dices en tu co- razon : Yo brillo por mi belleza, y si extiende mi imperio mas alia de los mares. Los que levanta- ron tus muros tuvieron gusto en hacerte bella. Tus navios estan construidos con el abeto de Sanir, los cedros del Libano formaron tus mastiles, los alamos de Basan tus remos; tus marineros des- cansan en el boj de Cipra, adornado de marfll ; el lino del Egipto es el tejido de tus velas y pa- bellones, tus vestidos estan tenidos con el jacinto y la purpura del Helesponto. Aruad y Sidou te proveen de remeros; tus sa- bios, j6 Tiro! ban venido a ser tus pilotos; Dja- bal te di6 su ingenieros ; todos los marineros y navios del mar estan empleados en tu comercio ; ves en tus ejercitos al persa; al lidio y al egip- cio ; colgaron de tus muros sus corazas y escudos, ornamento magnifico. Los hijos de Aruad coro- (1) VOLNBY, Voyage enSyrie et entigyte, t. 11, p, 105 y 106, 138 nan tus muros, djeraedeos guardan las torres don- de brillan sus carcajes. Todos los paises de la tierra se apresuran a realzar el resplahdor que te rodea. Tarsis llena tus mercados de plata, hierro, estano y plomo; la Jonia, Tubal y Mosoch, te traen es- clavos y vasos de metal; la Armenia te envia mu- las, caballos y caballeros; la Arabia de Dedan tras- porta tus mercancias; isias numerosas cambian contigo el marfil y el ebano; el arameo recibe las obras de tus maiios, y te da en cambio rubies, piirpura, tapiceria, lino, coral , y el jaspe. Juda Israel te traen trigo, balsamo , mirra, miel, resina, aceite, y Damasco, el vino de Xeibaun y los blanquisimos vellones; Dan, Jaban y Meuzal te ven- den el hierro pulido, la canela la cana aromati- ca, y Dedan los ricos tapices; los habitantes del desierto y los principes de Cedar te ofrecen sus corderos y sus cabritos por tus mercancias; los arabes del Yemen te enriquecen con sus aromas, con sus piedras preciosas y suoro; los habitantes de Haran, de Kalane 1 y Adana, que traflcan para el arabe de Cheba, exponen en tus plazas las capas, los velos, los metales preciosos, la plata, los mas- tiles, los cables y los cedros; los navios de Tar- sis sirven a tus correrias de mar. jO Tiro, por tanta gloria y riquezas altanera! tus navegantes ban tocado todas las orillas: he aqui que las olas del mar van a levantarse con- tra ti ; un viento impetuoso te precipitara en me- dio del abismo, Tus riquezas, tu comercio, tus ne- 139 gociantes, tus marineros, tus pilotos, tus hombres de guerra, y esas poblaciones inmensas que llenan tus asambleas, todos caeran contigo el dia de tu ruina. Cubrirse ban de asombro tus marineros al ru- mor de tus exclamaciones ; descenderan de los navios todos los que tienen el remo ; se sentaran, los ojos fijos en tierra, todos esos altivos conquis- tadores de los mares; gemiran al verte, se la- mentaran en su dolor, cubriran de ceniza sus ca- bezas, y se revolcaran en el polvo ; se cortaran el cabello, y se poudran de luto; llenos de amar- gura por tanta pesadumbre, rasados los ojos de agua, despediran ayes doloridos por ti: ^Quie'n, diran, se vio jamas como Tiro, que se ha vuelto muda en medio de las aguas? Salian de sus puertos sus navios para llevar el sustento a todas las naciones; habia enriquecido su comercio a todos los reyes de la tierra; y ahora ya Tiro, sus riquezas, su inmensa poblacion, todo se precipito al fondo del mar; las islas se llenaron de pavor y espanto, y los reyes sintieron erizarse sus cabellos; los navegantes extranjeros insultaron a Tiro en sus ruinas, diciendo: Tu difundias antes el terror por do quiera; pero ese tiempo ya paso, acabaste de dar miedo. Las revoluciones de la suerte, dice Volney, 6 mas bien la barbaric de los griegos del Bajo-imperio, asi como de los musulmanes, ban cumplido este ORACULO. En lugar de aquella circulacion antigua tan activa y vasta, Sur, Tiro Irasforraado en una miserable 140 - aldea, tiene por junto en todo su comercio la exportaci6n de algunos sacos de granos, algod6n 6 lana, y por total de negociantes un factor griego al servicio de los franceses de Saida, que apenas gana para mantener su familia. ( 1 ) Volney, a vista de tan palpables hechos, suelta la prenda diciendo que se ha cumplido el ORACULO; mas el incre"dulo que no quiere admitir en Dios el derecho de intervenir en los negocics humanos, obligado a declarar el cumpli- miento de la profecia, no quiere con todo atribuir su causa sino a las revoluciones de la suerte. \ La suerte ' 2 Que es, 6 como debe llamarse esa desconocida auto- ridad, ese inflexible poder eterno que se somete a la palabra de un hombre? $No estaria escondido aqui, bajo el nombre suerte, el de Providencia? Temiendo el filosofo verse tan apr6ximado a lo que no quiere admitir, afiade al momento inmediato, des- pue's de haber dicho suerte, 6 mas bien la barbaric de los griegos del Bajo-Imperio, asi como de los musulmanes, ban cumplido este ORACULO. i Bellisima invention por cierto ! La divina voluntud que es la suprema, no hace papel ninguno en este caso; todo ha su- cedido por si mismo y de buena voluntad. j Los griegos y los musulmanes ban acordado como amigos dar cumplimiento al ORACULO ! Nosotros lo reconoce- mos tambie"n. Si; ban cumplido el ORACULO, como el cincel cumple la intention del escultor, como la pluma sirve al pen- (1) Voyage en Syrie et en Egypte, t. n, p. 109, 141 samiento del que la mueve. $ Quie*n osaria decir que la Magdalena de Canova y el Espartaco de Foyatier son el producto de un trozo de hierro cilindrico llamado cincel, y de otro que se llama mazo? ^Quie'n seria capaz de sostener que las angelicas harmonias de Lamartine son obra de una pluraa mojada en un licor negro? Como estas y otras tales son sin embargo las indu- cciones de la fllosofia materialista. Este desgraciado sistema propende constanternente a tomar los raedios por el fin, las causas por los efec- tos, en suposicion de que no admite principio alguno superior. Volvamos a la profecia. Pase", dice M. de Chateaubriand, parte de la noche en contemplar este mar de Tiro, llamado por la Escritura Mar grande, por donde navegaron las flotas del rey profeta, cuando iban a buscar cedros del Liba- no y la piirpura de Sidon; este mar, donde Leviatan deja rastros como de abismos; este mar a quien el Sefior puso barreras y compuertas; este mar espan- tado que huyo al ver a Dios, no era ni el oce'ano sal vaje del Canada, ni las olas risueiias de la Grecia. Hacia el mediodia se alargaba el Egipto, donde habia entrado el Sefior en la nube leve, para secar los canales del Nilo, y derribar los idolos; hacia el norte se veia elevarse aquella reina de las ciudades, cuyos comerciantes eran principes. Chocad, navios del mar, porque se destruyo vues- tra fuerza Abati6se la ciudad de las vanidades Las casas todas estan cerradas, y nadie trata ya de 142 entrar en ellas El resto de los hombres sera como las aceitunas y racimos de rebusca. ... Ni aiin era esto todo, porque el mar que yo contemplaba corria por mi derecha junto a las montanas de Galilea, y por la izquierda, sobre las llanuras de Ascalon. En aquellas hallaba las tradiciones patriarcales, y las del nacimiento del Salvador; en las segundas, los recuerdos de las cruzadas, y las sombras de los he'roes que se dejaron ver en Jerusalem La poblacion toda de Tour se compone de cin- cuenta 6 sesenta familias pobres, que pasan una vida oscura, sembrando algun grano y pescando. No son ya las casas que ocupan, como las del tiem- po de Estrabon, edificios de tres 6 cuatro pisos, sino chozas que amenazan ruina (1). Considerando dos literatos franceses, en otro tiem- po, la playa desierta, y los escombros de la reina de los mares, se les ocurrieron los recuerdos de la magnificencia de Tiro. Figurabaseles oir todavia las amenazas de Ezequiel: cEllos destruiran los muros de Tiro, demoleran sus torres; yo los hare 1 polvos y la dejare como una piedra luciente y pelada. Quedara en medio del mar trasformada en un sitio para secar las redes. A este mismo tiempo los Pescadores extendian sus redes mojadas en la piedra luciente y pelada, y entonces comprendieron los dos viajeros el cumplimiento de la vision pro- fetica . Manifestose a sus propios ojos toda la pre- diction con todo el fondo de su amargura sublime. (1) Etatpolitique de la Syrie, t. n, p. 98. 143 VII SOBRE BABILONIA jNarraciones increibles, si no fuesen divinas! He aqui la tragedia de Babilonia . El profeta. Veo salir del desierto ejercitos que avanzan contra Babilonia, parecidos a los remolinos que arroja el viento africano. Se me ha presentado una vision espantosa. El impio se raantiene impio y obra como tal, el que destruia no cesa de destruir. Persa, sube, sube, pues, contra Babilonia; Medo, comienza el asalto : yo he resuelto contener los ayes de los oprimidos. Baltasar. Mis entranas estan penetradas de dolor, siento devorarme interiormente como mujer en el apuro del parto ; me Ilena de temor lo que oigo, y lo que veo me asusta. Cae mi corazon desfa- llecido; mi alma se cubre de asombro y de tinieblas. Esta Babilonia, que era mis delicias, es ya para mi un espanto. Los cortesanos. Cubrid la mesa, ; 6 rey ! con- tinuad en hacer que sirvan el banquete; observad desde la garita lo que pasa en el campo enemi- go, para poder entregarnos sin temor a los pla- ceres, > El profeta. Principes, levantaos, tomad el bro- 144 quel ; poneos en defensa, y no penseis en los de- leites : porque me dijo el Sefior : Ve, pon un cen- tinela que te anuncie todo lo que vea. Y el centinela vio un carro guiado por dos caballeros, el uno montado en un asno, y el otro en un caballo, y los observe con grande atencion, y (habiendo reconocido que los dos hombres eran Dario y Giro conduciendo los ejeYcitos contra Ba- bilonia) exclamo como un Jeon: Yo hago centinela en servicio del Sefior, y me quedo alii todo el dia, hago la guardia y paso alii las noches en- teras. Habi6ndose acercado los dos hombres que giua- ban el carro, oi lo que decia una voz : Cayo Ba- bilonia, y todos las imagenes de su dioses se hi- cieron pedazos contra el suelo. ( 1 ) Acabada la mision de Isaias, pricipia la de Je- remias. El desenvolvera la idea de la ruina, ma- nifestara por qu6 medios debe cumplirse. Estos detalles, con respecto a la historia, son del mas alto interns . Veo un pueblo que viene del aquilon; una na- ci6n temible y reyes grandes se levantan de las extremidades de la tierra. Ellos toman el arco y el escudo ; son crueles y de nada se compadecen; el estrpido de sus tropas resuena como el del mar;y suben en sus caballos y vienen contra ti, hija de Babilonia, como un guerrero pronto para entrar en el combate. (1) ISAIAS, cap, xxi, v, 1,2,3,9. 145 EJ rey de Babilonia tuvo noticias de la fama de tales reyes, y desfallecieron sus manos, y el miedo conturbo su alma. El enemigo viene como el leon que sale de las soberbias riberas del Jordan y que dirige el paso hacia radii fortificado. Yo le soltare de pronto contra Babilonia. Aguzad las flechas, llenad el carcaj ; el Seiior ha sascitado (contra vosotros, 6 Babilonia,) el va- lor del rey de los medos ; 1 ha resuelto perder a Babilonia, porque llego el tiempo de la vengan- za divina Tu, pue"s, que moras sobre las grandes aguas (del Eufrates), tu que estas tan repleta de tesoros ; Ileg6 tu fin, ya estas en tu destrucci6n totaL jO Babilonia, tu eres el martillo con que rompere 1 las armas de mis enemigos ; vali^ndome de ti, destrozere* las naciones; sirvie'ndome de ti, destruire" los reinos.... Acabare 1 por tu medio con el pastor y el ganado, el labrador y los bueyes, los jefes y los rnagistrados. Y despue"s de todo esto dar4 yo en retorno Babilonia y a todos los habitantes de la Caldea todo el mal que hicieron ellos en Sion a vista de los hombres, dice el Seiior. Levantad el estandarte sobre la tierra, tocad la trorapeta, excitad contra ella las naciones de entre los pueblos, Hamad a los reyes de Ararat, de Menni, de Ascenez: reunid contra ella Taspar, traed sus cabe- llos erizados de puntas como las orugas. Los valientes de Babilonia se han retirado del 10 146 combate; sequedaron en las plazas de guerra; ani- quilose toda su fuerza; parece que se haa vuelto mujeres; se quemaroa sus casas; rompie"ronse todas las barreras. Los correos iran unos tras otros, y los mensajeros tras los mensajeros para dar parte al rey de Babilo- nia haber sido tomada su ciudad de alto a bajo. Qu6 se apodero el enemigo de los vados del rio, que prendi6 fuego a los canaverales de las lagunas secas, y que se acobardaron y llenaron de terror los guerreros que debian defenderse Oyense grandes gritos en Babilonia, y en el pais de los caldeos resue- na un estre"pito ruinoso Esto es lo que dice el Senor de los ej6 rcitos: estos gruesos baluartes de Babilonia seran derribados por los cimientos y vendran a tierra ; sus puertas tan altas seran quemadas, y quedaran reducidos a la nada los trabajos de tantos pueblos y naciones diferentes, con- sumidos por las llamas, y pereceran eternamente. (1) Recordemos aqui las palabras de Isaias sobre la muerte de Baltasar el soberbio. Todos los reyes de la tierra fueron sepultados con honor, cada uno en su sepulcro : en cuanto a ti, tu fuiste arrojado rnuy lejos de tu sepulcro, cual inutil tronco; y estando cubierto con tu sangre propia, que- daste confundido entre los de la multitud, que fueron pasados a cuchillo, y que fueron a toda prisa sepulta- dos como el cadaver corrompido (2) (1) JEREMIAS, cap. L, v. 41; y cap. LI, v. 11-58. (2) JEREMIAS, cap. LI, v. 58. 147 Destruida sera como Sodoma y Gomorra esta so- berbia Babilonia, que se decia la gloria de los reinos, el orgullo de los caldeos. No se vera jamas habitada ni reedificada en el porvenir de los siglos y las generaciones. No se atre- vera el arabe a plantar en ella su tienda, y los pasto- res no se atreveran a dejar que reposen alii sus ganados. Serd la guarida de bestias feroces, llenaranse sus palacios deserpientes; pajaros de mal agiiero cansa- rdn espanto con sus gritos; saltaran ios machos cabrios; las sirenasse instalaran en este palacio de delicias ( 1 ) ^Que" puede decirse despues de haber leido estas admirables predicciones, y de haber verificado con la historia, la geografia y los viajeros su perfecto cumplimiento? aQu6 se debe pensar del profeta que a Giro le llama por su nombre, mas de dos siglos antes de su nacimiento; que designa tambien por sus nombres a los dos pueblos bajo quienes debe caer la reina de las metropolis ; que da las seuas y circunstancias de su sitio , de su ocupacion , pu- blica la huida y cobardia de la guarnicion , la irre- solucion y asombro del rey , su fin, el estado de su cuerpo desfigurado, la suerte de Babilonia , la demo- licion de sus baluartes , el destino de sus vestigios , y en fin que desapareceran cubiertos por las aguas de las lagunas , como para sepultar bajo un fango (1) ISAIAS, cap. xii, v. 22. 148 eterno la ciudad de las impurezas y abominaci6n ? 2 C6mo explicar naturalmente el destino de esta capital? Porque, segun la profetica expresi6n, la Pro- videncia se sirvi6 de ella como de martillo para quebrantar la insolencia de los pueblos, y esta Providencia misma la destruye tambie'n despu&3, dando con su castigo a los pueblos ua ejemplo inaudito tal vez en los anales de los imperios? Esto es admirable. a No es una cosa singular que la ciudad mas po- derosa del universo, colocada como en medio de la cuna de la familia humana, despu^s de haber oprimi- do 6 asombrado al mundo entero con su fama, se haya borrado y desaparecido de sobre la faz de la tierra, de modo que apenas haya sido posible indicar el area donde fu6 situada? Considremos tambien el papel tan extrano que hizo Nabucodo- nosor entre los hombres; cual su gloria, cuales sus hazanas, hasta donde llegaron sus conquistas, y cual el resultado de su ruido . Fu6 el primero que fundo un grande imperio sobre los escombros de otros ciento: marcho asi a la cabeza de los Ciros, los Alejandros y los Csares, de todos estos heroes elogiados por el orgullo de las naciones y el estragado gusto de los retoricos. Siempre fu6 victorioso ; no tuvo mas que abrir la boca, y los pueblos se postraron a sus pies . Subyugo igualmente la sabiduria del Egipto, las riquezas del Asia, el fausto de los fenicios, la vida vagamunda de los n6madas africanos, la 149 feliz sencillez de los moradores de la Betica en Espana, y en fin, para que d su gloria y grandeza nada faltara, Ievant6 una ciudad inmensa, donde se preseiitaba para exitar admiraci6n . La vasta extension de sus palacios y su magnificencia, la elevaci6n y solidez de sus muros , las calles gran- des tiradas a cordel, los puentes y soberbios mue- lles que dominaban el rio; ciudad pasmosa, que por su fuerza, riquezas, y nuraerosos habitantes, parecia capaz de asegurar para siempre la duracion del imperio babilonio. Mas, con todo eso, antes de cinco lustros, ya no existira este imperio; Babilonia sera la presa de un pueblo despreciado por barbaro, y que no pre- sentando ya ni fausto ni riquezas , no inspirara el mas pequefio interes las miras ambiciosas del conquistador (1). (1 ) COURT DE GEBELIN , Essai d'hisloire orientate. 150 VII CUMPLIMIENTO PROGRESIVO Cumpliose la profecia por grades. Teniendo a menos su conquista el vencedor Giro, no quiso fi- jar en ella su trono imperial. Con el intento de abatir el orgullo do sus habitantes, afectaba no pasar en ella mas que ima parte del aiio (1). Los atractivos de Suza, de Persepolis, de Ecba- tana encantaron y arrebataron enteramente a los herederos de su cetro, y abandonaron a Babilonia. Corrida por este desprecio, trato de rebelarse al principio del reinado de Dario, hijo de Histaspes pero sometida por el joven rey, fue dejada entre las manos de la tropa furiosa horribleraente sa- queada, padecio un castigo aflictivo e infamai te por la reduction de sus empinadas murallas. (2) Despues de la conquista de los macedonios, ha- ciendo edilicar el principe Seleuco sobre el Tigris una ciudad a que llamo Seleucia, fueron todos los ciudadanos de Babilonia trasladados a la nueva (1) C yroped., lib. vn, p. 193. (2) HERODOT., lib. in, p. 159. 151 ciudad en virtud de 6rden suya. No dej6 en ella mas que los muros, el templo de Belo, y por exencion algunos caldeos , a quienes concedio el pri- vilegio de morar cerca del monumento, como guar- clianes de aquellas soledades. (1) En tiempo de Plinio no habia nada en pie sino el famoso templo, rodeado de algunos despo- jos de los muros. (2) Hacia el medio del segun- do de la era cristiana, en tiempo de Pausanias, todavia se distinguia el recinto de las murallas. Cuando vivia san Jeronimo, los reyes de Persia se Servian de este sitio como de parque para cazar bestias feroces. En 1037, quedaron ostas ruinas enteramente demolidas ; en el dia de hoy nadie puede senalar el paraje donde las vieron sus habitantes, y se piensa estan cubiertas por las aguas, que formaron charcos con las avenidas del rio. 2 No estaban estos acontecimientos fuera del humano alcanco? La magnificencia de los palacios, cuyos jardines parecian suspends en los aires, las riquezas , la fuerza de la poblacion y de los ba- luartes: $ no parecia que todo ello prometia la inmortalidad de Babilonia; tal como ella la espe- raba? A pesar de todo y en medio del prestigio de esta grandeza: vieron Isaias y Jeremias la toraa, la caida de aquella capital , y el profundo aba- timiento que se le tenia reservado. f3) STRAB., lib. xv. p. 508 (2) PUN., lib. vi p. 30. 152 Ellos conocieron d sus vencedores, dice el ve- nerable M. de Pampignan. No los designo al prin- cipio Jeremias si no por su situaci6n hdcia el nor- te; muy poco despues los nombra, y dice clara- mente como Isaias que los reyes raedos armaran sus subditos contra Babilonia, y sus aliados. Esta prediccion es exacta. Los persas, inferiores en nii- mero a los medos, no eran mas que auxiliares en el eje>cito; y Giro, a quien Ciaxaro, su tio, habia entregado el mando, parecia obrar con dependen- cia de sus autoridades; y sin embargo no ignore Isaias esta circunstancia de la union de medos y persas, y apenas anuncia la triste nueva que lleva contra Babilonia, cuando ya exclama: Marcha, prin- cipe de los alamitas ( asi se llaman los persas), y tu, medo, comienza el sitio. El centinela que debia observarlo todo, descubre al momento en que fue tornada Babilonia, dos ca- balleros montados, el uno en un caballo y el otro en un asno. For lo que se acaba de oir, es facil de comprender en estos dos caballeros, montados de modo tan diferente, la nation de los medos, poderosa y rnagnifica, y la de los persas, pueblo de poco nombre hasta entonces, habituado a una vida lavoriosa y frugal. Parece que habian asistido los profetas en es- piritu al soberbio banquete de Baltasar que se dio en su palacio, la noche misma en que se verifico la toma de Babilonia. Vio Jeremias a todos los grandes de la Caldea sumergidos en la embriaguez , y que no vuelven de 153 - este letargo, sinopara comenzar el sueno de la muer- te; y, a fin de que no se tomen sus expresiones en el sentido metaforico de sorpresa y aturdimiento, Isaias deja escuchar las mismas palabras que se le dijeron a Baltasar en medio del festin para tranquilizarle. Se turbo el regocijo a vista de una raano que se dejo ver a lo mejor de la fiesta, escribiendo en la pared de la sala del festin unas palabras que no habian podido leer ni explicar los mayos mas instruidos. La inter- pretacion de Daniel redoblo el espanto; pero se tardo poco en desterrar estas Jugubres ideas. Lisonjeose el rey con los cortesanos de que, 6 la profecia no pasaba de amenaza susceptible de suavi- zarse, 6 de que su cumplimiento estaba muy distante. Mandad, dijeron a Baltasar, que vuelvan a servir la cena, y que se ponga en lo alto una garita desde dondese vea todo lo que pasa: comamos y bebamos como antes. Se trata de agradarle , disipandole. For lo tanto este rey tan impio , como le llamo Jenofonte, se precipito por si mismo al peligro , de que se le hubo advertido antes ; pero su perdicioo estaba ya resuelta , y la ceguera que debia precederla tambi^n pronos- ticada. Supieron los profetas que no se tomaria Babilonia por asalto, ni rendida por capitulacion , sino por sor- presa. Ellos aseguraron se secaria el rio que atravesaba a Babilonia (el Eufrates,) y que por esta parte sin agua entrarian los enemigos en laciudad por las dos extre- midades; que el rey encerrado en su palacio recibiria por los correos, que vendrian unos despues de ptros, 154 noticia de haberse perdido todo. Isaias y Jeremias hablan de esta sequedad del Eufrates; pero el segun- do esta mas circunstanciado y terminante en cuanto a la profecia que cito: esto es decir palabra por pala- bra lo que la historia nos enseiia acerca del modo como se tomo Babilonia. Giro, con el designio de volver el giro del Euf rates, habia hecho abrir canales por la parte superior 4 inferior de la ciudad. Cuando llego el tiempo de poner en ejecucion su proyecto, instruido de que los babi- lonios celebraban una fiesta en que se abandonaban a todos los excesos de la intemperancia y el desorden, hizo entrar las aguas del Eufrates en los canales que les tenia preparados , y la madre del rio presento a sus tropas un paso seguro y facil. Queman las junque- ras que les irnpiden el paso , y entran sin ser vistos en una ciudad que no les ofrece resistencia alguna. Los mismos profetas pronosticaron ademas, segiin el testimonio de la historia, el horrible carnaje que hicieron los persas y medos en Babilonia. El inismo rey fue muerto en medio de sus oftciales y guard ias , quedando confundicto su cadaver enlre todos los demas muertos. Profetizaron los profetas el estado de anonada- miento a que se recluciria Babilonia, anunciando seria destruida hasta los cimientos; que nunca seria restablecida , y que solo serviria de asilo a las aves nocturnas , bestias feroces y anirnales ponzonosos . Todo se verifico punto por punto ; y hasta los rastros de esta desdichada ciudad han desaparecido de tal 155 modo, quo ni los mas hdbiles ge6grafos saben de- terminar el terreno donde se hallo situada. Brilla en esta prediccion la presencia de un espiri- tu mas que humano. La intuicion del profeta, sin reconocer los limites legales del espacio y el tiempo , toma en lo contemporaneo absoluto los hechos mis- mos que anuncia; pero cuando deben realizarse, se clesenvuelven segun las leyes terrestres, por el orden natural de sucesion, y no se determina lo que deben durar los intervalos entre cada uno de los sucesos. Asi pues se toma la ciudad y quedan desmantelados los baluartes ; y ya no estaban en disposicion de servir, no siendo para guarida de bestias feroces. Luego viene todo por tierra. Las bestias feroces estan ya reemplazadas por otros habitantes de nuevacasta, reptiles, insectos vene^ nosos. Los viajes de Texeira y de Ranvolf nos ensefian habia ya muchos siglos que nadie se atrevia a llegar d semejantes parajes por miedo de los peligrosos hu^spedes. No se atrevera el arabe a plantar en ella su tienda, y los pastores no se atreveran a dejar que reposen alii sus ganados. (ISAIAS, cap. xin, v. 20.) Desde tal tiempo desaparecieron las ruinas. Despu^s de haber hecho la Providencia ostentacion de ellas, exponiendolas a la contemplacion del hom- bre, las quit6 de la vista cubri^ndolas con unas aguas cenagosas y sin nombre . j Terrible Iecci6n ? Aquella Babilonia que, sentada con arrogancia en las llanuras del Oriente, vana y orgullosa, viendose 156 cenida de baluartes , llevaba por joyas columnatas de p6rfldo, teruplos de jaspe y plata, cimborios guar- necidos de piedras, levantaba su diadema de torres hasta las nubes, embriagandose con la fragancia que despedian sus prodigiosos jardines; aquella que cual idolo pretendia las adoraciones de los pueblos ; aquella Babilonia fuepor fin abatida. Yace por tierra como el gigante mal herido en la frente, tendida sobre el polvo; fueron sus sabios magos y satrapas los tigres y panteras, los leopar- dos sus ejrcitos, los erizos y los mochuelos su pue- blo bajo. Entregada despu6s a los escorpiones y serpientes , acabo reduciendose a cloaca. La sirena (reptil anfi- bio con doble aparato respiratorio ) se instalo en sus ruinas. Entonces se vio verificado el ultimo dicho del profeta : Y habitaran las sirenas sus palacios deli- ciosos. ( ISAIAS , cap. xm , v. 22.) Faltaba , para el total cumplimiento , que se ex- tendiera una gran laguna como espeso y funebre velo por todo el terreno que antes ocupaba Babilonia. Hasta entonces no estaba concluida la obra profe- tica , aun faltaba cierta cosa. Lejos de ser contradictorios tales hechos diferentes, se .testifican y apoyan mutuamente, con la con- dicion de que no se puede violentar la historia , presentando como simultaneos, sucesos necesaria- mente progresivos, pues que los unos con fre- cuencia son producciones de los otros. ; Que ig- norancia de la naturaleza no hay en el fondo de las chanzas sobre las sirenas de tierra firrne, - 157 infelices por no haber algun Ulises a quien tentar en las sirtes del desierto, por donde jamas pasara nadiel \ Cudn miserables son todas estas bufonas en presencia del examen practicado por la ciencia! Estos hechos llevan en si ensefianza, y hacen sups' rfluo todo comentario. Aun tendriamos bastan- tes verdades que declarar, profecias que recordar, en cuanto al Salvador y a la doctrina de los judios; aun nos faltaria demostrar, como dice la Revista de Paris, aquella inaudita prediccion de Giro ( que nuestra razon puede muy bien no admitir, pero la que aun no ban podido conven- cer de interpelaci6n todos los esfuerzos mas legi- timos de la critica), de Giro, designado por su propio nombre mas de doscientos afios antes de venir al mundo; de aqui lo que dice el Sefior a Giro que es su Cristo, a quien tomara por la mano para rendirle todas las naciones A causa de Jacob, que es mi siervo, y de Israel, que es mi escogido, os hice yo llamar por vuestro propio nombre, os he marcado con titulos honoriflcos , y no me habeis conocido. ( Cap. XVI , V, 4. ) Pero $ qu6 nueva con- flrrnacion podrian traer estos hechos, si los que preceden no fuesen ya suficientes ? (1) (1) Revista de Pan's, art.iSAiAS, porM. A|. Roulin 158 VIII DISCUSION SOBRE LAS PROFECiAS Las profecias se ban realizado. Forzados los in- cr&lulos por la evidencia, se ven precisados a declarar que las revoluciones de la merle ban dado cumplimiento al ORACULO. (1) Porflrio, en su libro XII contra Daniel, no pu- diendo contestar el cumplimiento de las profecias, pretende hacer ver que se ban fabricadoposteriormen- te a los hechos. Nuestros sofistas no dejan de adop- tar este mismo medio, tan comodo para eludir una concluyente autoridad. Por poco que se les atienda, indicaran el lugar y el dia de la falsification, tal vez los falsarios mismos, la calle y numero de sus casas en Babilonia 6 en Jerusalen; porque 1 i cual sera la cosa que un enciclopedista no este dispuesto a probar ? Paso ya el tiempo en que se juraba sobre la palabra del maestro; en el que alcanzamos, se pierde todo el tiempo y el credito sin una demostracion racional, aunque se llamara uno Voltaire 6 Juan Jacobo Rousseau, g En que datos historicos se ban fundado para sostener que fueron redactadas las ( 1 ) VOLNEY , Voyaye en Syrie et en Egipte . 159 profecias despues de verificados los aconteciraientos? El linico testimonio presentado estriba en la acu- sacion del pagano Porfirio.El dice que se compusieron las profecias de Daniel despus del acontecimiento, por un autor que vivia en tiempo de Antioco Epi- fanes. ^Qu4 prueba da 41 de todo esto?-Ninguna.- aQuie 1 !! es ese autor?-No lo sabe. -Citemos su aserto mismo para que por 41 pueda formarse juicio. La obra de este profeta no es del que se dice y nom- bra, sino de alguno que vivia en Judea en tiempo de Antioco Epifaaes. Este desconocido ha contado mas bien cosas pasadas, que ha descrito aconte- cimientos futures; por fin todo lo que ha dicho an- terior a Antioco es verdaderarnente historico : pero se ha adelantado mas alia, y en esto ha mentido ponue no conocia el porvenir. (1) Al momento quedo reducida esta imputation miserable a la nada refutandola Metodi , Apolinario y Eusebio . Porfirio fundaba su argumento principal, como lo hacian Espinosa y Voltaire, combatiendo la autenti- cidad de los escritos del profeta, en esta suposicion absurda que Dios no puede revelar a los hombres el porvenir, y sobre todo que la profecia de Daniel esta tan precisa, que parece haber visto los acontecimien- tos que vaticina (2). Por ahora no se alegan oscuridad ni contradiccio- nes , y si probamos ser la profecia de Daniel anterior al tiempo de Autioco Epifanes, todo esta concluiclo. (1) PORPHYR., Ap. Hieronym. pnefat. in Daniel. (2) VOLTAIRE , Biblia explicada. 160 Daniel es verdadero profeta. Importa sentar este pimto ; porque este mago es soberano de la ciencia sagrada y humana. El ha pro- nosticado la venida del Redentor a la tierra; 61 ha determinado la e'poca y el ano de la inmolacion de la victima celeste , y ha confirmado su palabra , toman- do a los astros por testigos , y haciendo la indicaci6n admirable del CICLO PERFECTO. Declaramos el libro de Daniel tres siglos anterior a la persecuci6n de Antioco Epifanes , y desafiamos a los volterianos para que nos desmientan. Veamos las pruebas. El profeta Ezequiel, que murio hace dos mil y dos- cientos anos, ha hecho mencion en sus escritos dos veces de Daniel. Habla de su santidad, de su ciencia prodigiosa que penetraba las cosas ocultas al resto de los hombres : con que en esta e'poca Daniel era ya famoso (1). La historia de las antigiledades judaicas, refirien- do la entrada de Alejandro el Grande en Jerusalen, la visita que hizo al templo , donde sacrifico , dice que el sumo sacerdote Jaddo le hizo ver el libro de las profecias de Daniel , que anunciaba que un griego destruiria el imperio de los persas; que Alejandro se reconocio designado, y que se alegro mucho de ello (2). Esta fu6 sin duda la causa de la munificen- cia del vencedor para con los sacerdotes de Israel. El viejo Matatias, tomando las armas contra Antio- (1) EZECH., cap. xv, v. 14-20. -Cap. xxviu, v. 3. (2) FLAV. JOSEPH., Antiq.jud., lib. XI, cap. vm. 161 co, recordaba a sus hijos, para infundirles animoen clefensa de la causa sagrada , que la fe en los socorros de Dios habia librado del fuego del horno a Ananias, Azarias y Misael, y que la boca de los leones se cerro ante la inocencia de Daniel (1) Es evidente que estos dos parajes de los anales judios nose hallan sino en el libro de Daniel: con que antes de la persecution que pronosticaba el, esta- ba ya]{conocido y en veneration este libro. Tambin se puede leer en un libro publicado por un judio c&ebre, cerca de diez y ocho siglos ha: Todas las desgracias cayeron sobre nuestra nacion en el reinado deAntioco, como Daniel lo teniapro- nosticado largo tiempo antes. Ha tratado tambie^n del poder de los romanos y de su imperio, y ha pre- visto los males con que debian de afligir a nuestra nacion. Todos los escritos que nos ha dejado Daniel se leen todavia hoy en nuestras asambleas, elc. (2) $No es bastante precisa esta afirmacion? Una constante tradition de la sinagoga moder- na y antigua honro y honra las profecias de Daniel ; el mismo Cristo las ha testificado, recor- dando su advertencia , y nombrando por su nombre al autor en presencia de los que estaban al rede- dor de 61 . Ha citado al profeta Daniel , como que tenia una autoridad reconocida y vulgar en Israel . (3) Se abstuvo de toda explication porque (1) Lib. Machab., I, cap. n, v. 59. (2) FLAV. JOSEPH., Antiq. jud., lib. X, cap.xn. (3) MPTTH., cap. ix v, v. 15. a 162 su libro famoso era demasiado antiguo , demasiado ce"lebre, para que tuviese necesidad de dar alguna Estos son hechos; refutense. IX EVIDENCIA HISTORICA DE LAS PROFECIAS M. Court de Gebelin ha formado una cronologia exacta de la profecia de Daniel ; las observaciones de este sdbio muestran, en todos los puntos, la conformidad de la narration sagrada con el re- lato de la historia protana. (1) Se sabe que se reunieron y acordaron los testimonies de Eusebio, de Diodoro Siculo, de Tucidides, de Caron deLarap- saco con los de Esdras y de Nehemias para fljar la 6poca del reinado de Artajerjes de la olimpia- da setenta y seis: que esta e'poca viene al afio 4240 del periodo juliano; que por consecuencia es el afio veinte del reinado de Artejerjes, corres- pondiente al ano 4260, que es lafecha de la pro- fecia de Daniel, sobre la venida del Mesias. Daniel anuncia la venida del Salvador dentro de sesenta y nueve semanas de afios . Este espacio que comprende 483 afios, se halla trascurrido en (I) Disert. sobre la Hist, orient,, p. 34,ec. 163 el mes de marzo ( Nisan ) de 4743, ano que coin- cide exactamente con el ano 30 de nuestra era, tiempo en que comenzo la predicacion del Salva- dor. El calculo astronomico y las observaciones de de Flegon, historiador de las Olimpiadas, se con- cuerdan aun en poner la muerte de Jesucristo en el ano 4746 del periodo juliano, 33 del nuestro y en atestiguar el cumpliiniento de las profecias de Daniel. M. Loys de Cheseaux ha compuesto sobre Daniel notas astronornicas que establecen la ciencia su- perior y trascendental del profeta en el mecanis- mo celeste. No podemos ponerlas aqui por entero ademas de que no todos serian jueces competen- tes en esta materia; bastara por tanto exponer la opinion de los hombres mas notables en astronomia. Escribia el ilustre Mairan a M. de Cheseaux: No hay medio para no convenir en las verdades y descubiertas probadas en vuestra disertacion ; pero yo no puedo comprender como y por qu se hallan tambien realmente contenidas en la santa Escritura. El no lo nego, lo admir6. Cassini declara haber hallado todos sus m^todos para el calculo de los moviraientos del sol y de la luna, deducidos del ciclo de Daniel, y de la llegada de los equinoccios y del solsticio en el me- ridiano de Jerusalen rnuy demostrados, y entera- mente conforraes a la mas exacta astronomia. Bonnet , en sus indagaciones filos6ficas , habla del j6ven sabio cuyas descubiertas habian pasmado a los dos astronomos MM . Mairan y Cassini.... ^ Se 164 hubieran sospechado, aiiadia el, que el.estudio de un profeta enriqueciera la astronoraia trans- cendental y que nos valdria, en cuanto a ciertos puntos dificiles de esta bella ciencia, un grado de precisi6n rnuy superior al que nos habia dado el calculo hasta el presente? ( 1 ) Al acabar M. de Cheseaux su demostracion del CICLO PERFECTO, que se ha buscado sin fruto por tantos siglos, y se halla dispuesto en algun raodo en Daniel dos mil trescientos anos ha, hace esta observation: Entre muchos mill ares de anos di- ferentes, el designado por el profeta, y escogido por el Criador para el cumplimiento de los divinos oraculos, abraza entre un numero inflnito de pe- riodos y de intervalos de anos, los dos solos nii- meros redondos, que fuesen ciclicos, jy que lo fuesen de modo que su diferencia misnia fuese un CICLO PERFECTO ! Vamos ahora a continuar con la prueba esencial de la integridad y de la data del libro de Daniel, que es corta, pero decisiva. El libro de Daniel siempre ha sido uno de los comprendidos en el canon de los judios, y la con- clusion del canon judio fue anterior a la llegada de Alejandro el Grande a Jerusalen . Las tradiciones de los doctores hebreos estan acordes en este pun o. Josefo lo reconoce escri- biendo contra Apion. (2) La veneracion de los (1) Rech. phil. sur les preuves clu, Christ., p. 334 , ed. 177 . (2) FLAV. JOEPH., Contra Apio)i, 165 sacerdotes para con los escritos introducidos en el canon, su respeto al asunto juzgado,eran tan grandes , que jamas fueron admitidos como cano- nicos el Jibro de ios Macabeos ni el del Eclesids tico, a pesar de lo santo de su inspiration. $No son prenda de la inviolabilidad de !os libros sa- grados lo constante de esta prohibition y su in- flexible inrautabilidad? Cuando se rehusaba el ad- mitir el libro de los Macabeos y el Eclesiastico hu- bierase admiti'Jo la de autores sin nombre? ^No es insensata semejante suposicion? Reconoceraos el interns del filosoflsmo en sos- tener la falsification de la profecia de Daniel: en supocicion de se>, corno efectivamente es, el sen- tido y al mismo tiempo la explication de las profecias precedentes. Pero, ^se reflexiono como era debido, al hacer semejante acusaci6n, en el enlace y correspondencia tan admirable con que se une la sagrada tradition? ^Habiase considerado no ser facil desmembrarla impunemente, y que tocando una sola de sus verdades debian resen- tirse todas las demas ? Esta es la consecuencia inevitable a donde se debe llegar. Si la profecia de Daniel es de data mas antigua, tambien debe serlo la de Ezequiel que hace mention de ella, y lo mismo deberd decirse de las demas, pues que casi todas se apoyan mutuamente . Pongase atenci6n en esta prueba importante. Lejos sin embargo de cejar el filosofismo a vista de tai induction, no vacila, la concede con el ma- yor gusto. Todos los libros, dice 61, los ban 166 compuesto por connivencia algunos an6nimos. Si se ha de darcrdito & Voltaire, en Alexandria 6 Jerusalem fu6 donde los judios, sumergidos por to- dos los tiempos en la mds profunda ignorancia , co- menzaron d escribir. Pero se nos puede persuadir que por ensayo y por la primera vez estos ignorantes pudieron escribir el Pentateuco , los cantos de David , las profecias de Isaias , de Jeremias ? j Este es un modo de prin- cipiar d escribir tan singular, que se aventaja con mucho a toda la literatura de aquel tiempo , y un modo de escribir al que ningun esfuerzo del ingenio del hombre pudo llegar todavia ! En cuanto a esto , lo absurdo y gratuito del caso nos excusa de la refu- tacion. a Quien en nuestros dias osaria comparar el estilo de la Sdbiduria con el del Genesis, confundir el caldeismo tan frecuente de Daniel con el hebraismo griego de Filon, haciendo asi a Vico contemporaneo de Virgilio, y asemejar a Esquines 6 a Isocrates con los retoricos Emporio , 6 Eucebolo el bizantino? Pero, suponiendo no haya entre los diferentes autores sagrados de cada poca alguna marca distintiva del lenguaje , g como se hace adoptar la impostura? i Qu^. interes tenian los sacerdotes para introducir en el canon escritos en que sus faltas fuesen rigurosamente censuradas , en que se anunciase que la ciudad y san- tuario serian saqueados, los sacriilcios y oblaciones abolidos ? $ No debian estas promesas aflictivas exci- tar naturalmente la inquietud y el enojo de los prin- cipes de los sacerdotes , de los. aucianos del pueblo , y 167 de toda la naci6n judia, tan orgullosa , tan aferrada a sus ideas de dominaci6n universal? For otra parte , era el tin general de las profecias la venida del gran Reparador; los falsarios que hubiesen pronosticado tales circunstancias de su mision y suplicio. cualquiera que por otra parte fue- se su nombre , serian realmente profetas. Admitase que la profecia de Daniel esta escrita despues de Antioco , aun precedia con mas de siglo y medio al nacimiento de Cristo, y no dejaria por eso de ser menos railagrosa , puesto que su cumplimiento es positivo. Asimismo es preciso liraitarse al tierapo en que las profecias estaban ya cumplidas, a fin de poder falsi- ficarlas, esdecir, bajoTito, despues del saqueo de Jerusalen ; porque hasta entonces no puede menos de haber inspiraci6n divina. Luego en esta misma e"poca , era imposible la falsi- fication. La famosa traducci6n de los libros hebreos en griego, su dep6sito en labiblioteca de Alexandria, de donde los sabios extranjeros habian sacado copias; la division y multitud de sinagogas del Asia menor , de Italia, Grecia y Egipto , se oponian a la ejecuci6n de tal idea. Estaban ademas siempre a la vista las tres grandes sectas rivales de los esenios , fariseos y saduceos, cuya disidencia presentaba un obstaculo insuperable a las mas minimas alteraciones de la letra , cuando hacian de ella un estudio continue. Despue's de Cristo era mayor el impedimento. 168 - Las profocias se habian multiplicado por las copias cuya exactitud reconocian los mismos judios; los cristianos tambi6n por su parte , prevenidos con estas profecias, hacian ver d los doctores de Israel que era el Salvador esperado con tanto ardor el hombre mismo a quien ellos habian perseguido y ejecutado; con lo que los confundian 6 los invitaban a la nueva f. Si los sacrificadores , los fariseos tan orgullosos , hubieran podido negar la fecha que los acusaba, con- veneer de falsas las predicciones que se les oponian i no hubieran refutado a sus adversaries vicforiosa- menie ? i Y lo hicieron ? No; porque los cristianos no eran los inventores de tales profecias , sino que las tomaron de los judios tal y corao las tenian elios en su canon. Los judios y solo los judios pudieran haberlas adul. terado, es decir, haberlas comunicado segun que ellas nos han venido hace dos mil aiios. Pero lo repetimos, era imposible hubiese falsifica- cion antes de Cristo. Todo y cualquier acontecimiento futuro que se curaple es una verdadera profecia, un efecto sobrenatural. La imposibilidad de forjar profecias , despues de la muerte de Cristo , esta protegida y asegurada por el interns pecuniario y moral de las rentas , de la autoridad y del porvenir de los sacerdotes y de los antiguos; ademas que tambien esta demostrada por la publicidad anterior. ^Como y para que hubieran compuesto pasajes, 6 permitido se interpolasen siendo estos mismos una sentencia fulminada contra ellos de interdiccion del anuncio de una nueva era, 169 la ruina del templo, y por consecuencia la supresion de sus beneficios? Si manana algun an6nimo dirigie- se a Roma una prediccion forjada en las Galias y atribuida a san Hilario 6 san Ireneo, que fijara un cierto numero de anos despue"s de cuyo tiempo ya no habria ciudad eterna (Roma), ni sacrificio eucaris- tico, ni menos Iglesia de Cristo, ges creible cuidara luego el sacro colegio de poner un tal escrito a con- tinuaci6n de las epistolas de san Pablo y san Juan, como si fuera una verdadera profecia? jlmaginese si es posible, que las familias sacerdotales hubieran acogido benignos presagios parecidos a los de Isaias y Daniel! Sin embargo los hemos hallado en su canon. ^No es este un hecho superior a^ lo que puede concebir el espiritu humano? ^No es la conservaci6n de las profecias realizada por los raismos judios en ellas condenados, una maravilla tan grande 6 mayor que las profecias en si mismas ? Resumamos. Las profecias no se han fabricado antes del naci- miento del Salvador, ni en su totalidad ni en parte por alguno 6 por algunos hombres falsarios, como quiera que no es posible citar racionalmente una e"poca en que tal hecho haya podido llevarse a efec- to; puesto que se hallan profecias en Moists, y que no se podria, sin llegar al extremo de la locura, persuadir que un libro como el Pentateuco, recono- cido cientiflcamente por la obra mas ANTIGUA y mas digna de admiraci6n, fuese compuesto en tiempo de Octavio Augusto; puesto que ya en tiempo anterior a Augusto estaba cerrado el canon judio; puesto 170 que habie*ndose veriflcado los hechos anunciados, las profecias serian siempre reales, independientes del nombre de su autor. No hacen rns que auraentarse las dificultades despues de la venida del Mesias, y vienen a ser innumerables; nadie se atreve seriamente a imputar & los cristianos haber imaginado semejantes predic- ciones , y raucho menos a losjudios, cuando ellas mismas los condenan ; de modo que con algo de buena fd , para explicar lo que ninguna inteligencia humana puede resolver , se v6 uno precisado a decir: No puede menos de haber en esto una causa superior.)) Confieso que he aprovechado de esta excursion arqueologica profana para demostrar la verdad de las profecias, porque son ellas los titulos aute"n- ticos de la filiaci6n divina del cristianismo, por- que su intimo enlace comprende en su misma unidad todos los siglos pasados desde que apare- cio el hombre sobre la tierra, y tambie'n para demostrar que el cristianismo no teme el mentis de ninguna ciencia, ni siquiera el de la arqueo- logia; antes bien todas las ciencias tienden con sus conquistas verdaderas a probar la verdad de nueslra sublime y santa religion. For eso siem- pre sera verdad que el progreso de las ciencias es la mejor apologia del cristianismo. Hasta la arqueologia americana contribuye a un triunfo del cristianismo, cual es constatar la unidad de la especie humana, ya que no faltaron autores que pretendieron, deducir de la existeacia 171 aislada de los pueblos del Nuevo Mundo, una prueba de la existencia de una raza indepen diente de Adan 6 autotona. Y $ se dira aiin que el catolicismo teme el progreso de las ciencias ? Lo bendice jporque" en 41 esta su mas esple"ndi- do triunfo ! Asi, pues. la presente memoria sera, al raismo tiempo que la consagraci6n de un recuerdo a mi excursion arqueo!6gica por ambos mundos, un ho- menage de mi f6 a la divinidad de nuestra san- ta religion, que es la gloria de la humanidad y el honor de la civilization. Como la presente raemoria es arqueologica, no se extranara por los lectores que les d6 unaidea de aquellas antigiiedades raonuraentales que han merecido el nombre de maravillas del mundo, afiadiendo los espanoles la del Escorial, que es una maravilla moderna. Satisfar^ asi tambien mi pa- sion arqueo!6gica y la curiosidad de todos por saber en qu6 consistian esas maravillas de la an- tigiiedad. De algunas solo he visto los rastros,por- que no queda otra cosa, conao las del tetnplo de Salomon, el templo de Diana y el faro de Ale- jandria. Visite a Rodas por ver las bases del coloso; contemple las Piramides de Egipto y he visitado el Escorial; del Mausoleo de Caria solo quedan los recuerdos. Ser6, pues sumamente la- c6nico. 174 El Templo de Jerusalen Unos 1000 aiios antes de Jesucristo, Salomon hizo construir un Templo sobre el monte Moria. en el mismo sitio en donde David habia visto el An- gel ejecutor de la Justicia Divina con la espada levantada, y en donde el profeta Gad le advirtio de parte de Dios que elevase un altar para ofre- cer en 61 los sacrificios. Mas de 25,000 hombres se emplearon en la construcci6n de este famoso Tem- plo, que se concluyo despues de siete anos de trabajo, hacie'ndose entonces su solemne dedicaci6n. Se dividia en cuatro partes, circuidas todas por un mismo muro, a saber; elvestibulo de los gen- tiles, el de los judios, el santuario 6 vestibulo de los sacerdotes, y el Sancta Sanctorum. El vestibulo de los gentiles tenia 500 pasos de circuito, y alrededor una alta galeria, sostenida por muchas columnas de marmol, con cuatro puertas hacia los cuatro puntos cardinales del mundo. El vestibulo de los judios se comunicaba con el anterior: era muy suntuoso, y estaba rodeado de primorosas galerias ; su pavimento era de marmo- les de varies colores, los muros estaban cubiertos 175 - de orofimsimo, y las puertas de plancha delaton. El sautuario, 6 vestibule de los sacerdotes , tenia 40 codos do largo y 20 de ancho : el pavimento era de porfido , y las paredes estaban revestidas de Idmi- nas de oro. En su centre estaba el altar de los holo- caustos , todo de bronce, de 10 codos de altura; y a sus dos costados habia diez copas 6 vasos grandes de bronce, adornados de flguras de querubines, leones , bueyes y palmas, dondo se guardaba el agua que servia para lavar las victimas; al lado derecho habia otro gran vaso del propio metal , sostenido por doce bueyes de lo mismo, que se llamaba Mar, a causa de la prodigiosa cantidad de agua que contenia, y servia para que los sacerdotes y los levitas se lavasen las manos y los pi&s antes de empezar los sacriflcios. Desde aqui se iba al portico, que tenia 20 codos de largo y 10 de aricho, donde se veian dos grandes colurnnas de bronce, de las que pendian doscientas granadas de lo mismo. Del portico se entraba en el Templo sin tech urn bre, de 60 codos de largo y 20 de ancho , en donde habia un altar todo cubierto de oro , sobre el cual no se ofrecian mas que inciensos y per- fumes preciosos: a los dos lados habia diez grandes candelabros de siete brazos, otras tantas lamparas que ardian continuamente, y diez mesas de oro. Desde este templo se pasaba al Sancta Sanctorum , que tenia de largo y ancho 20 codos, y la misma altura, cuya mitad estaba cubierta de oro, y la otra mitad del mismo metal y de piedras preciosas. Aqui era donde se custodiaba el Area de la Alianza, cubier- ta de dos querubines de oro. 176 Josefo, haciendo la enumeracion de las riquezas de este Templo dice, que habia en e"! 10 candelabros de oro, una mesa muy grande do lo mismo, y otras 10 cubiertas de dicho metal; 20 copas deoro, y 160 de plata; 100 redomas de oro y 200 de plata; 20 incen- sarios grandes de oro, y otros50 mas pequefios; 1000 ornamentos pontificates guarnecidos de piedras pre- ciosas, y otras inmensas riquezas, que seria niolesto enumerar. Tal era el templo de Jerusalen en tiempo de Salomon. II El Mausoleo Era el sepulcro que Artemisa. reina de Caria, hizo erigir al rey Mausolo, su esposo, en la ciudad de Ali- carnaso, mas de 350 anos antes de nuestra era. Su extension era de 63 pie's de N . a S., los costados no tan largos, con 411 pies de circuito, 25 codos de alto, y 36 columnas en su circunsferencia. Lo cons- truyeron cuatro celebres arquitectos , que fueron : Scopas la parte de Oriente, Timoteo la del Mediodia ; Leocarres la del Occidente, y Brixias la del Norte ; a los que se agrego Pithio, que levanto una pira mide sobre el Mausoleo, colocando en su extreme final un carro de marrnol tirado por cuatro caballos. 177 Artemisa, no pudiendo sobrevivir a la pe>dida de su esposo, murio sin ver concluida esta soberbia obra. El amor que le tenia era tan escesivo, que es fama mando recoger sus cenizas para raezclarlas en los liquidos que tomaba, con el fin de darle sepultura en su mismo pecho. Al ver el filosofo Anaxagoras de Clazomenes oste sepulcro, reputado como una de las maravillas del mundo, dijo friamente: he aqui un gran tesoro de plata transformado enpiedra. De aqui viene el llamar Mausoleos los sepulcros ostentosos. Ill El templo de Diana Este c&ebre Templo fu6 construido en Efeso por el arquitecto Ctesiphon, que lo principle: pero se emplearon 220 afios en concluirlo y perfeccionarlo, contribuyendo toda el Asia Menor para los gastos que ocurrieron. Tenia 425 pies de largo, 220 de ancbo, y estaba sostenido por 127 columnas de 60 pies de alto, adornadas de esculturas,y dadas por otros tantos reyes: el rnaderage era de cedro y las puertas de cipres. Este magniflco templo, adornado con estatuas , cuadros de un valor ines- 178 timable, y otras inmensas riquezas, fue" incendia- do por Erostrato , que quiso inmortalizar su nom- bre por tan barbaro medio, la misma noche en quo naci6 Alejandro el Grande, 356 afios antes de Jesucristo. Es digno de observarse que este tern- plo fue quemado y reedificado hasta siete voces ; y que Alejandro ofrecio a los efesios cuanto qui- siesen si le permitian poner su nombre en la ins- cripci6n del frontispicio, lo que reusaron politica- uiente. En mis Memorias de un viaje por ambos mundos he hablado de las exploraciones de M. Wood, sobre las ruinas de este famoso templo ' IV Las Murallas de Babilonia Mucho contribuyeron a la celebridad de Babilo- nia el famoso templo de Belo , el palacio real con los jardines artiflciales construidos sobre bovedas, los diques y muros del rio, el lago, los canales y otras magniflcencias; pero sobre todo, las mu- rallas eran las mas maravillosas. Su grueso era de 32 pie's, su altura de 50 codos y su extension de 480 estadios, que hacen 60 millas; formaban un cuadrado perfecto de 15 millas por fachada, y en cada una habia veinte 179 y cinco puertas de bronce macizo, quo en todas hacian ciento. Por esto, cuando Dios prometio a Giro la con- quista do Babilouia, le dijo por boca de Isaias: Komperd las puertas de bronce. Jupiter Olimpico La ciudad de Olimpia, en el Peloponeso, se hizo ce"lebre por un tomplo dedicado a Jupiter, llamado Olimpico, en donde se habian acomulado riquezas inmensas, a causa de los oraculos que en 61 se hacian y de los juegos olimpicos que se celebraban en sus inmediaciones en honor de aqueJ. Lo que mas se admiraba en 61 era la estatua de Jupiter, de 60 pie's de alto y el grueso pro- porcionado, hecha por Fidias, ce'lebre escultor de Atenas . Habia representado a aquel dios sentado en un trono de oro y marfll, de cuya materia era tambi^n la estatua; en la cabeza tenia una corona que parecia de hoja de olivo, en la mano derecha una victoria de marfll con una co- rona de oro, y en la izquierda un cetro hecho de varios metales, que remataba en una aguila. 180 EJ1 calzado de Jupiter era de oro, y sobre el ro- page, tambie'n de este precioso metal, habia di- ferentes animales y flores. El trono estaba guarnecido de marfil, 4bano, oro, pedreria y muchas figuras de bajo relieve : en lo mas alto habia a un lado las Gracias, y al otro las Horas, todas hijas de Jupiter. A los cuatro pies del trono se veian cuatro victorias , y dos a los de la estatua : y al rededor habia varias figuras, algunas de oro, que representaban ciertos pasages mitologicos. El sitio en que estaba este magnifico trono, se hallaba decorado con pinturas, que representaban los principales corn- bates de Hercules, y otros muchos sucesos ce"lebres de la historia fabulosa. VI El Coloso de Rodas Este consistia en una estatua de bronce que repre- sentaba a Apolo, y se habia colocado en el puerto de Rodas en honor del Sol. Tenia 105 pi6s de altura, y apoyaba sus enormes pie's sobre dos rocas que daban entrada a dicho puerto, de manera que los navios pasaban por entre sus piernas. Cares de Lidia inmor- talizd su nombre con la construction de este col oso, en la que emple6 doce anos. Unos sesenta subsistio en 181 pie" y sin dano alguno, hasta que fu derribado por ua temblor de tierra , que caus6 muchos estragos en Oriente, mas de dos siglos antes de la era cristiana. Esta desgracia ocasiono una cuestua general en favor de los rodios, los cuales escribieron a todas paries, y recibieron infinites donatives. Los reyes de Asia , las naciones griegas y los principes de Europa, acredita- ron su generosidad, enviandoles con la mayor abun- dancia trigo, dinero, tablas, vigas, resina, plomo, hierro, etc. No hubo jamas cuesta mas abundante, dice Anquetil, porque el pretexto era restablecer el colOvSo, y este acto de religion auimo la liberalidad; pcro los rodios dejaron al idolo en tierra, y se aplica- ron las oirendas. Cuando Moaviah, califica de los sarracenos, se apodero de Rodas el ano 667 de nues- tra era, vendi6 el Coloso a un mercader judio, que hizo cargar 900 camellos con el metal de que estaba hecho; y evaluando el peso por la carga regular de un camello, sube a 720 mil libras. VII Las piramides de Egipto A distancia de dos millas del Cairo se encuentran varias piramides, separadas unas de otras como unos doscientos pasos: las principales son tres, y 182 la mayor de lodas ollas, la de Cheops, situada en la parte del Norte, tiene la pasmosa elevaci6n de 500 pi6s, con 682 de anchura en cuadro en su base, y tiene 1160 pasos de circuito . La altura de las piedras es de tres pi6s, y su anchura de cinco seis: los lados que se descubren estan rectos, y no labrados en declive; cada hilada se interna de 9 a 10 pulgadas, y asi llega a finalizar en punta, sir- viendo estas entradas para subir hasta la cuspide- Para entrar en esta famosa piramide hay una trone- ra casi cuadrada, de unos 4 pie's de alto: dicese que en otros tiempos habia una gran piedra labrada es- presamente para cerrarla. Las otras pirarnides no son tan altas ni tan gruesas. Trescientos sesenta mil obreros se ocuparon en su construcci6n durante 23 afios, y se ignora de donde se sacaron tantas y tan grandes piedras. Los gastos fueron tan exorbitantes que, segiin Plinio, solamente en legumbres para Jos trabajadores, se gastaron mas de diez miliones, lo que no parece verosimil. No soy mas extenso por haberme ocupado de la gran piramide detenidamente en mis Memorias de un viaje por ambos mundos. 183 VIII El Faro de Alejandria Esta admirable torre tomo el nombre de Faro de la pequena isla en que se edifice , y distaba por mar de la ciudad de Alejandria una milla, y tres por tierra, hallandose banada de la mar por la parte del Norte: fu6 construida por los Ptolo- meos, reyes de Egipto, sucesoros do Alejandro, y concluida 283 anos antes de la era cristiana: era de figura cuadrada y construida con unas piedras durisimas y muy blancas, las que estaban tan bien enlazadas y unidas entre si con plomo derretido , que la hacian de una fortaleza y solidz estre- mada : su prodigiosa altura era de 600 pies y hasta cerca de las dos terceras partes era recta e igual, subiendose a ella por escaleras anchas y espaciosas, con habitaciones interiores bajo de aquellas. En el ultimo tercio se estre- chaba siguiendo la propia figura cuadrada hasta su cumbre, con escaleras ya mas angostas, y con ventanas a los lados . En su extremo superior estaba por la noche siempre encendido el fuego para guiar a los navegantes que se dirijian a Ale- jandria, cuyas inmediaciones, llenas de bajios y escollos, eran muy peligrosas; y la luz de esta 184 - torre se veia a doce leguas. Su estructura era magniflca, y nonabrada, por el mismo Cesar, mara- villosa: fue obra de Sostrato el Cnido , a quien Ptoloraeo Filadelfo, que se supone fu6 el que la concluy6, le permitio inscribir en ella su nombre. Cost6 este ediftcio 800 talentos, que equivalen a menos de un millon de pesos; corta cantidad para el tiempo presente, pero muy crecida seguramente para aquel. No se sabe la extension de la base de ese asombroso ediflcio, ni cuando, ni c6mo cayo; y se presume que algun terremoto le derribaria: Jo cierto es que de esta famosa torre tomaron el nombre de Faros los edificios de los fanales , com o el faro de Mesina y otros . IX El Monasterio del Escorial Felipe II, rey de Espana, fundo este monasterio, dandole el titulo de San Lorenzo Real de la Victoria, por particular devocion, y en memoria de la victoria que alcanzo en su dia contra las armas francesas en la famosa batalla de San Quinlin. Encargo que en 61 se rogara a Dios por su alma y las de los reyes antecesores y sucesores suyos , y.por la prosperidad del Estado, e hizo dar sepul- 185 tura decorosa a los cadaveres de su padre, el emperador Cc-irlos V, y de su mad re la emperatriz, cumpliendo lo que el primero le clejo encomendado por su codicilo. La construcci6n de este edilicio se hizo bajo los planes y direccion de los celebres arquitectos Juan Bautista de Toledo, y Juan de Herrera, ambos espanoles. Su planta representa la flgura de unas parrillas, cuyo mango toma parte considerable del terreno que ocupan la habitacion del rey, la de la Real Farailia y serviclumbre; y lo restante el monasterio, su iglesia, un colegio de religiosos, y un seminario de jovenes seglares. Los techos estan cubiertos de pizarra y plomo, y hay re- partidas ocho torres por todo el edificio, ademas de la cupula 6 cimborio que tiene 295 pi6s de circuito por la parte est^rior, y 330 de altura desde el suelo del templo hasta la cruz: estos y otros cuerpos que sobresalen en esta fabrica , for- man un conjunto verdaderamente grandiose. La fachada principal y de mayor adorno es la que mira ai Oeste, donde esta la entrada general para todos. Tiene 744 pies de largo, por 62 de alto hasta la corniza, que da vuelta a todo el ediflcio, y en las esquinas hay dos torres de mas de 200 pies de elevaci6n. La fachada de Oriente tiene los mismos 744 pies de torre a torre por li- nea recta, sin contar tres resaltos que se hacen en la fabriea. El lienzo que mira al Mediodia tiene de torre a torre 580 pies, y es el que mas agrada a la vista por la continuacion de cuatro orde- 186 - nos de ventanas, sin estar interrumpidas por cos a alguna, y un pedestal 6 estribo que corre por lo bajo de este lienzo, y el de Oriente con otro 6rden de ventanas cuadradas. La fachada del N. es para- lela d la anterior con los misraos 580 pies de largo, y en ella hay tres puertas grandes de 10 pies de ancho por 20 de alto. La circunferencia de todo el ediflcio es de 3002 pies, su elevaci6n pro- porcionada y grande, la materia de piedra berro- quena 6 de granito, y su forma en la mayor parte el orden dorico. Esta gran fabrica se divide en tres parte > prin- cipales : la primera ocupa todo el diarnetro del cuadro de 0. a E., y en ella se comprende la entrada principal, que es un magniflco portico de tres arcos, el suntuoso patio de los Reyes, y el tern plo con todo lo que le pertenece. La segunda es todo el costado del edificio al lado que mira al S., dividida en cuatro claustros pequenos, con una torro en medio, y otro grande que ocupa tanto como aquellos : en toda esta extension estan las habi- taciones de los rnonges conventuales. La tercera es el otro costado que corresponde en el lado del N. donde hay otros cinco patios que guardan proporcion con los del convento : en los cuatro pequenos de esta parte estan el colegio y el seminario, y en el grande el palacio, del cual se pasa al claustrillo y habitacion del Rey, que figura el mango de la parrilla. El panteon, que es el sitio destinado para es- pultura de los catolicos Reyes de Espana, esta 187 situado debajo del altar mayor, de modo que e celebrante pone los pies sobre la clave de su b6veda. Bdjase a 61 por una preciosa escalera de granito y mdrmol pardo hasta la b5veda, en cuya portada hay una reja de bronce de bellisima for- ma, la cual ofrece entrada para la escalera prin- cipal del panteon. Este consiste en una pieza ochavada de 36 pies de diarnetro por 38 de alto, toda de jaspes y mdrmoles de gran pulirnento, llenos de adornos de bronce dorado. Al rededor hay 26 nichos, donde estan colocarlas otras tantas urnas sepulcrales, todas de una misma medida, mateiia y forma. No es posible, hacer una exacta esplicacion de las infiuitas preciosidades que encierra este sober- bio monasterio. El suntuoso altar mayor, el pre- cioso tabernaculo , el coro , las numerosas pintu- ras de todas clases, ejecutadas por los mas ce'le- bres pintores; las estatuas colosales y dernds escul- turas, los prinaorosos pavimontos, la multitud de reliquias, preciosos libros y raros manuscristos j toclo en fin, es magniilco, y cbja ab^orto^ y llenos de admiracion a los mas sabios e inteligentes en las bellas artes. Para concluir la diminuta descripcion que acabo de hacer de este ediiicio , baste decir, que hay on todo 12 claustros, mas de 80 escale- ras, 73 estatuas de bronce y otras materias, 4 de marmol, algo rnayores del natural, 6 colo- sales de piedra borroquena, y una do 15 phs en lo esterior del edificio ; asi como tambien una 188 inflnidad de bajos relieves de diferentes materias. Se cuentan 207 libros de coro, 2 bibliotecas, 13 oratorios, 8 organos, 16 patios, 5 refectorios, 9 torres, 14 zaguanes, y mas de 10.000 ventanas. Dur6 la construction de la fabrica princi- pal cerca de 21 afios ; esto es, desde 23 de abril de 1563, en que se sent6 la primera piedra, hasta el 13 de setiembre de 1584, en que se puso la ultima. La obra del panteon dur6 afios, habien- dola empezado Felipe III ; y acabado despues su hijo Felipe IV en 1654. Sin embargo debo advertir que si puede contarsc el Escorial, orgullo monumental de Espaiia, entre las maravillas del mundo, con mayor razon debe serlo la Basilica de San Pedro en Roma, como creo haberlo demostrado en la description que de la misma he dado en otra obra. For fin, como complernento al paralelo monu- mental, vamos a anadir el siguiente capitulo. 189 ALGUNOS EDIFICIOS PAMOSOS StJ El antiguo Faro de Alexandria tenia . . . 600 La mayor de las piramides de Egipto tiene de altura oblicua 700 pies y de perpendicular. 500 La torre de la iglesia de Amberes 516 La torre de Strasburgo 509 La de san Esteban de Viena 495 La cupula de San Pedro de Roma 473 La torre de san Miguel de Hamburgo .... 466 La de san Pedro de idem 426 La torre de san Pablo de Londres 394 La ciipula de la catedral de Milan 391 La torre de Asinelli de Bolonia 383 La giralda de Sevilla termina en una estatua de bronce que representa la F6, y con el glo- bo en que estriba pesa 160 arrobas: su eleva- ci6n es 364 La famosa torre de porcelana de Nankin tiene nueve pisos, y es de tal elevation que para llegar a su cumbre es preciso subir 884 escalones; tiene por remate una pifia de oro macizo. A Pekin la rodea un muro de 50 codos de alto, y 190 de tal espesor, que las centinelas se pasean A caballo por encima de 61. La gran muralla que separa la China de la Tarta- ria se estiende por monlaiias, valles y precipicios d la distancia de 420 leguas, teniendo 30 pie's de alto y 20 de ancho; se construyo hace mas de 2000 afios* y aiin subsiste. Entre los soberbios puentes de la China se cuenta el de Saffrani de un solo arco: tiene 400 codos de largo, 500 de alto, y une dos montanas. En Siam esta la famosa piramide de Cho Madu, que tiene en su ciispide un parasol de oO pies de cir- cunsferencia, con columnas doradas. Cerca de Segovia esta el gran acueducto de Traja- no sostenido por 159 arcos. En Merida se admira el soberbio puente de 50 arcos, y de unas 1000 varas de largo. La catedral de Cordoba, que antiguamente sirvio de mezquita, se principi6 en tiempo de Abderramen I: tiene 620 pies de largo y 440 de ancho; consta de 29 naves a lo largo y de 19 a lo ancho, sostenidas por mas de 400 columnas de varies raarmoles y jaspes, y se cuentan 17 puertas. En Medina de Arabia est el lamoso sepulcro de Mahoma, colocado en una soberbia mezquita sosteni- da por 400 columnas, iluminada por 300 lamparas. En la Meka, patria del mismo, hay otra mezquita riquisima, techada en parte con laminas de oro, con 100 puertas de inaderas flnas, y colgada de esquisi- tas tapicerias. El faro de Cordouan en Francia, situado en 191 a islita de este nombre, es la lorre que se considera de mas elegante y hermosa estructura: su figura es circular, y consta de cuatro cuerpos adornados este- riormente con columnas de los cuatro ordenes dorico, jonico, corintio y compuesto; siendo su altura de 200 pi6s. El fanal de Eddistone, que se halla frente al puerto de Plimouth, se considera como una de la? artificiales maravillas de Inglaterra, no solo por la diflcultad de su construccion casi en rnedio de las olas, sino por su fortaleza y solidez para resistir el violento impulse con que 6stas se estrellan contra la torre, salvandola A veces por encima de toda su elevacion, que es de mas de 100 pids. La torre de la catedral de Pisa sorprende , no por su elevacion de 188 pies, y constar de siete ordenes de columnas, sino porestar inclinada de 13 a 15 pies. En Bolonia hay dos torres llamadas la de Asinelli y la de Garisendi. Se dice que la primera fu cons- truida en 1109 6 1119, y la otra algunos aiios des- pues. La altura de aquella es de 307 pi6s sin contar la cupula; esta inclinada 3 pies y medio, y se sube a ella por 500 escalones. La torre de Garisen- di no tiene masque 144 pies de altura; pero tiene 8 pi6s y 2 pulgadas de inclination, de suerte que pare- ce increible que pueda sostenerse asi. Dicese que gran parte de ella ha sido demolida para conservar el resto. La catedral de la ciudad de Salisbury es nota- ble por ser su campanario el mas alto que hay en Inglaterra, y porque tiene tantas puertas como meses